Capítulo 31

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Sam: Necesito un jacuzzi en mi casa- dice metida.

Yo la observaba desde la cama, llevaba albornoz sin nada debajo, ella me miraba, me acerqué quedando fuera, estiró su mano hasta el cordón y tiró de él, todo el proceso mirándonos a los ojos, sentí su mano por mi abdomen bajando, agarré su mano entrelacé.

Sam: ¿Cómo te sientes?- pregunta.

Maddie: Me siento feliz- aprieto su mano.

Sam: Quiero ducharme, ¿me acompañas?- dice saliendo del jacuzzi.

Maddie: No sé- digo tímida, en realidad quería.

Sam: No seas tímida- dice entrando al baño, me mira por última vez- no te arrepentirás- sonríe y cierra.

Me acerqué a la puerta... ¿entro o no entro? Muerdo mi labio, entré con valentía, vi a Sam en la ducha, me miró y sonrió. Dejo caer el albornoz y entro junto a ella, me meto debajo del chorro mientras me mira, sus ojos llenos de lujuria.

Sam: Dije que no te arrepentirías- dice agachándose- agárrate- sonríe y se acerca a mi intimidad.

¿Qué iba a hacer?

Maddie: Sam ¿qué vas a...- suelto un gemido al sentir su lengua en mi zona íntima.

Estuvo chupando durante bastante tiempo, me penetró con un dedo y mientras me besaba en los labios.

Sam: No entiendo como nadie ha podido tocarte, eres la chica más maravillosa con la que he estado.

Maddie: No bromees- digo entre gemidos.

Sam: No lo hago, lo juro- besa mis labios- ¿Quieres que vuelva a usar la lengua?- asiento avergonzada- no quiero que seas tímida conmigo, solo tienes que pedírmelo- vuelve a unir nuestros labios, esta vez de una forma más apasionada.

Vuelve a bajar, y sustituye su lengua por sus dedos. Agarro su cabeza para que no se aparte y suelta un gemido al probarme.

Sam: Eres deliciosa- su respiración choca con mi centro.

Me hizo terminar en su boca, una vez más Sam había superado mis expectativas del sexo.

Maddie: Sam- llamo su atención- quiero...- muerdo mi labio- quiero tocarte- sonríe- pero no sé cómo- escondo mi rostro.

Sam: No te escondas- quita mis manos de mi cara- ¿Quieres que te enseñe?- asiento.

Agarra mi mano, pero la miro insegura, se acerca a mis labios.

Sam: Tranquila, confío en ti, se que vas a hacerlo bien- me besa rápidamente.

Vuelve a bajar mi mano, noto su clítoris, ella me va indicando como debo de hacerlo, suelta mi mano y sigo yo sola, siento como su cara va haciendo muecas, le está gustando o eso parece.

Maddie: ¿Así?- asiente.

Sam: Más rápido- jadea- Ahora... cuando notes que ya estoy húmeda, penetras- la miro aterrorizada y dejo de tocarla.

Maddie: No quiero hacerte daño- me mira de forma tierna.

Sam: Mi vida, yo estoy acostumbrada, puedes hacerme lo que quieras, si me haces daño te avisaré- asiento, acerco mis dedos y la penetro lentamente- Ahora mete los dedos y sácalos, primero lentamente y luego ve más rápido- le hago caso- así- agarro su trasero.

Maddie: ¿Más rápido?- asiento.

Siento como la humedad se extiende en mi mano, saco mis dedos con lentitud y los llevo a mi boca como hizo ella.

Sam: Has estado genial- besa mis labios- cada día me gustas más- me sonrojo.

Maddie: Para- escondo mi cabeza en su cuello y lo muerdo, siento sus manos en mi culo- ¿no te cansas de tocarme?- niego.

Sam: Nunca voy a cansarme- sonríe.

[...]

Salimos de la habitación, la noche había sido perfecta, Sam le entregó la llave a la chica de recepción y habló algo más con ella. Salimos del hotel y llegamos al coche.

Maddie: Gracias por todo esto- digo con una sonrisa.

Sam: No tienes que agradecerme nada, quería pasar una bonita noche contigo- beso sus labios.

Sam me llevó a casa, decidimos que lo mejor era descansar, la noche había sido larga y no habíamos tenido tiempo de dormir, cuando llegue a mi habitación me dormí en menos de lo que pensaba.

Estuve todo el día dormida, iba a levantarme para ir a ver el atardecer, Sam ya estaba debajo de mi casa, iba más arreglada de lo normal, la miré extrañada.

Maddie: ¿Por qué vas tan arreglada?- pregunto.

Sam: Tengo una cena con mis padres y unos socios esta noche- dice sonriente- así que después de ir a ver el atardecer tendré que irme- asiento algo decepcionada, llevaba casi todo el verano junto a mi no iba a enfadarme ni mucho menos.

Vimos el atardecer juntas, Amber estaba en su casa, se suponía que íbamos a quedar todos juntos, Sam me llevó en su moto hasta casa de Amber y luego se fue, suspiré esperando a que me abriese. Y escucho como alguien camina hacia la puerta.

Amber: Eres la primera en llegar- sonrió y paso- ¿Dónde está Sam?- me pregunta.

Maddie: Tenía una cena, con sus padres y unos socios o algo así- frunce el ceño.

Amber: ¿Pero a Sam le gusta eso? ¿Desde cuando?- encojo mis hombros.

Esperamos a los demás, tardaron poco más de diez minutos en llegar, Peter, Alycia, Karol, Brandon y Zowi también.

Zowi: Entonces Maya salía con Sam- era la tercera vez que se lo explicábamos.

Soltamos una carcajada al ver su cara de confusión.

Karol: Hablando de Sam, ¿dónde está?- me mira.

Maddie: No ha podido venir- Vero me mira y yo la miro a ella, me hace una seña para que la siguiera a la cocina y yo lo hice.

Vero: ¿Dónde está?- pregunta.

Maddie: En un cena con tus padres- me mira extrañada.

Vero: ¿Estás de broma?- niego- a Sam no le gusta eso- encojo mis hombros.

Hasta su hermana parecía extrañada, Vero y yo volvimos, me di cuenta que Peter estaba más cerca de mi silla, se había cambiado de sitio, decidí no darle importancia, Noah contaba una historia en la que mencionaba a Sam, la estaba echando de menos, cuando nos íbamos, Peter se empeñó en acompañarme.

Peter: Entonces Sam no ha podido venir- niego- ¿estáis bien?- me pregunta.

Maddie: Si, solo tenía algunos compromisos- sonrío.

Peter: Sam tiene mucha suerte- veo mi casa desde lejos, rezo para que no haya interrupciones.

Maddie: La suerte es mía por tenerla, es maravillosa- sonrío y acelero el paso- Bueno, mi casa está allí, gracias por acompañarme, nos vemos mañana- asiente.

Peter: Hasta mañana- dice sonriente.

No era feo, además era simpático, pero Sam era lo único que quería ahora mismo, solo tenía ojos para ella, esperaba que Peter o Karol no dieran problemas.

Verano en MaldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora