Quédate conmigo (Juliantina)

No quiero alejarme de ti

JULIANA

-¿que tanto hablabas con Alejandra?- caminábamos en dirección a su auto

-nada en especial- Val estuvo un poco extraña toda la tarde después de verlas hablando, yo escuché algo pero no estoy segura si solo lo imagine

-te veías muy molesta- entramos al auto

-¿tienes algo que hacer?- pregunto evadiendo mi comentario

-solo dormir-

-te tengo una sorpresa- comento con una sonrisa, manejo sin decirme el destino, pero tuvimos que salir un poco de la ciudad. -tranquila- comento al verme de reojo y ver que estaba un poco asustada

-¿a donde vamos?-

-dejaría de ser sorpresa- sonrió

-dejamos atrás la ciudad hace mucho-

-solo como cinco minutos- parecía divertirle

En medio de la carretera había un camino que Valentina tomó, no había más autos, solo nosotras, miraba por la ventana y seguía sin tomar forma todo esto, manejo por algunos minutos más, poco a poco pude distinguir una caseta de vigilancia más grande de lo habitual, nos detuvimos y un señor de aproximadamente cuarenta años salió, se acercó a la ventanilla.

-que milagro señorita- le dijo con una sonrisa a ver a Valentina

-lo se señor Juan, lamentó no haber venido antes- me sorprendió ver que lo conociera -regresé a la universidad y ya ve como son mis papás, todo el tiempo me tienen grabando-

-me imagino señorita- se sonreían mutuamente y transmitían ese gusto de estarse viendo

-ella es Juliana- le comento

-mucho gusto señorita-

-el gusto es mío- comente con una sonrisa

-¿podemos pasar?- pregunto Val

-claro que si- entro a la caseta para que se abriera la puerta entramos al lugar y parecía un estacionamiento al aire libre

-¿donde estamos?-

-no sea tan impaciente señorita- me sonrió y salió del auto, hice lo mismo, me tomo de la mano y comenzamos a caminar, bajando unas escaleras de piedra entendí que era este lugar, estábamos en un mirador demasiado hermoso, algunas bancas y a lo lejos lo que supongo en el día son puestos de comida.

-cuando necesito pensar vengo aquí- me dijo Val mientras nos sentábamos en la banca que se encontraba en el centro del lugar -es mi lugar favorito, en ocaciones solo quiero estar un rato a solas y pues ver desde aquí la ciudad me trae paz-

-es hermoso- comente, ella tenia razón, las luces de la ciudad y al fondo la luna transmitía paz.

-en el día por lo general está lleno de personas, esta es mi hora favorita para venir- sonrió ligeramente

-por eso te conoce el vigilante-

-el ya es como un amigo, siempre me ha dejado pasar después de la hora del cierre, aveces me quedo platicando con él y es una buena persona-

-gracias por mostrarme un poco más de ti- le di un ligero beso en los labios sin pensarlo

-te traje aquí por un motivo- se acomodo de manera que nos veíamos cara a cara, tomo delicadamente mi mano y continuo hablando -se qué hay mil maneras románticas de hacer este tipo de cosas y cualquiera puedo hacerla, pero no se trata de que tan cursi queda todo, se trata de que se nos quede el recuerdo guardado en nuestros corazones, que esta noche sea algo nuestra- hizo una pausa para tomar aire -este lugar durante muchas noches me ha calmado cuando algo está mal, es mi lugar favorito y quiero que hoy se vuelva aún más especial- por primera vez en este tiempo podía percibir que estaba nerviosa -no tengo ni idea de que hiciste, pero desde el día que te sentaste en mi mesa algo en mí se movió por completo, tu haces que yo quiera ser mejor persona, tu sonrisa me alegra el día por completo y el pensar que al final del día podré estar contigo de verdad me emociona como no tienes una idea, en tan poco tiempo te has vuelto una persona especial para mi y no quiero alejarme de ti- para este punto mis ojos estaban llenándose de lagrimas -Jul ¿quieres ser mi novia?-