La cafeteria

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VALENTINA

Tener la mano izquierda enyesada tiene sus ventajas... pensándolo mejor una mano enyesada nunca tiene ventajas, pero el hecho de que soy diestra me ha dejado que me las arregle estos días, poco a poco hemos regresado a nuestras vidas, en mi caso aún no puedo ir a trabajar, aunque las heridas se están cerrando, todavía son notorias.

Los primeros días de regreso a casa fueron los peores, acostumbrarme a hacer todo con una sola mano fue complicado. Juls se ha desvivido por mi todo este tiempo, me cuida demasiado y en los momentos donde debería estar descansando, solo está buscando la manera de que esté más cómoda, se podría decir que todo es perfecta en ella, solo qué hay un pequeño detalle, no me ha dicho nada sobre esas dichosas llamada nocturnas con Alba.

La he escuchado en varias ocaciones hablarle de mi y no dudo de sus sentimientos, pero ¿que ex novia marca prácticamente todos los días?. No he querido abordar el tema con ella al respecto, pero el hecho de que ella tampoco me lo diga me hace tener los nervios de punta.

-¿estas bien?- pregunto Juls

-si- voltee a verla -tengo muchas cosas que ordenar sobre el trabajo-

-pero aún no puedes ir- comento

-lo se, pero aún así necesito mandar algunos correos, eso si lo puedo hacer-

Pareció no darle importancia a mi comentario y siguió en lo suyo, me fui a la barra de la cocina y abrí mi computadora, no mentía cuando le dije que tenía que enviar unos correos, la televisión estaba prendida y no pude evitar ponerle atención al oír el nombre de Lucho, la nota trataba sobre su sentencia, pasaría 20 años encerrado, no me sorprendió, mi papá días antes nos había avisado, se que su sentencia fue más larga de lo normal gracias a los contactos de mis papás, no sé qué tan justo sea eso, al final ya está pagando demasiado al quedar condenado a una silla de ruedas, pero por otro lado creo que su mismo odio lo llevo hasta ahí.

En fin, termine mis cosas y contemple un momento mi entorno, de verdad que estos días han estado demasiado aburridos.

-¿qué haces?- pregunte

-en realidad nada- cerro su computadora y la dejó en la mesa del centro, yo me levante y me acerque a ella

-estoy muy aburrida-

-¿y que quieres hacer?- sonreí ante su pregunta, me senté encima de ella y la bese, no voy a negar que aún me duelen algunas partes del cuerpo sin contar que mi mano no me deja hacer todo lo que yo quiero -Val- susurro al besarle el cuello -Val- repitió, me incorpore solo un poco para poder mirarla a los ojos

-¿qué pasa?-

-aun no es tiempo-

-yo estoy bien- volví a besar su cuello, poco a poco sentí como sus manos comenzaban a colarse entre mi playera

-Val- volvió a hablarme 

-¡¿que?!- exclame

-de verdad no quiero que te lastimes- bajo un poco la mirada, hice lo mismo y me tope con el vendaje que traía en las costillas -muero de ganas de estar contigo pero aún estás recuperándote-

-te estás preocupando de más-

-tal vez- me miro a los ojos -pero no quiero que por eso terminemos en el hospital de nuevo- no dejo que dijera nada, simplemente me abrazo, por un momento no entendía que pasaba, quería pensar que exageraba, pero al ver mi mano con el yeso y varias cortadas en proceso de cicatrización entendí a lo que se refería, suspire y sin moverme de mi lugar me recargue en su hombro, sus manos acariciaban delicadamente mi espalda, sentía su respiración cerca de mi cuello, por más que quisiera no me podía enojar con ella por el simple hecho de querer cuidarme.

