Una pequeña esperanza...

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USA tenía ojeras bajo sus ojos, su presidente le había puesto mucho trabajo por hablarle de mala manera.

Sintió un jalón en su manga, volteo a ver a México quien tenía una taza de té en mano.
Toma...— este la tomo con delicadeza y le sonrió.

Gracias...— México le sonrió devuelta.

¡¡Oye México!! ¡Ven a prepárame el desayuno!— se escuchó una voz chillona desde la cocina, el latino sin rechistar fue hasta allá.

Cuando miro donde México iba, un extraño orbe parecía protegerlo de algo, recorría todo su cuerpo como.un escudo y era casi invisible.

Los ojos de USA brillaron.

Una pequeña esperanza...

Sonrió para sus adentros, alguien estaba protegiendo al mexicano, pero también sabía que pronto Trump se daría cuenta.

Giro de nuevo, fingiendo que no había visto nada.

[...]

Rusia salió de su casa, enojado.

¿¡Por qué!?— gritó a los cuatro vientos.
¿Por qué me enamoré? Solo lo he visto una vez...— había estado meditando sobre lo que Ucrania le había contado acerca de México.

No pudo dormir por eso.

Alegre, simpático, risueño...

El ucraniano solo miraba divertido la escena.
Ten paciencia... Rusia...—

UN PAÍS DIFERENTE «RusMex»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora