CAPITULO 1

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Salia de la universidad como cualquier otro día. Había quedado con mi hermano para ir a comer juntos puesto que hoy era mi cumpleaños. Bajaba los últimos escalones junto a mis amigas, me acomodé bien el bolso sobre mi hombro y me despedí me ellas con un beso en la mejilla. Hoy por la noche nos veríamos para celebrar mi cumpleaños. Me dirigí al coche de mi hermano rápidamente, moría de hambre puesto que tenia la mala costumbre de no comer absolutamente nada durante mi jornada estudiantil.

-Hola rubio!! - le saludé besando su mejilla y eche mi bolso hacia los asientos traseros antes de ponerme el cinturón-

Mi relación con mi hermano era muy buena, eso no quería decir que de vez en cuando no discutiéramos y nos picáramos, pero supongo que así es el amor de hermanos.

-Hola cumpleañera!! - dijo para después comenzar a tirar de mi oreja hasta llegar a los 21, que eran los años que cumplía- Que tal las clases?

-Todo lo bien que se puede estar en la universidad- suspire mientras me echaba el pelo hacia un lado- Donde piensas llevarme?

-Es una sorpresa pero desde ya te digo que te va a encantar- sonrió de lado mientras fijaba su atención en la carretera y conducía con una mano en le volante y la otra apoyada en el borde de la ventanilla-

Me encantaba que mi hermano pensara hacer planes conmigo el día de mi cumpleaños, mis padres no estaban en España por lo que en cierto modo los echaba en falta y mas un día como hoy. Yo soy una persona muy familiar y fiel a los míos por lo que tenerlos en un día tan especial para mi... pues me hacia ponerme un poco triste.

Tardamos relativamente poco en llegar a nuestro destino y en cuanto vi el restaurante al que me había llevado, me asombré muchísimo. "Don Giovanni" es uno de mis restaurantes favoritos, sirven comida italiana, la cual amo, pero hacia mucho tiempo que no venia.

-Lucas, estas loco? - comenté mientras me bajaba del coche y cerraba la puerta suavemente. Si no quería enfadar a mi hermano debía ser extremadamente cuidadosa con su "bebe".- Es super caro!!

-No te preocupes hermanita, un día es un día, y tu tranquila que si no pudiese permitírmelo, no te hubiera traído- le sonreí y me abracé fuerte a su brazo mientras caminábamos a la entrada-

Al entrar, Lucas había reservado mesa, porque estos sitios suelen estar a rebosar de gente e incluso había gente que pedía hoy mesa y hasta dentro de 2 meses no podían venir. Nos sentamos en una mesa cerca de un gran ventanal. La comida no era lo único bueno que tenia el lugar, sino su decorado era increíblemente precioso a la vez que elegante y sencillo. Las paredes del local estaban bañadas en un blanco con relieve mientras que la parte baja de estas estaba pintada de un color rojizo. Estas se encontraban adornadas por distintos cuadros realmente bonitos y para nada abstractos, odiaba eso de ver un garabato y tener que descifrar que es. Por otro lado las mesas se encontraban altamente equipadas con los utensilios necesarios para la comida, adornada con un mantel mas blanco que la nieve, ademas encima de esta adornaba una bonita flor de color blanco. Era un lugar super luminoso. Desde luego me quede enamorada de este sitio desde la primera vez que entre, la primera vez...

En cuanto llego el camarero no me hizo falta ni mirar la carta para saber lo que iba a pedir, desde el momento que vi el restaurante ante mía sabia perfectamente lo que quería. Pedí los tagliatelle con trufa negra, que eran mis favoritos. De solo pensarlo se me hacia la boca agua. A los minutos nos trajeron lo que habíamos pedido y no perdí el tiempo para hincarle el diente a mi plato.

-Si que tenias hambre, si - se rió mientras me veía comer degustando la comida-

-Es el mejor regalo que podrías haberme hecho. Yo con la comida, aunque no lo parezca, soy feliz - me llevé la copa de agua a los labios-

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora