Capítulo 5

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Exactamente una semana había pasado desde el funeral de Tony Stark. La emotiva despedida del hombre que dio su vida para salvar a la humanidad superó con creces lo que Peter había imaginado.

Todo el equipo estuvo reunido en la cabaña. Primero, una pequeña reunión privada en la que Tony se despidió a través de un holograma, luego un tributo en el lago, y finalmente, una fogata.

Aquel día había sido largo y agotador en todos los sentidos. Cuando la noche llegó, todos se acomodaron alrededor del fuego que ardía intensamente. Durante los primeros minutos, solo se escuchaban las respiraciones de los presentes, el crujir de la leña y los sonidos de los animales nocturnos. Fue Steve Rogers quien rompió el silencio, contando una anécdota sobre el vocabulario inapropiado que usó en una batalla, lo que relajó el ambiente.

Hubo risas, recuerdos y nostalgia en ese círculo de personas sentadas en el suelo terroso, mientras las estrellas y la luna iluminaban con mayor intensidad las historias que compartían sobre su amigo.

En los días posteriores a la gran batalla, las palabras de Tony se cumplieron al pie de la letra. Familias enteras se reunieron, el crimen pareció hacer una pausa por algunos días, y las personas retomaban sus confusas, desordenadas o controladas vidas.

—¿Una hermana?—preguntó asombrada Michelle, vaciando azúcar en su café.

—Sí. Tiene un año y es así de alta—dijo Ned, señalando con las manos lo que debía ser la estatura de su hermana—. Mis padres la llamaron Nadia. Dijeron que durante meses estuvieron buscando un nombre parecido al mío, como un tributo después de que me desvaneciera en polvo, pero no encontraron ninguno que fuera el opuesto a Edward Leeds.

—Nadia es una bebé adorable—comentó Peter, dirigiéndose a Michelle.

—No lo es cuando llora. Estaba acostumbrado a ser hijo único, Peter. Pero durante la noche, su llanto atraviesa las paredes de mi habitación y me provoca dolor de cabeza. No me malinterpreten—aclaró Ned—tener una hermana pequeña es genial, en serio. Es solo que ahora todo es... —Ned movió las manos, buscando la palabra adecuada entre las muchas que volaban por su mente.

—Diferente —sugirió Michelle, y Ned asintió de acuerdo.

—Exacto. Tengo una hermana pequeña, una madre que de repente me mira como si fuera un fantasma, y un padre que casi no está en casa por su nuevo trabajo. Y cuando volví, me di cuenta de todo lo que me perdí, y eso me molestó. Por un instante pensé que al menos en la escuela estaría con mis amigos y sentiría que nada había cambiado—Ned miró a Peter.

Horas después del regreso de todos, Peter habló con Ned para asegurarse de que estuviera bien, mientras se dirigía al departamento de Michelle. En esa breve conversación, le contó lo que sucedió una vez que abandonó el autobús escolar: las gemas, la pelea en el espacio y, sobre todo, Thanos, quien había sido el causante de que la mitad de la vida desapareciera. También le habló de su rescate por parte de Capitana Marvel y cómo lo primero que hizo al volver fue correr a las casas de ambos, solo para descubrir que habían desaparecido.

Ned sabía desde el principio que Peter no desapareció en el chasquido, pero no lo había visto hasta ese día. A Peter le habría gustado verlo desde el primer día de su regreso, pero los asuntos con los Vengadores, Tony, Michelle y Gwen complicaron su tiempo.

Ahora, por fin, estaban los tres reunidos como en los viejos tiempos. Se encontraban en su cafetería preferida en el centro de Queens, bebiendo café y disfrutando una de las famosas rosquillas de la ciudad. Cuando Ned vio acercarse a Peter, notó lo diferente que se veía en esta nueva versión de sí mismo. Peter entendía lo difícil que era para Michelle y Ned todo lo que estaba sucediendo; después de todo, para ellos, el tiempo no había avanzado. De alguna manera, Peter se sentía culpable por haber avanzado sin ellos.

Peter Y Michelle - Estoy Atrapado ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora