Jugando Con El Amor ||Camren||

Un día perfecto!

Lauren ni siquiera se dio cuenta de que había dormido más de lo que debería. Solo recuerda haber sentido un aroma floral y lentamente abrió los ojos para encontrarse con Camila mirándola con interés desde el sillón de su habitación. Los ojos de la otra recorrían su cuerpo descubierto, mostrando las piernas, debido a los cortos pantalones que llevaba para dormir y su espalda prácticamente desnuda, ya que solo usaba un top.

-Realmente me encontraste, ¿verdad? – dijo sonriendo por la cara avergonzada que Camila hizo por haber sido atrapada mirándola.

-Siento mucho haber entrado así. Tu madre que insistió en que te despertara, Lauren.

-¡Hum! ¿Y me ibas a despertar con esos ojos codiciosos? – preguntó riendo – ¡Si fuera así, ni siquiera saldríamos de la habitación!

Camila se rió.

-¿Y por qué no? Mirar no arranca pedazo!

-No, pero despierta muchos deseos! – dijo Lauren levantándose y yendo al baño. No quería sentirse fea y despeinada frente a Camila. Se acomodó el pelo, cepilló los dientes, se lavó la cara y solo entonces volvió donde estaba ella – ¡Ahora que me has visto despertando! Ya ni siquiera tendrás miedo.

-Tonta, dices eso solo porque sabes que continúas hermosa incluso en la mañana.

-Hum. Y la conquistadora de la historia soy yo, ¿verdad? – preguntó Lauren poniéndose una camisa – ¡Al menos no entré en tu habitación y me quedé espiándote mientras dormías!

Camila sonrió.

-¡Ayer parecías querer más que eso!

-No solo parecía – dijo Lauren sentándose de frente a ella – Lo quiero.

Las dos intercambiaron miradas cómplices y Camila se levantó de la poltrona y se sentó con Lauren en la cama. Que difícil había sido dormir ante la perspectiva de verla al día siguiente. Ella estaba completamente encantada. Nunca se cansaría de sentir esos ojos en su cuerpo, de escuchar el tono tranquilo y siempre seductor de su voz.

Después de mucho tiempo sin sentir ningún sentimiento por nadie, Camila sentió que se encendía una llama en su pecho, cada vez que estaba cerca de Lauren. ¿Que sería eso? ¿El deseo por tanto tiempo sin estar saciado? ¿Amor a primera vista? La chica aún no sabía.
Simplemente no podría apartarse de ella.

Lauren siempre habia sido relajada con las chicas. No era de esas que llegaba lanzándose encima, pero cuando estaban a dos, ella usualmente tomaba la iniciativa sin temor al rechazo. Se sentía confiada en su capacidad de seducir y en raras ocasiones se había decepcionado.

Allí, junto a Camila en su cama, ella sentió que tenía que tomar la iniciativa y lo haría. Pero por primera vez, tuvo miedo. Su mano temblaba un poco cuando tocó la de Camila sobre las sábanas y aún más cuando lo levantó lentamente para acariciar su brazo, hasta llegar a su rostro.

La observó cerrar los ojos y dejarse acariciar. Tocó aquellos labios rosados bien hechos, sintió la suavidad de sus cabellos castaños que olía a champú y antes que la estirara al encuentro de su boca, Camila tomó la iniciativa de besarla.

Lauren sintió que su cuerpo yacía delicadamente sobre el suyo y se dejó llevar. El encaje fue natural y perfecto. El beso tenía un sabor dulce, embriagador, que la hizo temblar y buscar esos labios y esa lengua medio desesperada y temerosa que todo aquello terminara.

Había una loca necesidad de estar juntos, no perder el contacto delicioso de sus pieles y cuerpos, incluso sobre las ropas. Los minutos pasaron sin ser contados y olvidados.