El día de ayer lunes busqué a Alex en la universidad pero no llego, ni el ni sus amigos eso era raro. Después de haberle entregado la información a Alex el muy idiota no se había digando ni siquiera a mandarme un whats agradeciéndole, no había vuelto a recibir ningún mensaje y eso se me hacía muy raro.
Las primeras 3 clases pasaron rápido ahora estaba en tiempo libre, iba caminando por el pasillo cuando sentí que una mano se estrelló contra mi pompa derecha.
-¡Que te pasa idiota!- iba a darle una cachetada pero el idiota detuvo mi mano.
-Oye no te portes como una santa, sabemos que eres la nueva puta de la escuela ahora que Donovan te dejo.
Quise volver a pegarle pero él me agarró ambas manos.
-Si te portas bien te va a gustar pitufina.- él me arrinconó contra la pared.
-¡Déjame! ¡Déjame idiota!- tarde de darle un golpe entre las piernas pero fue imposible.
-Cállate pitufina. ¿Así es como lo hace Donovan cierto?.
Él volvió apretar mis manos con más fuerza, mis manos comenzaron a doler mucho más y yo no tardaría en llorar.
-¡Suéltala Mariano!
Ambos giramos al escuchar la voz de Michelle.
-No te metas Michelle esto es entre ella y yo.
-Si no la sueltas te voy a romper la cara.
Al escuchar eso deshizo su agarre y se alejó de mi.
-Tranquilo Michelle veo que la quieres para ti.
-No quiero que la vuelvas a molestar o me veré obligado a algo que no quiero hacer.
Mariano levantó las manos en modo de rendición y se fue, sentí tan bonito cuando Michelle me defendió que quería correr a sus brazos y besarlo hasta que me quedará sin aliento.
-Vez lo que provoca tu romance con Alex, sabes que esto no va a ser la primera vez, va haber otras y tal vez no esté aquí para defenderse.
Ni siquiera lo ví a los ojos de la vergüenza.
-Azul tienes que detenerte, Alex está dañando tu reputación y eso no va acabar nada bien.- Michelle estaba por irse pero se detuvo. -Si en verdad le interesaras él estaría aquí defendiendote y dando la cara por ti.
Michelle se fue, se fue y me dejó sola, yo corrí a encerrarme al baño. Sus palabras me habían dolido tanto comencé a llorar, lloré por no tenerlo, lloré por ser una mentirosa, lloré por seguir amándolo, él tenía razón mis estupideces estaban dañandome a mi misma.
No sé si lloré muy fuerte o que, pero el baño se abrió y un para de brazos me abrazaron.
-Lo siento mucho.- en estos momentos necesitaba tanto de este abrazo, era un gran consuelo.
-Gracias Jenna.
-Lo ví todo, esos idiotas se arrepentirán de lo que te hicieron.
No hable más y seguí abrazándola, era lo único que necesitaba.
Agradecí que las clases terminaron temprano, las miradas de todos me estaban matando, lo que había pasado en el pasillo de había corrido como pólvora, ya no era la pitufina ahora era "Azul la puta de la escuela" algunos se acercaban a mi queriéndome manosear pero gracias a Romina y Laura que no me dejaron sola no pasó nada.
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La gran mentirosa
JugendliteraturAzul es una niña de 17 años que vive trás la sombra de su hermana Emily, una chica perfecta. Ella a vivido toda su vida enamorada de Michelle, el chico más popular de la preparatoria. Ella decide expresarle sus sentimientos pero la sorpresa que se...