One shots (newtmas & dylmas)

Bailar con un extraño (Dylmas)

"Hoy voy a superarlo", fue lo que pensó Dylan al despertarse el día de hoy. Su hermana Julia tenía razón, no podía mantenerse estancado en ese círculo vicioso que nada más lo hacía dar vueltas sobre su propio eje hasta marearse. Así que iba a rasurar ese pelo en su cara que lo hacía lucir como un vagabundo y también decidió darse una ducha, una de treinta minutos con agua bien caliente junto a un jabón artesanal que su amiga Rosa se lo había regalado después de haber hecho un viaje a México por una boda de algún primo lejano; en realidad, no había prestado mucha atención a lo que le había platicado su amiga, no había pasado ni una semana desde que su novio le había cortado y no podía dejar de llorar, extrañaba muchísimo a Thomas.

Sin embargo, por mucho que lo extrañara, ya no podía permitirse pasar otra noche solo. No quería trasnochar de nuevo hecho un mar de lágrimas mientras veía una y otra vez los videos que había capturado junto a Thomas cada vez que había ocasión para grabarlo. Tampoco quiere hacerse bolita de nuevo entre sus sábanas mientras se aferra a la camiseta negra de Guns 'n roses, esa que su rubito se ponía a la mañana siguiente después de hacer el amor. Aún podía distinguir el aroma a vainilla y tabaco que su piel solía desprender cuando las manos de Dylan exploraban su superficie.

No, tenía que borrar todos los pensamientos de su mente. Quizá sí, era cierto que aún no lo hubo superado después de todo, pero tenía que aprender a reconstruirse y a conocer personas nuevas. Seguramente Thomas estaba teniendo la gran vida en Inglaterra junto a una Modelo rubia que llevaba en las venas el arte de seducción, o puede que haya encontrado a un hombre rico que le haya cumplido todos sus caprichos y lo haya vestido con seda dorada en una gran mansión de pisos con loseta de mármol. O daba igual, siempre que pensaba en la pareja actual de Thomas, terminaba destrozado en el sofá viendo una película navideña; daba igual que fuera Julio, Dylan sabía que a su Tommy le fascinaban esas películas.

"Vamos, Dylan. Ni que fuera tan difícil sacártelo de la cabeza", se animó a sí mismo, viéndose por enésima vez en el espejo porque no le convencía ponerse esa franela de cuadros rojos y negros. Siempre le recordaba a su ex novio porque se la puso la primera vez que salieron, además que Thomas le dijo que se le veía muy guapo con ella; en esa ocasión Dylan se sonrojó como un semáforo.

—A la mierda —farfulló enfadado antes de coger su billetera y guardarla en el bolsillo trasero de sus jeans negros.

¿Qué importaba que hubiera usado una maldita camisa de cuadros en una primera cita? Era hora de hacer nuevos recuerdos con más personas, quizá no le guste a la próxima persona que le robe el corazón y ese sería el único motivo por el que tiraría la prenda. No por un ex... Para nada...

Azotó la puerta de su coche y lo puso en marcha no sin antes poner la radio a todo volumen, sabía cuál era su destino y le emocionaban las sorpresas que pudiera encontrarse en ese lugar. Hasta se obligó a cantar una canción de Spyce girls que le gustaba cuando se encontraba en el mero auge de la pubertad. Este era un nuevo paso que cambiaría su vida.

El camino al antro donde se dirigía fue difícil, la última vez que discutió con Thomas fue en este auto. Así que no era nada sencillo mantener los recuerdos al margen:

«Apretó las manos sobre el volante y puso a trabajar el limpiaparabrisas para que pudiera despejar el agua de su visión. Afuera había un aguacero, pero el cielo no era el único lugar donde llovía, sino que de los ojos marrones de su novio caía una torrencial tormenta que Dylan no sabía cómo calmar.

—Tommy, amor mío, no estás pensando bien las cosas —Intentó conciliar lo más tranquilo posible, pero la fuerza de su mandíbula podría romper una nuez sin problema alguno.

—¡No lo entiendes, Dylan! Siempre obtienes la peor conclusión de mí, ¿qué te pasa, huh? ¿Piensas que soy una jodida puta que se lanza a los brazos de cualquiera que se me cruce? ¡Porque no es así!