Capítulo 7

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Tardó tres días para animarse a llamar a Harry Osborn. Michelle en el transcurso de ese tiempo, puso los más sencillos y estúpidos obstáculos para no ir a su viejo edificio.

Fue en medio de la clase de ciencias, cuando por fin se animó a mandarle un mensaje a Harry, diciendo que a las tres iba a pasar por sus cosas.

Ahora tenía diez minutos parada del otro lado de la calle, solo mirando el edificio de quince pisos que se alzaba, albergando en el interior a más de treinta familias que pagaban el alquiler cada mes. 

Para MJ siempre sería mejor conocido como su hogar, en donde pasó siete años viviendo en compañía de su abuela Iliana.

El celular de Michelle comenzó a sonar, sacándola de su parálisis temporal.

—Hola—saludo a Harry con voz ronca.

—¿Cuánto tiempo esperas estar ahí parada?—preguntó. Michelle negó confundida mirando a su alrededor, encontrándose solo con unos niños que jugaban en el parque de la esquina. 

Sus ojos oscuros entonces recorrieron el edificio hasta detenerse en el piso seis. Harry se encontraba ahí, observando a su dirección. Había hecho la cortina verde de la habitación a un lado. Desde esa distancia se podía reconocer una leve sonrisa por parte de su compañero.

—Vamos, sube—ánimo. Ella no se movió de su lugar—Tal vez parezca un monstruo desde ahí, pero en serio, soy un chico encantador.

No tenía motivos para creer lo contrario. Harry desde el primer día se mostró comprensivo, incluso amable. Era un buen amigo de Peter, una persona con gran energía que te invita a no tener miedo al avanzar.

Michelle respiró hondo antes de dar el primer paso. Cuando entró a la estancia su respiración se sentía pesada, demasiada como para querer continuar. Una vez ahí, prefirió elegir el camino más largo que podía proporcionar las escaleras.

Subió despacio. Tarareando sus dos canciones favoritas en su mente, tratando de transmitir confianza en lo que estaba haciendo. Su respiración estaba acelerada y sus manos temblaban un poco cuando por fin llegó.

Trato de esconder sus nervios, metiendo sus manos en los bolsillos delanteros de su pants, una vez que toco el timbre y espero con impaciencia a que abrieran.

Harry apareció. Vestía un conjunto deportivo, estaba sudando, con su cabello claro pegado a los lados del rostro. 

—Hola, Jones—saludo con alegría, marcando cada una de sus palabras con entusiasmo—¿Cómo estás?.

—Bien—mintió. 

El estar ahí provocaba que todo estuviera mal. Qué de pronto el día pasará de soleado a nublado en cuestión de milésimas de segundos. 

Ahora se encontraba en el lugar que consideró siempre su verdadero hogar, metida en una extraña situación. Todo para Michelle seguía siendo complicado, desconocido y frustrante, porque era momento de tocar la puerta, no de abrirla.

Harry señaló hacía el interior con su mano. Un escalofrío recorrió por los brazos de Michelle cuando camino hacia la sala. 

Su nuevo inquilino realizó un cambio radical en el piso. Ella en silencio contempló el lugar. Estaba paralizada mirando como el toque de Harry se extendía por cada centímetro del interior. Tenía un toque elegante que resaltaba por el color negro y gris de la sala. Los tres cuartos estaban perfectamente alineados en la pared del fondo, resguardando en los marcos pinturas llamativas que iban totalmente en contra con la seriedad.

¿Por qué la jirafa reía del león?. Michelle no logró encontrar algo en el cuadro que le diera la razón de tal risa. Entonces llegó a esa dolorosa verdad, la cual era que nunca más sería su hogar. Porque estaba mirando las mismas paredes, pero con los gustos y creencias de otra persona. 

Peter Y Michelle - Estoy Atrapado ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora