Dispuesto-willing

Capitulo 36

Señora norris

"¡No la encierres!" Harry protestó mientras Severus trataba de espantar a la Sra. Norris desde la puerta. El gato los había seguido hasta las mazmorras desde el ala del hospital, sin sus habituales silbidos y maullidos, como si intentara descubrirlos. O más específicamente, había seguido hacia abajo la sombra invisible de Harry, capaz de olerlo y sin duda curiosa. Fue muy poco la señora. El comportamiento de Norris, había dicho Severus, o más bien, más bien: el 'maldito gato no suele actuar así'. Eso sí que le divirtió a Harry más allá de las palabras; su Dom realmente no era una persona animal.

Severus se giró para mirar a Harry con tristeza; La señora Norris aprovechó la oportunidad y se zambulló en los aposentos de Severus. Ella caminaba como si fuera la dueña del lugar, con la cabeza en alto mientras olfateaba a su alrededor, inspeccionando sus habitaciones. Severus frunció el ceño al gato, pero ella no le prestó atención. Poniendo los ojos en blanco, cerró la puerta de su habitación, esperando que ella se aburriera rápidamente. Nunca le había gustado ese gato; hasta hoy ella siempre le había silbado cuando pasaba. Las cosas que haces por la gente, pensó mientras sacudía la cabeza, medio divertido, medio exasperado.

"No te gusta ella, ¿verdad?" Harry sonrió mientras tamborileaba con los dedos sobre el brazo de la silla, burlándose de la Sra. Norris y haciendo que ella saltara a su regazo. Frotándole las orejas, hizo que ronroneara y se apoyara más en su mano, exigiendo más. Había pasado un tiempo desde que había visto a un gato, pero aún conocía sus lugares preferidos para rascarse, que normalmente eran sus orejas, barbilla, espalda y la base de la cola.

"Si hubieras asistido a Hogwarts, tampoco lo harías", dijo Severus secamente mientras se servía un trago de whisky de fuego, pasando un vaso de cerveza de mantequilla a Harry.

"¿Puedo probar el tuyo?" Pregunto Harry astutamente

Severus parpadeó; por un lado, a Harry se le permitía legalmente beber ahora que tenía diecisiete años; por otro lado, no había manera de que pudiera tomar whisky de fuego, le costaba mucho acostumbrarse. La curiosidad sacó lo mejor de él; le entregó el vaso mirando a Harry de cerca, profundamente divertido.

"Gracias", dijo Harry con una sonrisa, tomando un sorbo de la bebida. Encontró que sabía muy rico y delicioso. Tomó un trago antes de devolvérselo a su Dom. Su boca y garganta hormigueaban cálidamente, le recordó la bebida que había tomado en Año Nuevo, hace cuatro años. Desafortunadamente, había reducido sus inhibiciones y lo había golpeado con la peor paliza que había recibido; había perdido su pequeño escondite para arrancar.

"Has bebido licor fuerte antes," observó secamente Severus.

"Solo una vez", admitió Harry, "Aprendí esa lección de la manera más difícil, me golpearon bastante mal. Pensé que me habían fracturado la mandíbula durante días". Se frotó el lado izquierdo de la cara, como si todavía sintiera dolores fantasmas.

Severus se puso rígido "¿Qué pasó?" exigió, pareciendo enojado.

"Creo que me echaron la mierda en Año Nuevo, unos siete meses antes de conocerte. Lo recuperé un mes después, una vez que me recuperé; ahora que lo pienso ... creo que también podría haber hecho magia. nunca lo volví a ver; no creas que lo lastimé tanto ", dijo Harry, rascándose la barbilla pensativamente con su mano derecha, mientras que la señora Norris continuó ronroneando mientras su mano izquierda la acariciaba distraídamente. No se había acercado ninguno de sus tripulantes, se dio cuenta; curioso.

Severus se mordió la lengua, el deseo de decir algo era abrumador. Desafortunadamente, Harry llegó con pasado, uno que no se discutió durante la cena, eso fue seguro. Se preguntó distraídamente sobre el otro chico, ¿la magia de Harry había venido a defenderlo y lo había matado? Era posible, la magia de Harry no era ligera, era defensiva, se usaba únicamente para la protección y la supervivencia.