Capítulo 1

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Todo lo que hicieron en los últimos días los condujo hasta ese punto. Darse por vencidos ya no era una opción, no cuando estaban tan cerca de lograr su objetivo.

Cuando Peter era solo un niño, deseó en más de una ocasión ser el acompañante del viajero del tiempo. Cada vez que se estrenaba una de las tres películas de "Volver al Futuro" los sábados, corría de su habitación a la cocina media hora antes para preparar palomitas y tomar una bebida del refrigerador. Extendía su colcha favorita sobre el piso de la sala, doblaba sus piernas cómodamente y colocaba la botana cerca para disfrutar de las aventuras que las películas le ofrecían durante horas.

Creía que los viajes en el tiempo eran emocionantes, llenos de aventuras y posibilidades. Lo que nunca pensó fue que su deseo se cumpliría años después, mucho menos que la ficción se mezclaría con la realidad, hasta el punto de que sería difícil diferenciar una de la otra.

Peter se encontraba en silencio, recargado en la columna de la habitación, observando cómo Tony, Banner y Rocket trabajaban a unos metros delante. Podía notar la tensión en los hombros del señor Stark y la preocupación en el rostro de Bruce mientras comenzaban a guiar las gemas al guantelete con cuidado y precisión.

Había sido un largo camino. La mayoría fue rocoso y doloroso, solo provocando que las heridas de todo el equipo volvieran a arder con más intensidad. Al principio, cuando sus compañeros propusieron un viaje en el tiempo para traer a todos de vuelta, Peter sintió una pequeña emoción por esa posibilidad, pero luego recordó las complicaciones que podía traer y más tarde comprobó eso.

No fue fácil. Tuvieron que planear cada paso que darían para no afectar las líneas de tiempo. Formaron equipos, solucionaron imprevistos y volvieron. Cuando todos estuvieron de nuevo en el complejo, la ausencia de Clint, quien era conocido como Ojo de Halcón, era dolorosa. Mostraba la mirada más rota que Peter había visto en esos últimos cinco años.

Peter ni siquiera intentó imaginar el dolor que estaba sintiendo el hombre al haber perdido a su amiga, todo para tener una posibilidad de traer de vuelta a su familia.

Una vez que Thanos chasqueó los dedos, todos perdieron, unos más que otros. Peter jamás pensó ser testigo de cómo la mitad de la vida desaparecería en un segundo, solo por la idea de un titán.

Él estaba consciente de las amenazas en el mundo, se había puesto la máscara el tiempo suficiente para saber que existían, pero aquello sobrepasó su conocimiento.

Un viaje escolar para ganar una competencia junto a su amigo y equipo era todo lo que tenía planeado cuando se levantó de la cama. Ni por un instante cruzó por su mente que se vería involucrado en una gran batalla en el espacio contra un titán, mucho menos que vería cómo desaparecían sus nuevos compañeros, los Guardianes de la Galaxia o el Doctor Strange, en un montón de polvo después de la decisión del portador al hacer equilibrio en el planeta.

—Está listo —dijo Tony con asombro, dando varios pasos atrás para admirar la herramienta que devolvería a todos.

Eso estaba pasando. Había una posibilidad de que las personas que desaparecieron volvieran de nuevo. Peter se vio obligado a avanzar hasta estar al lado del señor Stark. Su mentor le dio una suave sonrisa de aliento, tratando de transmitir confianza en aquel momento.

Nunca dudó seriamente del señor Stark, pero volver a caer en el vacío era algo que no quería experimentar de nuevo. Cuando Tony se presentó en su departamento para invitarlo a participar en la misión, su primera reacción fue negarse a ser parte de ella. Tal vez fue egoísta al decir que no, pero no quería volver a sentir el fracaso o la desesperación si no obtenían un resultado favorable.

Había perdido a su mejor amigo y su novia cinco años atrás. El dolor que aún se escondía en su corazón volvía a surgir con más fuerza, cada capa desprendiéndose una vez más mientras recorría ese camino.

Peter Y Michelle - Estoy Atrapado ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora