Otra Tutela © [01]

Capítulo XXII

Me duele la cabeza, tanto que parece que estallará en cualquier momento, tapo mi cuerpo con la frazada, tengo frío y calor al mismo tiempo, así que saco una pierna afuera.

Cierro los ojos en un intento de dormir nuevamente.

Un ruido de la habitación de Nate hace que me enfurezca.

— ¡Cállate antes de que venda tus órganos en el mercado negro! —grito mientras pongo la almohada encima de mi cabeza.

Soy un amor cuando quiero.

Los ruidos siguen.

Me siento en la cama y golpeo la pared con los puños. La habitación de Nate está al lado de la mía, así que todo lo que él hiciera en su habitación, yo lo escucho, por lo general, siempre pone música pop para tapar los ruidos que hace.

— ¡Nate silencio, por el amor al queso! ¡Cállate y duerme de una vez por todas las margaritas! —Grito otra vez, estampando mi cara contra el colchón— ¡Nate!

Y el ruido sigue.

No había podido dormir mucho, miro el despertador y son las diez de la tarde, pero todo me duele. Absolutamente todo.

Mis pies tambalean cuando toco el suelo frío y me abrazo a mí misma.

Salgo de mi habitación, dudo en entrar a la de Nate, pero luego recuerdo la forma en la que él me despierta todos los malditos días y se me pasa.

Entro.

Mis ojos se abren en par, mi boca literalmente cae y no puedo pronunciar palabra alguna.

Nate al percatarse de mi presencia, se separa y me mira aterrado.

— ¿Qu-qué dem-monio-demonios ha-haces? —Logro pronunciar con dificultad.

Nate corre hacia mí, toma de mi brazo y me arrastra hasta mi baño, dejando al desconocido en su habitación. Al llegar nos encierra a ambos dentro, agarro mi cabeza y lo miro.

Nate me mira nervioso, mientras que yo, intento procesar la información.

Nate estaba besando a un chico.

Nate estaba besando a un chico apasionadamente.

Nate estaba besando a un chico apasionadamente semidesnudo.

Lo miro en busca de una respuesta.

— ¿No me dirás nada? —Pregunta nervioso— Evanna.

—Yo estoy esperando a que me des una explicación —respondo, intento calmarme y al final suspiro —, no sé si sería justo dar una explicación, ya que tampoco la di al atacar a Kira.

Frunzo el ceño. No es momento de pensar en mí.

¿Por qué nos ocultó esto? ¿No confía en nosotros?

Mi corazón se rompe un poco al pensar eso.

—No hay mucho que explicar... Lo que viste... Lo que viste es lo que soy.

Lo miro y comprendo.

La nube.

Nate siempre será la nube.

Porque no importa lo que pase, el siempre estará soñando con los ojos abiertos. Siempre sonara con lo mejor, siempre sonara con una vida mejor para todos nosotros.

Antes lo molestaba con que vivía en una nube, porque era cierto.

Pero al fin y al cabo, Nate siempre será un soñador.