- ¿Qué le causa gracia, señorita Parkinson? -Inquiere el profesor quintándose los lentes y llevando sus manos a sus caderas- ¿Podría contarnos el chiste?
-Ammm... no querrá saberlo -sonrío y muerdo mi labio para no decir nada más.
Varios minutos después la campana suena, indicando que el receso, y casi voy corriendo a reunirme con mis hermanos en la cafetería, como todos los días.
- ¿Qué les dijo Johnson? -Pregunto cuando apenas dejo la bandeja con comida frente a mí, tomo asiento al lado de Alex y este me mira, bueno, en realidad mira a la comida.
-Castigo después de la escuela y debemos limpiar la cafetería, así que no te atrevas a hacer otra guerra de comida -responde Alex sacándome la manzana de la bandeja-, sino, haré que esa cosa viscosa te haga de sombrero.
No me sorprende que el director J les dé un castigo como ese, casi siempre intenta que los estudiantes limpien la institución y a algunos nos manda simplemente a la biblioteca porque piensa que haremos algo indebido, como quemar la escuela, por ejemplo y creo que está en lo cierto.
Pero ¿confía en mis hermanos y no en mí? ¡Es irónico! ¡Mi mellizo planea quemar la escuela algún día y yo que solo golpeo a un chico nuevo me manda a la biblioteca! ¡La ironía director J!
Suspiro y miro a mis hermanos.
Tengo que decirles, de nada me sirve guardar secretos con ellos.
Siempre los descubren, de alguna u otra manera.
Tres segundos para soltar la bomba.
Sí, les tengo que decir.
Tienen que saberlo, es su derecho.
Ese chico arruinó nuestra casa, es lo justo.
1.
2.
3.
¡Fuera bomba!
-Lynch fue quien inundó nuestra casa.
Seis palabras se necesitan para que los cuatro chicos se alteren en un santiamén, debí grabar sus reacciones, ¿Dónde está mi cámara cuando la necesito?
Chad, Nate, Georg y Alex me miran expectantes.
No pueden creer lo que están escuchando, claro que yo tampoco lo creería, pero es la verdad y aunque esta tarde en llegar, nunca dejará de ser lo que es.
Georg se pone de pie, al igual que Nate, pero los detengo a tiempo, agarro las mangas de sus chaquetas inclinándome sobre la mesa, y con un poco de fuerza, hago que se sienten nuevamente. Georg me mira algo molesto por ese movimiento, en cambio Nate me mira a la espera de mis palabras.
-Esperen, chicos -pongo mis brazos sobre la mesa y juego con mis dedos, mientras una sonrisa maliciosa se forma en mi rostro- Todavía no, primero hay que vengarnos, como nosotros sabemos hacerlo, ¿acaso se les ha olvidado esa grandiosa parte?
Georg y Nate me miran interesados por la propuesta, el primero le da un golpe a Chad y el segundo a Alex para que presten atención.
- ¿Qué tienes planeado, Ev? -Pregunta Alex con una clara sonrisa que refleja malicia, al igual que la mía, este choca su hombro con el mío y le sonrío arrugando la nariz.
Trueno mis dedos, y miro a Alex, pero antes de responder, Chad habla con cierta emoción en su voz, y no lo culpo, una de las cosas que tengo en común con mi mellizo es que nos encantan las bromas-venganzas.
-La pregunta correcta sería: « ¿Qué es lo que no tienes planeado?» Seguramente esa cabezota suya ya planeo varias formas de vengarse de ese chico nuevo -responde mi mellizo mientras me revuelve el cabello, quito su mano y acomodo mi cabello o al menos lo intento-. Y estoy seguro, que será algo grande, Evanna jamás nos decepciona con sus planes, de eso estoy seguro -Chad está más que emocionado, sus ojos adquieren cierto brillo y su sonrisa se ensancha aún más, me mira y eleva una ceja.
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Otra Tutela © [01]
Teen FictionANTERIORMENTE LLAMADA CRIADA POR CHICOS Soportar a un grupo de chicos que le gustan las bromas, las bandas pop, las fiestas y que son tus hermanos, es algo difícil. Y más cuando fuiste criada por ellos. Sabes que darías todo por esas personas, porq...