CAPITULO 4

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He pasado una noche de perros, no he pegado ojo. Estoy super nerviosa y preocupada. Os pensareis que exagero o que se yo pero la verdad es que no. Dependiendo de la lesión que tenga Marco, quizás pueda imposibilitarle volver a jugar o hacérselo mucho mas difícil. Ademas de eso, me preocupa mucho el estado de animo de Marco porque es una persona que le da muchas vueltas a las cosas. En el pasado, me he cansado de estar hasta las tantas junto a el, intentando hacerle entender que si su equipo había perdido no era culpa suya o que si no había metido determinado gol, no debía de machacarse, ya habría oportunidad. A mi ahora lo que mas me importaba es que el estuviera bien tanto físicamente como emocionalmente.

Me levante de la cama y fui directa al baño, me duche para conseguir relajarme un poco y de esta manera, recargar pilas. Tras media hora de baño, si, me tome mi tiempo, salí de la ducha y comencé a secarme. Una vez que me puse mi ropa interior, pase mi mano por el espejo que se situaba delante de mi para desempeñarlo y poder mirarme en el. Mala idea. Estaba horrorosa. Tenía una cara... mis ojos estaban rojos debido al cansancio, tenía ojeras debajo de mis ojos... era de lo peor. Me maquille como pude para parecer lo mas normal posible. Me sequé el pelo dejando mis ondas naturales y me puse un mono con los hombros descubiertos de color granate. Salí del baño y me encontré con una reluciente Lía. Juntas bajamos a desayunar tras encontrarnos con las demás en el pasillo. Buscamos lo que querríamos desayunar dentro del buffet libre. Cogí una tostada con aguacate, fruta y zumo. No soy de desayunar mucho. Nos fuimos a sentar en una de las mesas del salón.

-¿Como has pasado la noche?- Agatha me pregunta mientras unta con su cuchillo mermelada de fresa en su pan tostado-

-Bueno, todo lo bien que se puede pasar. No he dormido casi nada de la preocupación que tenia-.

-Tampoco es como si se hubiera muerto. Relájate mujer-

Ruby siempre había sido la mas descuidada. No le tomaba importancia a muchas cosas, tenia como una filosofía que no se debía amargar por determinadas cosas y claro si la comparamos conmigo que soy puro nervio y drama... por eso muchas veces había desencuentros entre las dos pero ambas nos queremos como si fuésemos hermanas de sangre, así que enseguida arreglábamos las cosas.

-No lo entendéis, me preocupa mucho lo que pueda pasar por la cabeza de Marco cuando le confirmen que lesión tiene-. Les explico lo mas calmada que puedo mientras le doy un trago a mi zumo de naranja recién exprimido-.

-La verdad es que no tenia para nada, buena pinta.- Lía lo dijo temerosa por como pudiera reaccionar pero negué con mi cabeza dándole a entender que no se preocupara, que yo sabia lo que había y seguramente no fuera nada leve sino, mas bien algo grave-.

-Pues precisamente por eso. Si se queda sin poder jugar no se... dos meses o así, estará super bajo de ánimos y nunca lo habéis visto así. Yo desgraciadamente si y es la cosa mas triste que hay. El no se merece nada de esto-.

-Venga desayunemos tranquilas-. Lo dice una Agatha que casi ya no le queda nada en el plato-.

Todas nos reímos al verla devorar su desayuno.

Tras un rico desayuno y ya con las pilas cargadas nos dirigimos a ir de compras. Todas saben lo que me encanta comprar ropa, aunque no pueda permitírmelo tanto como quisiera, así que se le ocurrió a Ruby que podríamos hacer eso en lugar de ir a la playa, total por un día que nos perdiéramos de sol... tampoco pasaba nada. Entramos a tantas tiendas que tres horas después, casi no sentía los pies. Subimos a la habitación y dejamos todas las bolsas de lo que habíamos comprado. Después volvimos a bajar y ahora si, nos fuimos directas a la playa. Extendí mi toalla en la arena y tras quitarme la ropa, me tumbe sobre ella. No había nada que me relajara mas que tumbarme al sol. Cerré mis ojos y conseguí dejar mi mente en blanco.

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora