Capítulo 15

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Voltio hacía ambos lados de la calle, esperando ver a Michelle Jones caminando a su dirección con prisa y una disculpa escapando de sus delgados labios, ante el retraso presentado.

—¿Sabes si a MJ le surgió algún problema o esta molesta conmigo?— preguntó Peter al notar como no llegaba.

—¿Por qué me preguntas a mí, si tú eres el novio?—preguntó en cambio Ned, recargado en el cristal de la ventana mientras continuaba texteando.

—Por qué tú eres su amigo— respondió como si fuera lo más obvio, luego aclaró ante la mirada confusa de Ned—Que tal si hice algo estúpido y está enojada conmigo.

—Ella no está enojada contigo, porque entonces yo lo sabría—Ned levantó el rostro y se enfocó en Peter—¡Ahh!. Ya entendí- asintió y luego negó—No se dónde está. Pero es extraño de Jones llegar tarde. ¿Ya le llamaste?.

—Si. Manda directo a buzón.

Tenían media hora parados fuera de la cafetería Elección, esperando a que la última integrante del equipo llegará para así poder ingresar, ordenar unas famosas donas glaseadas de chocolate, y comenzar a debatir sobre el libro que habían terminado de leer ese mes.

Con el paso de cada nuevo minuto, Peter iba olvidando los argumentos que construyó esa tarde sobre la mala actitud presentada por la protagonista Grace, solo para que su mente se localizara y preocupara en Michelle Jones.

—Algo no está bien—llegó a la conclusión.

Peter descendió su mirada hasta la dalia negra que sostenía en su mano derecha. Esa mañana la había recogido de la tienda de reparación del señor Bard, luego de que fuera prácticamente destruida en la batalla de Londres. Ahora, la dalia volvía a estar igual como la vez que la compro y esa tarde por fin pensó en dársela a Michelle, su reciente novia.

—¿Que?—preguntó con distracción Ned.

—Esto no es normal.

Su novia era de las personas más puntuales, siempre era la primera en llegar a la preparatoria, prácticas  y citas. Y cuando un asunto se presentaba de improviso, avisaba rápido mediante un mensaje o llamada, para no hacerlos esperar.

Peter de pronto se movió, camino calle arriba con prisa. Mirando consecutivamente la pantalla de su celular, esperando ansioso una señal para hacerlo girar y esperar en su antiguo lugar, un minuto más.

—¿Qué?, ¡Peter espera!—gritó Ned a su espalda. Pronto su amigo llegó hasta su lado, con la respiración acelerada y confusión plasmada en su rostro.

—¿Qué haces?, ¿Qué sucede?—coloco su mano sobre su hombro y Peter se giró.

—Algo le sucedió a Michelle.

—¿Qué?, ¿Cómo lo sabes?.

—Solo lo se—respondió y corrió calle arriba, con un mal presentimiento estrujando su mente y corazón.


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Odiaba las alturas. La primera vez que lo descubrió fue cuando tenía ocho años y la escuela Antony Yin a dónde asistía, decidió organizar una salida a un parque de diversiones, ubicado en el centro de Queens, para celebrar el triunfo reciente que tuvo su generación en la competencia de ciencias nacionales.

Peter Y Michelle - Estoy Atrapado ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora