2 | Todo lo hice por nosotros

22 - Alergica a los girasoles

Me sentí el ser humano más incómodo en ese momento, Ryan notó el rostro tan serio que Alex tenía.

¿Rachel realmente había dicho eso?

—Yo no tendré "cuñados", al menos que Matías sea gay; pero sabemos que no lo es—respondió—. Y por cierto Ryan, Sol es alérgica a los girasoles.

¿Yo era alérgica a los...

—Cierto—entró Matías—. Así que no se molesten yo los llevo antes que mi hermanita terminé en el hospital. Alex me acompañas—dijo serio observando a Ryan.

Alex no quería irse pero terminó accediendo sin siquiera darme una mirada.

—¿De verdad eres alérgica a los girasoles?—me pregunto Rachel—. Recuerdo que siempre decias que no sos alérgica a nada.

—Olvidé mencionarlo tal vez. Bien, pasen—dije y cuando ellos se fueron a la cocina yo subí corriendo a mi habitación para quitarme la pijama, no era porque Ryan estuviese aquí, para nada.

Pero a mi padre no le gusta que este tanto tiempo así, siempre muy superficial y si bien recuerdo; mamá le puso "chico fresa".

Cuando estaba en mi habitación le mandé un mensaje a Zoe que subiese a mi habitación pero que no trajera a Rachel. Tardó un poco en subir pero dijo que Rachel ya le preguntaba si venía para acá cuando ella hacía un mínimo movimiento. Zoe y Rachel han sido mis mejores amigas desde siempre, Elena lo era también, pero acciones no deseadas nos separaron. Ahora mismo siento que estoy siendo un poco egotista con Rachel, Zoe sabe todo y ella nada, y no es que tenga una favorita pero, Zoe es Zoe, y después de todo ella me abrió los ojos.

—No me digas que Ryan te dió esos girasoles—dijo Zoe muerta de la risa entrando a mi habitación.

—No da nada de risa—apareció Alex detrás de ella entrando también.

—¡Uy pero no estes celoso, amigo!—Zoe se empezó a reír.

—En la mañana vino el ex, y después viene este a darle flores. Y no son celos Ariel.

—¿También vos me dirás Ariel?

Alex solo sonrió.

—¡ALEXIS!—gritó Matías en el pasillo y este salió de inmediato—. Cuidado en andar de sonriente con Ryan, ¿escuchaste?—se asomó mi hermano y me dijo a mi.

—Es mejor que Demian, ¿no?

—¡¿QUÉ?!—Soltaron Alex y Zoe al mismo tiempo.

—Solo digo.

Y se fueron.

—¿Enserio dijiste eso, Sol?

Yo solo rodé los ojos.

—Y bien, cuéntame. ¿Como van?

—¡Joder Zoe, hoy Demian me besó y Alex lo vió!

Estuve hablando mucho tiempo con Zoe, me sentía tan bien con ella que era la única que podía hacerme sentir bien en cuestión de minutos y hacerme sentir segura de todo lo que puedo hacer. Si algún día me separo de ella, no sabría que hacer.

—¿Crees que te pida ser su novia?

—No sé—dije—. Realmente no sé.

Zoe se acercó un poco más.

—¿Dudas de Alex?

—Es que todo fue tan rápido, pero... lo siento tan real. Apenas hace unos meses, el era mi hermano, mi mejor amigo y nada más.

—Sabes, siempre me imaginé eso. De cierta forma Alex siempre te protegió mucho, desde niños—dijo.

—Tal vez, fue porque nuestros padres siempre dijeron eso, que éramos hermanos, y teníamos que cuidarnos entre los tres. Y tal vez esto, es por tu culpa, jamás hubiese crecido esto si no hubiese sido que me metiste eso en la cabeza.

—¡Yo no hice nada!–dijo y empezó a reir—. Yo solo te di el empujón, tu te impulsaste taaaaaaan alto.

—Vaya forma de quitártelo—dije y sonreí.

—Me alegra verte feliz, sonreías con Demian pero esta sonrisa es más, tierna.

Yo bajé la mirada.

–Tengo miedo al enamorarme completamente de Alex, estoy muy cerca de eso. Y si conoce a otra ch...

—¡Alex no es tu hermanito Matías! Alex no te cambiaría, y si te dejará alguna vez, motivos le sobrarían. ¡Deja de temer! Joder.

Zoe se asomó a la ventana de mi habitación dónde se observaba el jardín trasero. Ahí estaba llegando Alex y Matías, ambos se sentaron en esas bancas que tanto le gustaron al abuelo en Venecia y...

—Por el cielo—Zoe soltó una risota—. Ve la cara de Alex con Ryan, va a matarlo.

Yo sonreí.

Rachel se sentó a lado de Alex y Matías hasta el otro lado. Matías se percató que lo veíamos y de inmediato alzó la mano y saco el dedo se en medio.

—Es para Ariel–gritó.

Zoe de inmediato se puso tan roja como su cabello, y susurró.

—Agradéceme que ahora la fortuna de tus padres será dividida entre Matthew y vos nada más—y salió de la habitación.

—¿A dónde fue?—gritó Matías.

—A desheredarte.

—¿A qué?

—A matarte, menso.

Baje los escalones y llegué hasta la cocina donde estaban casi todos. Me senté a lado de papá y le robe un poco de su fruta.

—¿Alex llegó a tiempo?—preguntó.

—¿A tiempo de qué?

—De salvarte del chico de esta mañana.

—¡Oh, si!—dije.

—¿Y los girasoles?

–Los trajo Ryan.

— ¿Por qué los metió Matías? ¿Tengo que preocuparme de algo? Acaso Matt y Ry...

—¡PAPÁ NO!—dije.

Él empezó a reír.

—Lo sé cariño, se que Alex y Matt son un poco celosos.

—¿Un poco?—dije irónica.

—Ese par me agrada, son una dupla genial. Como tú tío Gastón y yo de chicos, los más cool.

—Ajá.

—Si Alex no fuese tu primo, hermano mejor dicho, estaría perfecto para vos—soltó.

¿Que acaba de decir?