Capítulo 6

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Una semana escolar, se sintio como vivir mil dias. El tiempo se extendió más allá de lo normal para Michelle Jones, la chica que siempre necesitaba la luz del día para realizar sus actividades y proyectos. Por primera vez, sintió que las seis horas en la preparatoria se alargaban lo suficiente como para que se sintieran como doce.

El viernes por fin había llegado; la semana escolar estaba a medio camino de finalizar. Michelle se encontraba sentada en la tercera fila, en el último banco. Su mirada café se posaba sobre las manecillas del reloj, que avanzaban lentamente, aumentando su desesperación con cada segundo.

Sus delgados dedos golpeaban el banco con ritmo, completamente ansiosa por que la manecilla llegara al diez. Por quinta vez en la semana, se sorprendió a sí misma al descubrir cuánto deseaba salir al receso en lugar de permanecer un minuto más en el salón, alimentando su cerebro de conocimiento.

La semana fue rara, complicada e incómoda. El primer día, cuando se bajó del automóvil de Peter y se plantó frente a la preparatoria Midtown, lo primero que vio fue que el famoso edificio estaba recién pintado. Con cada paso que dio al interior, notó la transformación que había ocurrido en esos cinco años.

Midtown ahora tenía un nuevo edificio de tres pisos al fondo, la biblioteca estaba modernizada con nuevo equipo de cómputo y un gigantesco póster de una banda desconocida adornaba la puerta del laboratorio de química, pareciendo estar en su máximo potencial.

Uno de los cambios más drásticos a los que se enfrentó esa semana fueron las personas. La mayoría de sus compañeros, al igual que Peter, estaban en la universidad, lo que dejaba un equipo destrozado.

Pensó que regresar a la preparatoria despejaría su mente de todo lo que había sucedido, pero fue todo lo contrario.

Ahora, sentada en un banco rodeada de compañeros desconocidos y maestros nuevos, su mente comenzó a divagar sobre qué rumbo habría tomado su vida si no hubiera desaparecido.

¿Estaría estudiando periodismo en la universidad como había planeado? ¿Seguiría en una relación con Peter? ¿Su abuela estaría viva? ¿Habría vuelto a hablar con su tía Sky?

Lo único que mantenía su mente estable eran las clases que compartía con conocidos como Ned, Betty e incluso Flash.

Aunque MJ fingió estar bien cada vez que Peter la recogía al finalizar las clases, la realidad era muy diferente. No podía asimilar los cambios, se negaba a aceptarlos. No podía aceptar que su abuela Iliana ya no estuviera con ella, que ahora tuviera que vivir con su irritante tía Sky y que su novio estuviera en la universidad.

Michelle estaba tomando clases de dibujo, ocultando bajo su aparente seriedad el coraje y la ansiedad. Cuando la maestra llegó al aula, les pidió que despejaran su mente y dibujaran lo que surgiera. La hoja de MJ permanecía en blanco, sin trazo alguno, y el lápiz seguía en la misma posición que hacía cuarenta minutos.

Ella solo miraba el reloj. Necesitaba salir urgentemente de ese reducido salón, donde las cuatro paredes parecían juntarse.

De repente, sus ojos se dirigieron a un lugar específico: en la otra esquina de la habitación había un banco vacío. Ninguno de los estudiantes quería sentarse allí al comienzo de la clase de dibujo; todos preferían el fondo para conversar o hacer tareas de otras materias.

MJ pensó que si Peter estuviera ahí, seguramente habría tomado ese lugar vacío, como solía hacer cuando compartían esa clase.

Él siempre se sentaba allí. Cuando se trataba de dibujo, Peter no era bueno, así que decidía ir al frente para concentrarse y lograr un mejor trabajo.

Pensar en eso la llevó a reconocer su nueva realidad. Peter ya había cursado esa materia, incluso la preparatoria. Ahora estaba en algún asiento de la universidad, tomando una gran variedad de clases, con nuevos amigos y profesores.

Peter Y Michelle - Estoy Atrapado ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora