CAPITULO 18

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-Vale... emm, vamos que cojo el coche y vamos directos al hospital en el que está-. comentó segundos después de salir de su estado de shock, mientras sacaba las llaves de su coche del bolsillo derecho de sus pantalones y las plantaba delante de mi cara, enseñándomelas-.

Pero yo al contrario de el, no podía salir de aquel estado de shock y apenas me inmute en cuanto aquellas palabras salieron de su boca y me limité a quedarme mirando a un punto determinado permanentemente. Al parecer Marco se dio cuenta de mi estado y sin decir absolutamente nada colocó su mano izquierda en mi espalda invitándome a caminar y guiándome a través de toda la casa hasta poder llegar al coche. Me abrió la puerta y me subí inmediatamente , poniéndome el cinturón. Vi como mi acompañante rodeaba el coche para después subirse del lado del piloto y rápidamente encender el motor para poner rumbo hacia el lugar. 

En el coche reinaba el silencio, mientras centraba mi mirada en la carretera, lagrimas comenzaron a rodar por mi mejilla. Parecía que mi cabeza comenzaba a hacerse una idea de todo lo ocurrido. De un momento a otro, sentí como Marco posaba su mirada en mi durante escasos segundos antes de volver la mirada hacia el camino y dejó de coger el volante con sus dos manos, pasando a llevar su mano derecha hacia mi pierna izquierda, para darle un ligero apretón y acariciarme con sus dedos. Ese gesto significó mucho para mi. Tener el apoyo de Marco para mi era muy importante y ademas me hacia relajarme, sabia que no estaba sola y es que a pesar de todo, siempre hemos estado el uno para el otro cuando mas lo hemos necesitado. 

El camino no fue especialmente largo, pues Marco se había encargado de ir lo mas rápido que podía y enseguida llegamos al hospital. Según entramos cogimos el ascensor y subimos a la tercera planta pues, según me había dicho mi madre por mensaje, se encontraba en la habitación 323. En cuanto encontramos dicha habitación, me adentré a ella seguida por mi acompañante y se me partió el alma al ver a mi padre en aquella camilla con mascarilla de respiración. Mi madre se encontraba sentada a su lado, en cuanto pusimos un pie en la habitación, captamos la atención de los dos. Rápidamente me acerqué a el.

-Hola, ¿como estas?- susurré con la mejor sonrisa que puede sacar en aquel momento, pues no creía que fuera bueno para el que me viera mal y realmente preocupada por el. Pasé mi mano acariciando su cabeza-.

Marco se acercó a saludar a mi madre con un gran abrazo, sin duda hacia mucho tiempo que no se veían. Mi madre, a pesar de las circunstancias, parecía contenta de volver a verle. 

-El doctor le ha recomendado  no hablar demasiado porque siente como que le falta el aire y por eso le han proporcionado oxigeno-. Intervino mi madre por el-.

Asentí tragando el nudo que se formó en mi garganta tras escucharla decir aquello.

-Pero... ¿que es lo que ha pasado?- intenté que mi voz no sonara demasiado entrecortada pero no tuve esa suerte-.

Una vez mas, Marco se acercó a mi para tratar de tranquilizarme y darme fuerzas proporcionándome caricias en mi espalda. Era como una forma de recordarme que estaba ahí y de reconfortarme. Se lo agradecía sumamente.

-Sinceramente no sabría que decirte. Habíamos vuelto del viaje y estábamos tranquilos en casa descansando cuando de repente escuche como una respiración demasiado forzada y me di cuenta que a tu padre le costaba respirar y en todo momento se llevaba la mano al pecho. Así que lo mas rápido que pude, llamé a emergencias y enseguida vinieron para traerlo aquí y estabilizarle-.

Sin poder evitarlo, las lagrimas volvieron a empapar mis mejillas y llevé mi mano hacia la de mi padre para cogérsela dándole un ligero apretón.

-¿Y que es exactamente lo que le han dicho los médicos?- Preguntó esta vez el mallorquín mientras centraba su mirada en mi padre-.

-Pues la verdad que no mucho, que al parecer le había dado un infarto y que necesitaba oxigeno. Le hicieron unas pruebas hace unas horas y según tengo entendido pasarían a contarnos mejor que es lo que ha ocurrido-.

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora