Sam: Maddie- me llama- tengo miedo.
Maddie: ¿Miedo? ¿Por qué?- pregunto extrañada.
Sam: Vas a irte... a Nueva York- estaba llorando- y yo me quedaré, ¿crees que esto va a funcionar?- me subo encima de ella a horcajadas.
Maddie: No lo sé- digo abrazándola- pero tenemos que ser fuertes- susurro.
Sam: Mad... ¿tú crees que vas a salir con alguien de allí?- noté su miedo.
Maddie: A mi me gustas tú Sam, la respuesta es no- sonríe- te llamaré todos los días, veré el atardecer y nos acordaremos de nosotras y de nuestro verano, haremos sexo telefónico- suelta una carcajada- así hasta que podamos vernos- beso sus labios.
Sam: ¿Hasta cuándo?- dice colocándose en la cama, rodeando mi cintura- ¿Hasta cuando vamos a tener que esperar para estar juntas?- me mira a los ojos.
Maddie: No lo sé Sam, tú casa es esta, la mía no- encojo los hombros.
Sam: Entonces... nuestra relación va directa al fracaso.
Maddie: Disfrutemos del verano Sam, olvídate de todo- comencé a besar su cuello- he leído algunas cosas- sonríe.
Sam: ¿Qué cosas?- dice apretando mi trasero.
Maddie: Me he comprado un libro, sobre ya sabes, me lo he leído entero, puede que sirva- digo susurrando en su oído.
[...]
Desperté desnuda junto a Sam, la cual estaba demasiado cansada para levantarse, besé sus labios, me puse su camiseta y bajé las escaleras, estaba solo con la camiseta.
Hice el desayuno, lavé los platos usados, hasta que escuché unos pies arrastrándose, era Sam en ropa interior.
Sam: Así que tú eres la ladrona de camisetas- dice apartando mi cabello para besar mi cuello, sonrío, noto como su mano va a mi trasero- ¿no tienes ropa interior?- pregunta en mi oido mientras desliza su mano hasta mi sexo.
Maddie: Sam...- sus dedos rozan mi clítoris, yo tengo que sujetarme para no caerme.
De repente, suena el timbre, Sam gruñe y maldice entre dientes, subo arriba y busco mis bragas. Cogí una camiseta para Sam, no iba a quitarme la suya, olía a ella y estaba demasiado enamorada.
Sam: ¡Ya va!- le grita a la puerta.
Cuando abrimos Amber y Vero nos miran, nosotras las miramos a ellas y nos sonrieron.
Amber: Estás dos han follado, ¿confirmamos?- Vero me mira con una ceja levantada.
Vero: Confirmamos- Sam me abraza por detrás.
Sam: ¿De qué habláis?- niega.
Amber: Tenéis los ojos brillantes y Maddie tiene las mejillas encendidas, no nos engañáis- Sam se coloca a mi lado y aprovecha para poner su mano en mi trasero, no me doy mucha importancia.
Sam: Si bien, lo que tú digas- las dos se ríen- ¿qué queréis?
Vero: Desayunar y saber si Maddie fue o no- pasan rápido y se cuelan en la casa.
Maddie: Puedes soltarme el culo cuando quieras- le digo pidiéndole que quite su mano.
Sam: No puedo, es adictivo- sonríe.
Maddie: ¿Esa es tu meta en la vida?- asiente y la empujo riendo.
Entramos y preparé el desayuno para Sam, Amber y Vero. Mi abuela se había ido toda la semana al pueblo de al lado, para ver a unos amigos de allí.
Amber: ¿Estabais follando antes de abrir?- Sam levanta la cabeza y frunce el ceño.
Sam: Estábamos vistiéndonos- no lo arreglas Sam.
Vero: ¿Estabais desnudas entonces?- pregunta pícaramente.
Sam: Hacia calor- dice mientras desayunaba.
Amber: Después del sexo hace calor.
Vero: Si, suele hacerlo- Sam me mira pidiendo auxilio mientras las dos no paran de preguntar mil cosas por segundo.
Maddie: ¿Tanto os interesa?- asienten- genial, lo hicimos cinco veces- exageré- me corrí en todas, Sam me chup...- se taparon los oídos.
Vero: ¡Suficiente, suficienteeee!- Sam se reía a carcajadas.
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Verano en Maldea
Ficção AdolescenteHace ya varios meses que Maddie decidió pasar el verano con su abuela en Maldea, esta pequeña isla del sur de Grecia, era lo más parecido a la perfección que había visto nunca, hace seis años que no pisaba esa isla, muchas cosas han cambiado y otras...