-tengo una idea- comente tranquilamente mientras me incorporaba para verla a la cara -si nos quedamos aquí toda la tarde me terminaré volviendo loca- sonreímos -que te parece si ¿tenemos una cita?- me contemplo por un momento

-me agrada la idea- sonrió

-entonces vámonos-

-¿así ya? Al menos déjame cambiarme- ambas estábamos vestidas con prendas similares

-si así- sonreí -solo voy por una sudadera y ya- mientras yo hacía eso, ella seguía sentada, supongo que ahora era ella la que tenía que procesar lo que le estaba proponiendo, tome dos sudaderas del cuarto y salí rápidamente de ahí -vámonos- me recibió su sudadera

-tenemos que llamar a tu chofer primero- comento mientras se levantaba

-caminemos- volví a sonreír -ya se que todo esto es muy espontáneo, pero tengo años que no hago cosas así y tu eres la indicada para hacerlo conmigo- estire mi mano para que la tomara, me miro por unos segundos, suspiro y no muy convencida me dio su mano -será divertido-

-¿a donde iremos?- pregunto dudosa

-solo déjate llevar-

Salimos del edificio y comenzamos a caminar tranquilamente, en ningún momento solté su mano, yo conocía una cafetería cerca de ahí que tenía una hermosa terraza.

-en ocaciones cuando tengo que estudiar algunos diálogos, vengo aquí- salude a los empleados y dirigí a Juls por unas escaleras que llevaba a la terraza, mesas de madera con sombrillas adornaban principalmente el lugar

-es curioso, en una ciudad cómo está encontrar lugares que transmiten tanta paz- nos sentamos en la mesa que se encontraba pegada a la orilla del balcón, parecía ser un día tranquilo, pocas mesas eran ocupadas y eso me agradaba aún más

-la historia de cómo encontré este lugar no es la más bonita- mire hacia el bello paisaje que nos acompañaba

FLASH BACK

-¿como que se fue?- preguntaba al vigilante del edificio de Juls

-si señorita, en cuestión de un día saco sus cosas en solo un par de cajas y se fue- no le sorprendía mi presencia, pues en varias ocaciones me vio llegar con ella

-¿iba sola?- pregunte con un poco de miedo

-si se refiere a que si la señorita Juliana tiene alguna pareja- sonrió ligeramente -pierda cuidado, con excepción de usted, ninguna otra persona la llego a acompañar- de alguna manera volví a respirar

-¿no dijo a donde iba?-

-lo siento, pero no-

Me despedí del señor y salí de ahí, al subirme al auto no pude evitar llorar, tarde tanto en tomar la decisión de venir y hablar con ella por la simple razón de que no quiero que en todo esto terminara siendo la otra, ella merece el mejor amor del mundo y me sentía egoísta al venir a proponerle algo así, pero en este momento no sabía si lloraba por eso o por el hecho de que se había ido sin avisarme.

Arranque el auto en dirección a mi casa, me dolía la cabeza y lo menos que quería era encerrarme, sabía que si lo hacía terminaría tomando. A unas pocas cuadras antes de llegar me tocó el semáforo en rojo, voltee a mi alrededor y me tope con una cafetería que se veía muy linda, he pasado miles de veces por aquí, pero nunca le había puesto atención, sin pensarlo di la vuelta en la siguiente cuadra y me estacioné, entre al lugar, los empleados sonreían demasiado, para mi fue evidente pues es su trabajo, me senté, pedí un café y entre cada sorbo intentaba calmar mi dolor.

FIN FLASH BACK

-¿pretendías que tuviéramos una relación a escondidas mientras estabas con el?- pregunto sorprendida

-no se lo que pretendía, créeme que en esos días yo no pensaba bien- comente tranquilamente

-creo que hubiéramos terminado peor- sonrió ligeramente

-supongo que así tenía que ser todo- comente mientras le daba un sorbo a mi café -el destino ya nos tenía escrito todo esto- sonreímos ante eso.

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Hola!!

Capitulo tranquilo jeje espero que les guste ❤️

Los quiero mucho 😘❤️

Quédate conmigo (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora