Dispuesto-willing

capitulo 110

Las explosiones tras las explosiones mágicas dejaron la varita de Severus con una precisión viciosa, ni una sola vez se detuvieron o comprobaron si sus hechizos habían alcanzado sus marcas, pero lo hicieron, sin embargo, mientras se abría camino con un enfoque y determinación decididos hacia Gringotts, volando llegar de manera oportuna Reapareciendo justo al lado de Harry, la furia y el dolor lo atravesaron, mientras comenzaba a luchar contra Bellatrix, notando que en la escena aparecían cabezas rojas junto con el ruido de las escobas descartadas.

"¡Haz una prueba de diagnóstico, ahora!" Severus dijo bruscamente mientras lanzaba tres maldiciones en rápida sucesión a Bellatrix, forzándose a centrarse en ella, sabiendo que no era un tonto cuando se trataba de magia, tenía que prestar atención si esperaba golpearla. Después de lo que le había hecho a Harry, él estaba decidido a que ella no viviría más allá de este día.

"Muévete a un lado", le dijo George a su gemelo, era mejor curando magia que su gemelo, lo que Fred sabía y se apartó rápidamente, las lágrimas se acumularon en sus ojos cuando un nudo se alojó en su garganta, Harry no respiraba. Incapaz de ver trabajar a George, mantuvo un agarre de su varita y protegió a los tres, observando el duelo entre Bellatrix Lestrange y Severus Snape con los ojos muy abiertos.

Había visto a Dumbledore duelo un par de veces, mientras defendía la Orden durante una redada que conocían en alguna ciudad o área confiada. Eso había sido impresionante, especialmente para un anciano, no se podía negar que era poderoso ... pero en comparación con esta visión, era mediocre. Snape y Lestrange estaban peleando tan rápido que era imposible mantenerse al día, ninguno de los dos estaba golpeando sus marcas.

"Ella lo golpeó con la maldición 'costa fraccionada'", dijo George con voz ronca, era una maldición oscura, una a la que no conocía la maldición contraria. "Está respirando, pero solo es débil y tenso".

"Sano instaurabo, repetidamente, movimientos circulares sobre su pecho," Severus gruñó, "¡Sectumsempra!" su furia alimentándose al saber que ella había usado una de sus propias creaciones en su sumiso para matarlo. Su furiosa carcajada como si supiera lo que él estaba pensando, simplemente lo envolvió aún más, mientras él convocaba escombros para tomar la maldición asesina que dejó su varita. Deseó que algunos de los miembros de la Orden estuvieran aquí, como los decentes, para mantener a salvo a los gemelos y su inconsciente sumiso. En cambio, tenía que confiar en los gemelos para mantenerlo a salvo, lo que lo irritaba enormemente. Se relajó ligeramente cuando escuchó a uno de los gemelos decir la maldición correcta correctamente.

"Sano instaurabo", murmuró George, "Sano instaurabo, Sano instaurabo", tenso y alerta, formando un patrón curricular en el pecho de Harry mientras cantaba. El sudor comenzaba a derramarse sobre él, no era solo el hechizo y la magia que le estaba vertiendo a Harry para salvar su vida, todo el callejón estaba saturado de magia oscura, y la cantidad que salía de Lestrange y Snape era gruesa casi haciéndolo imposible respirar ¡Estaba incómodamente caliente en sus ropas, que eran túnicas de verano!

Fred se encogió ante el sonido de la rejilla y el astillado que venía de Harry, mientras George seguía diciendo el hechizo. Deben ser sus costillas siendo reparadas. Sus ojos marrones estaban ensombrecidos por la preocupación, ya que constantemente giraba su cabeza manteniendo un ojo en todas direcciones. Ni una sola vez deteniéndose en los cadáveres que cubrían el callejón empedrado, no se atrevió a pensar en ello, no hasta que estuvieran fuera de peligro.

"¡Bombarda!"

Fred se puso de pie de un salto, "¡Protego!" lanzando un encantamiento de escudo, observando cómo la maldición regresa al Mortífago que se había mantenido al margen de la nada. Se apartó del camino, demasiado lento para desviarlo. Lo que significaba que no estaba alto en las filas de los mortífagos, esto era una buena noticia, podía defender a su gemelo y a Harry de este pedazo de suciedad. ¿Cuántas personas había matado él hoy? Pensó, sus ojos se oscurecieron en el horror que los rodeaba.