~ XXXIII ~

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Dos horas después

-Jimin, entra ahí, por favor.-

Dijo Suga, que se encontraba en el marco de la puerta de su despacho, listo para salir de ese lugar luego de casi dos horas encerrado en este.

Haciéndose a un lado para dejar pasar al rápido rayo amarillo que corrió hacia dentro, terminó de salir de su oficina para hablar con el segundo chico que estaba esperando por el peli negro.

-Vamos a cambiar todos los medicamentos de Jeon.-

Sentenció en un mini murmuro seriamente, una vez que se acercó lo suficiente al peli castaño que estaba apoyado en la pared frente a la puerta.

-Al parecer fueron casi dos horas muy productivas, eh.- Dijo Hope, tratando de matar el aura tan seria que traía el mayor.

-¿Cuantas veces lo has escuchado murmurar para sí mismo?- Preguntó Min, notablemente serio, incluso, hasta un poco molesto con el menor frente a él.

-¿Ah? Jamás.- Respondió, colocándose igual de serio, intuyendo el camino que había tomado la sesión del menor. -Por lo menos, no que yo recuerde.-

-Voces, Hoseok... Escucha malditas voces.- Dijo medio murmurando el mayor de todos, en un tono notoriamente molesto, pero a la vez de preocupación. -¿Donde mierda está Taemin?- Preguntó, mirando molesto al castaño frente a él.

-E-En su despacho, creo- Respondió, sintiendo un escalofrío al ver la mirada del mayor. -No tiene citas médicas hoy, así que debe estar rellenando fichas...-

-Deja que Jimin se encargue de JungKook, saldrán cuando estén listos. No los interrumpas, pero quédate atento a ambos.-

Dicho eso, YoonGi comenzó a caminar rápidamente por el pasillo, sin esperar una respuesta del menor, solo pensando en llegar lo más rápido que podía al despacho de Lee, confiando en que Jimin manejaría sin problemas la situación dentro de su propio despacho.

-JungKookie... Soy yo...- Murmuro Jimin, cerrando con cuidado la puerta tras de si, mientras miraba atentamente la espalda del chico que estaba sentado frente a él. -Solo somos nosotros, Kookie...- Susurra, acercándose con cuidado al menor, notando como es que el cuerpo frente a él temblaba levemente. -Debes decirme qué pasa, JungKookie... Que puedo hacer... Necesito que me lo digas...- Habló, quedándose a unos pasos tras el menor, sin dejar de ver cómo es que le temblaba levemente el cuerpo.

-Yo... Quiero un abrazo, Minnie...- Susurró, sin poder controlar las lágrimas que caían por su cara, mientras se seguía afirmando la cabeza. -Te... Te necesito, Jimin... Te necesito conmigo...- Murmuró, a la vez que se colocaba de pie, pero sin dejar de afirmar con fuerza su cabeza.

-Kookie...- Susurró, dejando caer sus propias lágrimas al ver a JungKook así.

Bastó solo un segundo para que se apresurara y abrazara el cuerpo frente a él, como si ambas vidas dependieran de ese contacto.

-Estoy aquí... Solo estamos tú y yo...- Murmuró, manteniendo el abrazo en el cuerpo del menor.

-Si-Sigue hablando, por favor, Minnie... Por favor...-

Susurraba el menor, que no dejaba de afirmar con fuerza su cabeza, esperando callar las voces que comenzaron a resonar en su mente, provocando que cada vez aparecieran más y más lágrimas en sus ojos.

*¿De verdad crees poder cuidar de él?*

-Cállate.-

*Mi querido Hijo, ¿de verdad crees tener lo suficiente para cuidar del pequeño frente a ti?*

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