Sam: Necesito un jacuzzi en mi casa- dice metida.
Yo la observaba desde la cama, llevaba albornoz sin nada debajo, ella me miraba, me acerqué quedando fuera, estiró su mano hasta el cordón y tiró de él, todo el proceso mirándonos a los ojos, sentí su mano por mi abdomen bajando, agarré su mano entrelacé.
Sam: ¿Cómo te sientes?- pregunta.
Maddie: Me siento feliz- aprieto su mano.
Sam: Quiero ducharme, ¿me acompañas?- dice saliendo del jacuzzi.
Maddie: No sé- digo tímida, en realidad quería.
Sam: No seas tímida- dice entrando al baño, me mira por última vez- no te arrepentirás- sonríe y cierra.
Me acerqué a la puerta... ¿entro o no entro? Muerdo mi labio, entré con valentía, vi a Sam en la ducha, me miró y sonrió. Dejo caer el albornoz y entro junto a ella, me meto debajo del chorro mientras me mira, sus ojos llenos de lujuria.
Sam: Dije que no te arrepentirías- dice agachándose- agárrate- sonríe y se acerca a mi intimidad.
¿Qué iba a hacer?
Maddie: Sam ¿qué vas a...- suelto un gemido al sentir su lengua en mi zona íntima.
Estuvo chupando durante bastante tiempo, me penetró con un dedo y mientras me besaba en los labios.
Sam: No entiendo como nadie ha podido tocarte, eres la chica más maravillosa con la que he estado.
Maddie: No bromees- digo entre gemidos.
Sam: No lo hago, lo juro- besa mis labios- ¿Quieres que vuelva a usar la lengua?- asiento avergonzada- no quiero que seas tímida conmigo, solo tienes que pedírmelo- vuelve a unir nuestros labios, esta vez de una forma más apasionada.
Vuelve a bajar, y sustituye su lengua por sus dedos. Agarro su cabeza para que no se aparte y suelta un gemido al probarme.
Sam: Eres deliciosa- su respiración choca con mi centro.
Me hizo terminar en su boca, una vez más Sam había superado mis expectativas del sexo.
Maddie: Sam- llamo su atención- quiero...- muerdo mi labio- quiero tocarte- sonríe- pero no sé cómo- escondo mi rostro.
Sam: No te escondas- quita mis manos de mi cara- ¿Quieres que te enseñe?- asiento.
Agarra mi mano, pero la miro insegura, se acerca a mis labios.
Sam: Tranquila, confío en ti, se que vas a hacerlo bien- me besa rápidamente.
Vuelve a bajar mi mano, noto su clítoris, ella me va indicando como debo de hacerlo, suelta mi mano y sigo yo sola, siento como su cara va haciendo muecas, le está gustando o eso parece.
Maddie: ¿Así?- asiente.
Sam: Más rápido- jadea- Ahora... cuando notes que ya estoy húmeda, penetras- la miro aterrorizada y dejo de tocarla.
Maddie: No quiero hacerte daño- me mira de forma tierna.
Sam: Mi vida, yo estoy acostumbrada, puedes hacerme lo que quieras, si me haces daño te avisaré- asiento, acerco mis dedos y la penetro lentamente- Ahora mete los dedos y sácalos, primero lentamente y luego ve más rápido- le hago caso- así- agarro su trasero.
Maddie: ¿Más rápido?- asiento.
Siento como la humedad se extiende en mi mano, saco mis dedos con lentitud y los llevo a mi boca como hizo ella.
Sam: Has estado genial- besa mis labios- cada día me gustas más- me sonrojo.
Maddie: Para- escondo mi cabeza en su cuello y lo muerdo, siento sus manos en mi culo- ¿no te cansas de tocarme?- niego.
Sam: Nunca voy a cansarme- sonríe.
[...]
Salimos de la habitación, la noche había sido perfecta, Sam le entregó la llave a la chica de recepción y habló algo más con ella. Salimos del hotel y llegamos al coche.
Maddie: Gracias por todo esto- digo con una sonrisa.
Sam: No tienes que agradecerme nada, quería pasar una bonita noche contigo- beso sus labios.
Sam me llevó a casa, decidimos que lo mejor era descansar, la noche había sido larga y no habíamos tenido tiempo de dormir, cuando llegue a mi habitación me dormí en menos de lo que pensaba.
Estuve todo el día dormida, iba a levantarme para ir a ver el atardecer, Sam ya estaba debajo de mi casa, iba más arreglada de lo normal, la miré extrañada.
Maddie: ¿Por qué vas tan arreglada?- pregunto.
Sam: Tengo una cena con mis padres y unos socios esta noche- dice sonriente- así que después de ir a ver el atardecer tendré que irme- asiento algo decepcionada, llevaba casi todo el verano junto a mi no iba a enfadarme ni mucho menos.
Vimos el atardecer juntas, Amber estaba en su casa, se suponía que íbamos a quedar todos juntos, Sam me llevó en su moto hasta casa de Amber y luego se fue, suspiré esperando a que me abriese. Y escucho como alguien camina hacia la puerta.
Amber: Eres la primera en llegar- sonrió y paso- ¿Dónde está Sam?- me pregunta.
Maddie: Tenía una cena, con sus padres y unos socios o algo así- frunce el ceño.
Amber: ¿Pero a Sam le gusta eso? ¿Desde cuando?- encojo mis hombros.
Esperamos a los demás, tardaron poco más de diez minutos en llegar, Peter, Alycia, Karol, Brandon y Zowi también.
Zowi: Entonces Maya salía con Sam- era la tercera vez que se lo explicábamos.
Soltamos una carcajada al ver su cara de confusión.
Karol: Hablando de Sam, ¿dónde está?- me mira.
Maddie: No ha podido venir- Vero me mira y yo la miro a ella, me hace una seña para que la siguiera a la cocina y yo lo hice.
Vero: ¿Dónde está?- pregunta.
Maddie: En un cena con tus padres- me mira extrañada.
Vero: ¿Estás de broma?- niego- a Sam no le gusta eso- encojo mis hombros.
Hasta su hermana parecía extrañada, Vero y yo volvimos, me di cuenta que Peter estaba más cerca de mi silla, se había cambiado de sitio, decidí no darle importancia, Noah contaba una historia en la que mencionaba a Sam, la estaba echando de menos, cuando nos íbamos, Peter se empeñó en acompañarme.
Peter: Entonces Sam no ha podido venir- niego- ¿estáis bien?- me pregunta.
Maddie: Si, solo tenía algunos compromisos- sonrío.
Peter: Sam tiene mucha suerte- veo mi casa desde lejos, rezo para que no haya interrupciones.
Maddie: La suerte es mía por tenerla, es maravillosa- sonrío y acelero el paso- Bueno, mi casa está allí, gracias por acompañarme, nos vemos mañana- asiente.
Peter: Hasta mañana- dice sonriente.
No era feo, además era simpático, pero Sam era lo único que quería ahora mismo, solo tenía ojos para ella, esperaba que Peter o Karol no dieran problemas.
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Verano en Maldea
Ficção AdolescenteHace ya varios meses que Maddie decidió pasar el verano con su abuela en Maldea, esta pequeña isla del sur de Grecia, era lo más parecido a la perfección que había visto nunca, hace seis años que no pisaba esa isla, muchas cosas han cambiado y otras...