Día 23

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La puerta se abrió antes de poder contestar, la maestra Naomi nos miró a uno y a otro, me levante dándole los buenos días, Kag la ignoro algo molesta por la intromisión, pidió que la dejáramos sola y baje a mi cuarto, la maestra me miraba como si hubiera hecho algo indebido, suspire avergonzado. Las palabras de Kagome resonaban en mi cabeza, esa mañana acompañe a Ginkotsu quien últimamente se le veía muy enojado y filoso con mi padre, a levantar las cercas que dividían el terreno de la maestra al de Koga.

-oye Ginkotsu estas molesto con mi padre-pregunte más para distraer mi mente de la propuesta de Kag.

-mira niño la verdad es que tú al igual que tú padre solo están aquí por una temporada, pronto deberán regresar a la ciudad, entonces dejaras a Kagome atrás y lo mismo tu papa- me dijo sin mirarme.

-y mi padre que podría dejar aquí-pregunte sin ganas.

-acaso no sabes de la relación que tiene con Naomi-menciono y la tabla callo de mis manos.

-de que hablas-interrogue- se más claro quieres.

-no niño, ese no es mi asunto-dicho esto se mantuvo en labor sin prestarme atención.

A mi cabeza vinieron varias imágenes de ellos dos muy platicadores y juntos, no, claro que no, que absurdo pensé, dejando a un lado ese pensamiento absurdo, mi padre era muy recto, muy formal, amaba a mi madre, no le sería fácil olvidarla, que tarades, pensaba sonriendo divertido por aquello.

El calor estaba que, en un punto alarmante, Goyo había sacado a Kagome al jardín, bajo un árbol platicaban mientras él embolsaba abono, cuando llegue la camisa estaba empapada de sudor, me la quite y ella me miro significativamente, yo sentí un estirón, carajo, pensé y fui por la manguera, estaba a punto de mojar mi cabeza cuando me llamo.

-está loco, vienes del sol, te enfermaras- me regaño.

-entonces no me mires así-le digo sonriendo.

-prefiero verlos así chicos- Goyo se lanzó a abrazar a ambos.

Estuvimos platicando un buen rato ahí bajo el naranjo, pero realmente deseaba refrescarme, fui por la manguera y mojé mi cabeza, los empecé a atacar con la manguera, Goyo la llevaba de un lado a otro a Kag con la silla, pero no escapaban del agua, reíamos sin parar, por fin cerré la llave y fue cuando la vi.

-Kag tienes sangre en la nariz- le dije acercándome a ella.

-es por el sol, es normal-me contesto limpiándose- trae la manguera por fa.

-hey levanta la cara- escuche a Goyo decir- el sol esta intenso.

Se limpió y la sangre paro minutos después, ella me miro sonriendo, y de nuevo sentí un apretón en el corazón, tenía que decirle a la maestra, ella lo sabía, ella no quería, no me dejaría, eso fue claro cuando se mantuvo a mi lado por el resto de la tarde, no me dejo ni un momento solo o con la oportunidad de decirle, cuando el sol empezó a ocultarse, después de la tercera ducha, porque enserio que el sol estaba que nos quemaba y cocinaba, al salir determinado para decirle, me la encontré en la puerta de mi cuarto, me sonrió y no pude sonreír también.

-estoy lista para lo que te dije-me susurro.

-segura- dije y la sangre me ardió.

-segura- la tome en brazos y camine al establo, no sé, tal vez una loca fantasía, sonreí, al llegar con ella y dirigirnos hasta la última casilla vacía, la recosté en la paja, ambos estábamos nervioso.

Me recosté sobre ella y nuestros labios se unieron, poco a poco se fue haciendo intenso, profundo, salvaje, no estaba del todo seguro de aquello, pero seguí sin parar, empecé a desabotonar su blusa y unas risas nos detuvieron.

-está loco, puede venir alguien-la voz de la maestra se escuche divertida.

-shhhh. tranquila los chicos deben estar en su habitación-la voz de mi padre fruncí el ceño.

-no puedo dejar de pensar en ti- escuche decirle a ella.

Kag y yo nos miramos y la cargue en brazos, al pararnos los vimos besándose.

-NAOMI-grito Kag.

-PAPÁ-dije.

Ambos se soltaron y nos voltearon a ver, nos valía camote si nosotros estábamos haciendo algo indebido, pero ellos, yo estaba decepcionado.

Continuara…

Diario de un joven enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora