¿Siempre sera asi?

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Cuando desperté pasaban de las 12 del día, pensaba en lo que habíamos platicado con Valentina, por un momento me dio miedo salir del cuarto porque algo me decía que ya no estaría ahí.

Me levante y abrí la puerta del cuarto, no me había equivocado, la almohada y cobija estaban bien acomodados en uno de los bordes del sofá con una nota encima, me doy cuenta de que eso es algo característico de ella, irse y solo dejar una nota. En esta ocasión decía que tenía una comida familiar, que hubiera deseado pasar todo el día conmigo pero tenía que asistir.

Suspire y me hice a la idea de que nuestra relación sería así, un día viene habla me hace sentir bien y desaparece.

No puedo negar que todo el fin de semana pensé en el tema, ella también me gustaba y de alguna manera todo ese misterio que la rodea me atraía más, sentía la necesidad de querer conocer más a fondo, saber quien se esconde detrás de esa fachada de niña rica, pero al mismo tiempo sabía que si un día llegaba a conocer esa parte sería a base de dolor y lagrimas...

LUNES POR LA TARDE

Mi fin de semana fue demasiado tranquilo, opté por quedarme todo el día ahí y de verdad ayudo, creo que eso necesitaba, estar un tiempo solo conmigo, viendo series, comiendo algo de helado y haciendo mis deberes, en varias ocaciones me mando mensajes Valentina, pero ahora era yo la que no quería contestar, no es que no quisiera verla, es solo que realmente necesito ver que quiero y estando con ella siempre se me distorsionan las ideas.

Alejandra me había pedido ayuda para arreglar la mercancía que había llegado en la bodega, como nunca lo había hecho me estaba tomando mucho tiempo, llevaba más de medio turno acá adentro arreglando y justo cuando estaba por acabar entro ella un poco sorprendida.

-esta un cliente y dice que quiere que tú lo atiendas- señalaba hacia afuera

-¿yo?-

-no, el fantasma que está detrás de ti- puso los ojos en blanco y yo sonreí -obviamente te hablo a ti-

-¿por qué yo?- me sacudí los restos de polvo que traía en el mandil

-no tengo idea que hiciste, pero no es común que esa persona pida que lo atienda alguien en especial- abrió la puerta del almacén y me dejó pasar primero, intentaba hacer memoria de algún cliente pero en realidad es que tenía muy poco tiempo como para relacionarme mucho con ellos, me acomode un poco el cabello y desde la ventana circular de la puerta de la cocina pude ver quien era, respire profundo y empuje dicha puerta.

-hola- salude por cortesía 

-¿así tratas a los clientes?- Estaba sentada en la barra

-¿que deseas Valentina?- saque mi libreta para anotar su pedido

-hablar contigo- no hubo necesidad de verme en un espejo para saber que estaba roja

-me refiero a que quieres de comer- ella volvió a sonreír

-en realidad ya comí, así que me puedes traer un helado de chocolate y lo que quieras para ti- cuando dijo eso último deje de escribir de golpe

-estoy trabajando- me justifique, no se si a ella todo esto le parece divertido pero sonrió y volteo en dirección a Alejandra

-disculpa- le habló a ella -¿tienes algún problema si Juliana se toma un descanso- Alejandra me volteo a ver sorprendida

-no hay problema- nos sonrió ligeramente -pásame el pedido- me comento a mi, con algo de dudas le di la libreta y la leyó -¿que te sirvo a ti?- me pregunto, en realidad no se veía molesta, solo parecía estar sorprendida igual que yo.

Quédate conmigo (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora