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Capitulo 50

El juicio llega a una conclusión

"El juicio se reanudará en diez minutos", dijo Cornelius mientras se unía momentáneamente al grupo después de tomar una taza de café. Tenía mucha curiosidad por Harry y por todo lo que había pasado. No podría ser bueno; lo sabía, considerando lo oscura que podía ser su actitud. La mayoría de los niños de diecisiete años no podían contemplar una actitud semejante, sin importar que lo hiciera. Quién sabe cuántos años en la calle le harían eso a cualquiera; ni siquiera podía tratar de entender por lo que había pasado. Al menos parecía tener a alguien ahora, aunque no era alguien que hubiera imaginado tener una relación con el hijo de James Potter, nada menos, pero él no lo juzgaría. "Antes de que te vayas, ¿te importaría ir al Atrio y restaurar las varitas a sus legítimos dueños?" Cornelio agregó, suprimiendo su diversión.

"¿No pudieron bajarlos?" Minerva preguntó sorprendida, colocando su taza sobre la mesa. Estaba sorprendida, no solo por el hecho de que las varitas estaban atascadas, sino que Cornelius Fudge no parecía en absoluto perturbado. En todo caso, se divertía; él no era el mago que ella había pensado que era.

"¿Por qué debería? ¿No saben que es grosero apuntar?" Harry se burló irritado. ¡Le apuntaron con sus varitas! Lo amenazó; no iba a aguantar cosas como esas.

"Creo que aprendieron esa lección", dijo Cornelius. "Se esconden en la sala de reuniones del Auror, lamentando la pérdida de sus varitas".

Sirius se rió en su taza, ocultando su gran sonrisa totalmente divertida. Ni siquiera él y James podrían haber tenido una idea tan increíble. Y sin querer, o ver el lado gracioso ... Harry fue realmente genial. Hizo magia que nadie más podía, un poderoso y poderoso insecticida, y Sirius no quería volver a estar de su lado malo otra vez. Hasta ahora, Harry había sido amable con ellos, y eso era un milagro.

"No sé si puedo", admitió irónicamente Harry.

"Lo intentará", le dijo Severus a Fudge, no quería que Harry se pusiera del lado equivocado del Ministerio o los Aurores. Podrían ser bastante vengativos si quisieran ser. Sí, Harry podría cuidarse solo, pero para vencer al Señor Oscuro necesitaban toda la ayuda que pudieran obtener. El ministro de su lado ayudaría mucho a las cosas.

"Gracias", dijo Cornelio.

"Tenemos algunas preocupaciones con respecto a Hagrid; creemos que puede ser realmente inocente del crimen por el que fue expulsado durante su educación en Hogwarts", dijo Minerva de forma inesperada.

"Si lo está, ayudará a reducir su sentencia, si es que lo condenan durante su juicio", dijo Cornelius, asintiendo con la cabeza en comprensión. "Supongo que con esto quieres que le pregunte sobre lo que sucedió hace cincuenta, tal vez hace sesenta años".

"En realidad, Harry sospecha que Albus puede saber la verdad", dijo Severus, sus ojos negros brillando con orgullo ante su sumiso. "Pregúntele qué sucedió durante la apertura de la cámara de secretos por primera vez".

"Por supuesto", dijo Cornelio. "Si resulta que es inocente ... ¿Supongo que los cargos seguirán avanzando?" Esta vez estaba mirando a Harry con curiosidad.

"No completamente," gruñó Harry. "Supongo que hacer que se vaya de Hogwarts y que no se le permita acercarse a los niños tendrá que ser lo suficientemente bueno".

"Harry, si quieres seguir adelante, nadie te culpará", dijo Remus con firmeza.

"Envíalo a Rumania", sugirió Sirius. "Él ama a los dragones, y estaría dentro de su elemento".

"No sin una varita, no lo haría", dijo Remus antes de tomar un café.

"Si lo encuentran inocente, puede conseguir una nueva varita", señaló Cornelius mientras bebía su propia bebida. "Aprende lo que necesita para sobrevivir en la reserva".