Capítulo XXI

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Si me hubieran dicho que terminaría presa junto a mis hermanos, Ezra, Lynch y unas cuantas personas más por meterse en la pelea que yo había iniciado, les hubiera creído de inmediato.

Bueno, lo hubiera creído más de mis hermanos.

Por una razón en particular:

Razón 1, mis hermanos no me hubieran dejado pelear sola.

Terminar aquí no estaba en mis planes, pero todo pasa por algo o mejor dicho, por una vecina chismosa que escuchó ruidos demasiado fuertes a altas horas de la madrugada, sumándole que estábamos en una fiesta.

Las cosas se habían puesto realmente mal.

Chad casi asfixia a Lynch, hasta que tres chicos lo sacaron, metiéndose inmediatamente a la pelea, donde tanto Chase como Nate se metieron, incluso Alex, Ezra y Georg comenzaron a pelear con cuatro chicos más que no había visto antes en mi vida, pero que efectivamente intentaban defender a Lynch.

Así que en total somos catorce personas en una celda donde todos nos queremos sacar los ojos.

Lynch está sentado frente a mi, me mira fijamente y quiero golpearlo. Golpearlo por todas las cosas por las que nos hizo pasar, incluido por lo que le hizo a Ezra. Literalmente, no entiendo lo que pasa por su cabeza.

¿Por qué no entiende que nunca estaré con una persona como él?

¿Por qué no entiende la palabra "no"?

Suspiro.

Nadie habla y tampoco tenemos la intención de hacerlo, me siento cansada y me duele el cuerpo, luego de ver como apartaban a Chad de Lynch, me metí a la pelea, y no me importó golpear a desconocidos, y mucho menos a ellos golpearme.

Todo se fue de nuestras manos cuando una vecina llamó la policía haciendo que todos en la fiesta se fugaran, excepto los catorce que ahora estamos en la cárcel.

Linda manera de terminar una fiesta, nuestros padres estarán encantados.

Miro a mis hermanos, aún siguen con sus respectivos disfraces, algo rotos, y con sus rostros con algunos moretones, pero ahí están.

Chad me mira y afirma. Aprieto su mano y dejo caer mi cabeza sobre su hombro. Desde que llegamos a la comisaria mi mellizo no se apartó de mi lado, agradezco eso.

Cierro los ojos por un momento.

Intento olvidarme del dolor muscular, uno de esos tipos me había levantado del suelo y lanzado contra Chase, haciendo que los dos caigamos al suelo y rompamos un amplificador de sonido.

Suspiro nuevamente.

Imagino como hubiese sido mi vida sin que Lynch hubiera intervenido en ella.

Todo sería mejor sin duda.

Ezra no estaría herido y tampoco hubiera recibido amenazas de parte de ese estúpido.

Mis hermanos y yo estaríamos bien en todos los aspectos.

Y... seríamos felices. Bueno, tal vez la palabra "feliz" es demasiado, pero a veces se vale soñar con algo mejor que la realidad.

Abro los ojos y busco a Ezra, este está sentado en el suelo y mira fijamente a Lynch, quien le devuelve la mirada desafiante. No puedo permitir que se larguen a pelear estando en una comisaría. Sería jugar con fuego, literalmente.

Me pongo de pie, camino hacia Ezra y me siento a su lado, tomo su mano y hago que me mire. Es la primera vez que hago esto con él, y frente a mis hermanos.

Otra Tutela © [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora