Nunca deje de quererte

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UN DÍA ANTES DE LA BODA

-creí que nunca te volvería a ver- me senté en la silla frente a ella

-estás igual- no dejábamos de sonreír -¿cuando regresaste?-

-hace un par de semanas- tome el menú entre mis manos

-Jul te conozco, no me digas que regresaste por Val- pueden pasar los años pero Fernanda no deja de ser esa amiga que te conoce mejor que cualquier persona

-en un principio si, pero ahora ya no se...-

-no lo hagas Jul- dijo rápidamente interrumpiéndome -entiendo que la quieras, pero ella tomo su decisión y no pensó en ti- en ese momento llegó el mesero, tomo nuestra orden y retomamos la conversación -¿recuerdas que me decías cada que le marcaba a Sergio?- negué con la cabeza -que tuviera amor propio, que si él había decidido irse lo mejor que podía hacer yo es seguir adelante-

-odio que tengas tanta razón- me tape un poco la cara

-técnicamente es tu consejo- comenzó a reír

-y tu ¿has sabido algo de Sergio?- pregunte

-regresó a la ciudad hace algunos meses, pudimos hablar y cerramos esa historia, se que se volvió muy amigo de Valentina-

-¿enserio?-

-si- dijo sin importancia -entro a trabajar en él área de cocina de la empresa de los Carvajal, así que la frecuenta demasiado-

-entonces ¿ustedes ya están bien?-

-si, en realidad desde antes ya estaba bien, pensé que al platicar con él todo se sentiría diferente, pero la verdad es que lo único que cambio es que volvimos a ser amigos-

-de verdad me da mucho gusto que ese tema ya no te duela- comente, la comida llego a nosotras, la platica continuo, pero ya eras temas ajenos a lo amoroso, nos pusimos al corriente de nuestras vidas, de alguna manera parecía que los años no pasaban por nosotras.

Al terminar salimos del restaurante y fuimos por un helado como en los viejos tiempos, le platiqué de Alba y como era de esperarse me regañó por haber venido sin ella.

-es que es raro, aveces parece que ella sabe cosas que ni siquiera yo las he pensado-

-entonces ¿ella fue la que te dijo que vinieras?- asentí con la cabeza mientras ella seguía sorprendida

-eso es amor Jul, te dejo libre para que busques a quien tu amas-

-lo se y se que ella vale más que cualquier otra persona, por eso regrese, independientemente de si mañana iba a esa boda, no era justo para ella vivir con alguien que no puede corresponderla del todo-

-¿ibas?- sonrió ligeramente

-tienes razón- suspire -ella tuvo sus razones y yo debo respetarlas-

HORAS MÁS TARDE

El haber estado con Fer me lleno de energía para seguir adelante, de alguna manera platicando con ella vi cual era el panorama y definitivamente no era tan gris como yo imaginaba.

Me metí a bañar, hacia un poco de frío y llovía, así que me hice un café y me dispuse a ver tele, por primera vez en mucho tiempo me sentía tranquila, como si todo estuviera en orden, encontré un programa sobre postres que me encanta, sonreí ante eso y le di un sorbo a mi café.

El timbre sonó y tras de eso golpes a la puerta, por inercia revise la hora y pasaba de la media noche, me acerque a la puerta y revise por la mirilla, al darme cuenta quien era mi corazón se empezó a acelerar, por un momento me quede paralizada, pero los golpes a la puerta me sacaron del transe, al abrir la puerta me topé con Valentina, no necesitaba observarla demasiado para saber que había tomado demasiado, estaba demasiado mojada y parecía que había llorado por horas.

Quédate conmigo (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora