Capítulo X

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EVANNA

Parece que mi cabeza se partirá en mil pedazos cuando la alarma suena.

¿Por qué mi alarma suena un sábado a la mañana?

¿En qué diablos pensaba cuando la active?

¿Y por qué demonios puse esa canción de tono? ¡Ahg, es mi canción menos preferida!

Cierro los ojos con fuerzas, quiero seguir durmiendo.

Agarro el despertador, lo apago, lo dejo caer al suelo y el ruido que hace es molesto.

¡Debía de estar loca al momento de poner la alarma a las seis de la mañana luego de mi fiesta!

¡Apenas había dormido medía hora! ¡Media hora!

Me siento en la cama y me doy cuenta de que está ocupada por alguien más. Son Kira y Raven, claro, la noche anterior no quisieron ir a sus casas, ya que estaban solo un poco ebria, así que pasaron la noche aquí.

En fin, mi hogar parece un hotel.

Así que cuando apenas tocamos la cama, caímos rendidas, mis pies dolían demasiado, me había pasado toda la noche saltando y bailando con mis hermanos y con Ezra, sobre todo, con este último. Después de que canté, hice que sacaran Hadriel Lynch y también a Miley de la fiesta, ya que ni siquiera mis hermanos los habían invitado.

Y con que estaba un poco ebria, me refiero a que Kira Sanders y Raven Marín empezaron a cantar a todo pulmón Oppa gangnam style, en medio de la calle cuando salíamos del salón donde se hizo mi cumpleaños, me hubiera gustado grabarla, pero ni Georg y ni Chad, no me lo permitieron, ya que, según el primero, no quería que su próxima novia sea mi burla personal.

Pero, al fin y al cabo, molestaría a Kira y a Raven con eso en algún momento.

Me levanto a regañadientes de la cama, voy hasta mi baño y lo que veo en el espejo me asusta.

Tengo ojeras, baba pegada en la mejilla, y mi cabello no es la excepción, parece que unos pájaros han hecho un nido mientras dormía.

Efectivamente soy un completo desastre ambulante.

Aunque estuviera muerta del sueño, no podría dormir nuevamente.

Si alguien llega a verme en este estado llamara al control animal y saldría corriendo mientras grita que hay un monstruo suelto en las calles de Treawel. Niego rápidamente, sería un horror si me sucediera eso.

Me saco el vestido y lo tiro a un rincón del baño, abro la ducha y espero cuando el agua se regula hasta la temperatura que me gusta, cuando estoy dentro, cierro los ojos.

Recuerdo los ojos de Ezra mientras bailábamos, brillaban demasiado, y aunque no quisimos decir ni una sola palabra, ya decíamos mucho con eso. Sé que tengo sentimientos hacia él, pero me aterra confesarme y que él no sienta lo mismo.

Es algo normal, supongo.

Comienzo mi rutina de limpieza y luego me pongo algo cómodo y no, no es mi pijama; es un simple pantalón negro, mis pantuflas negras y una remera que tengo desde los diez años de Mario Bros, que a esa edad me gustaba usar cosas demasiado grandes y con el tiempo fueron quedándome un poco mejor.

Aún no despierta nadie, así que aprovecho para hacer el desayuno para todos. Pongo algo de música y comienzo a cocinar, me muevo al ritmo de la canción que estoy escuchando por la radio, Dancing with myself.

—Oh, oh dancing with myself
Oh, oh dancing with myself
Well there's nothing to lose
And there's nothing to prove
I'll be dancing with myself
Oh uh oh oh—canto lo más alto que puedo, muevo la cabeza de arriba abajo y agarro la cafetera, muevo las caderas mientras canto esa canción.

Otra Tutela © [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora