Dispuesto-willing

Capitulo 69

Delirios

"¿Que hora es?" Preguntó Fred, lamiendo sus labios secos mientras se sentaba, los amuletos imbuidos en el saco de dormir lo mantenían caliente a pesar de la frialdad del clima. No podía evitar el bostezo que dividía su rostro en dos, todavía estaba agotado a pesar del hecho de que había dormido, aunque no había estado seguro de cuánto tiempo había pasado eso. Todavía estaba oscuro, pero la luz estaba empezando a deslizarse sobre los árboles. Estirando su cuerpo, se alegró por el saco de dormir, de lo contrario su espalda probablemente le dolería algo feroz. Su estómago gruñó ruidosamente; Oh, haría cualquier cosa por comer, un verdadero desayuno. Ni él ni George habían estado comiendo adecuadamente incluso antes de que Harry desapareciera. Se despertarían con cinco minutos de sobra, tomarían un sándwich o cualquier cosa que pudieran y llegarían a su tienda. Después de esto, Uno de ellos recibiría dulces de Honeydukes para marearlos. Luego, por la noche, pasaban horas tratando de inventar nuevos chistes, y luego preparaban una cena apresurada que generalmente consistía en patatas fritas y un sándwich de jamón antes de acostarse.

"Son casi las siete", dijo George, con los ojos a media asta.

"Duerme un poco", dijo Fred. Su hermano parecía agotado, de hecho parecía estar listo para caerse y no volver a levantarse.

"No puedo", murmuró George, luchando por mantener los ojos abiertos.

"¿Por qué no?" Fred preguntó confundido, quitándose las mantas y sentado encima de la ropa de cama en lugar de dentro.

"Necesito decirle algo a Snape", dijo George.

Fred se rió suavemente, "¿Puedes imaginar la reacción de Harry a eso si él estuvo aquí?" preguntó el niño pelirrojo con alegría.

George sonrió, "Sí, y espero que vuelva a suceder". añadió esperanzado.

"¿Cuál fue exactamente la reacción de Harry?" preguntó una sedosa voz de barítono, haciendo que los gemelos saltaran.

"Necesitas dormir", dijo George, inmediatamente después de respirar profundamente.

"A él no le gusta que nadie te llame Snape", dijo Fred, riéndose un poco al recordar la última vez. "Le dije muchas veces que es lo que la gente te llamaría, ya que ya no eres su profesor. A él no le importaba, él todavía estaba enojado por eso; nunca supimos por qué".

"Una relación como la nuestra se basa en el respeto, especialmente al principio. Eso debería decirte sin que tenga que decir más", dijo Severus sin rodeos cuando se incorporó. Movió cautelosamente su rígido cuello de lado a lado, deshaciéndose de las torceduras. Esperaba no haber dormido demasiado, necesitaba encontrar a Harry. Su sumiso estaba acostumbrado a estar en la calle. Harry conocería las calles mejor de lo que lo haría, lo que podría hacerlo más difícil de encontrar. El niño sabría cuáles son los mejores escondites y lugares para evitar que lo encuentren. Dado el hecho de que no había querido tener nada que ver con el mundo mágico antes de Severus, era seguro decir que esa era la forma en que volvería. Harry dijo que su magia le había fallado cuando trató de salvar al niño; La magia se había llevado a sus padres, lo reconociera o no, y lo más importante, pensaría que él también se había ido por medios mágicos. Si antes hubiera odiado el mundo mágico ... bueno, digamos que sus sentimientos por él serían diez veces peores.

"Tuve un pensamiento anoche ..." George comenzó a decir.

"¿Dolió?" Severus lo interrumpió, sonriendo con ironía, solo para sorprenderse por un repentino estallido cuando apareció Grace, con tres bandejas de comida en sus manos, o más bien flotando a solo unos centímetros de sus manos.

"Muy gracioso ... oh, gracias", dijo George, aceptando agradecido su desayuno, con la boca ya llorando por el olor.

"¿Asi que?" Preguntó Fred. Eso fue el doble de lo que George había dicho al decirle a Snape algo, eso debe ser importante.