Capítulo 20

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—¿Dónde esta mi secadora?—preguntó de nuevo gritando su tía Sky desde el piso inferior.

Michelle intentó tranquilizarse. Odiaba cuando la gente gritaba. Y su tía lo había hecho durante todo el día, haciendo que por primera vez odiara un sábado.

—No lo se.—respondió con dientes apretados desde la escalera, regalando una clara mirada de contención.

—¡Tu nunca sabes nada!—exclamó su tía molesta, desapareciendo de su campo de visión.

Michelle se sentó en las escaleras aburrida. El estar cerca de su tía Sky siempre era un tormento que provocaba dolor de cabeza, pero ese día apenas era mediodía y su tía la había abrumado más de lo normal.

Ultimamente Mj solo lograba estar tranquila cuando se hallaba en la preparatoria o encerrada en su habitación, aún cuando eso significará estar en completa soledad.

Michelle entonces se dio cuenta de cómo hecha de menos sus viejos sábados. Esos en donde desayunaba con su abuela panques, mientras que por las tardes se dirigía a la casa de Ned o Peter a ver películas, jugar videojuegos o ayudar en investigaciones del hombre araña. No podía negar como estrañaba desde los debates, hasta parar tiempo con esos perdedores.

Fue hasta cuando gritaron su nombre  lo que le permitió volver a la tierra, miró a todos lados confundida por un instante, hasta que escucho el timbre de la puerta. Mj se levantó y fue corriendo a abrir. No hubo ninguna sorpresa en su rostro al ver a Ned ahí.

—Hola—saludo Michelle con algo de entusiasmo que rápido intento cubrir—¿Qué quieres?—espero que su voz no se hubiera oído más dura de lo necesario.

El chico sonrió. Parecía incomodo e incluso nervioso cuando respondió su saludo. El abrió su mochila azul y sacó del interior su libreta con movimientos torpes.

—La olvidaste ayer en el laboratorio—respondió extendiendo la hacía ella.

Michelle la tomó llevando contra su pecho, dándole las gracias en el proceso.

—De nada—dijo Ned.

Guardaron silencio por un momento. Ella no sabía que decir a continuación. Además, pudo ver una mirada incomoda en los ojos de Ned, como si quisiera huir. Lo más fácil que podía hacer era dejar que se marchará, pero en cambio cuando Ned camino hacía la banqueta, Michelle habló.

—El sol está muy fuerte—comentó para llamar su atención.

Ned se giró y la miró confundido, para luego posar su mirada hacía el cielo nublado de Queens. Mj de inmediato se sintió estúpida, al elegir la escusa más tonta para detenerlo. No había ninguna posibilidad de intensos rayos de sol en esa tarde, sólo una gran probabilidad de intensa lluvia que provocaría gran tráfico en la ciudad.

—Demasiado intenso—dijo Ned suspirando, mientras la contempla con una leve sonrisa—No quiero llegar a mi casa sudoroso. Mi madre me regañaría durante horas al esparcir mi mal olor.

—Supongo que me siento en la obligación de invitarte a pasar—dijo eso como si la molestara—Luego de que hubieras traído hasta acá mi libreta, lo mínimo que puedo hacer es ofrecer algo de limonada—Michelle se hizo a un lado y señalo al interior con la cabeza.

Su corazón latía con fuerza. Y el miedo de pronto se instaló al pensar que Ned rechazaría su oferta para ir a un lugar más entretenido en ese sábado. Entonces, cuando Ned paso a su lado e ingresó a la casa de su tía Sky, Mj se relajo.

Al pasar por la puerta principal la sonrisa en el rostro de Ned se amplio aún todavía más. El chico fue recorriendo la estancia, mirando con curiosidad la decoración, hasta detenerse en una fotografía que colgaba en la pared.

Peter Y Michelle - Estoy Atrapado ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora