CAPITULO 21

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Al día siguiente, me despierto totalmente renovada. Siento como que necesito despejarme este fin de semana de todas las preocupaciones que he tenido últimamente y disfrutar un poco de la compañía de amigos. Miré el reloj y eran las diez de la mañana, tenia el tiempo justo para ducharme y preparar las cosas antes de que llegara Lía a buscarme. Me duche rápidamente y tras haberme vestido, metí ropa en un bolso para estos dos días. Estaba bajando las escaleras para desayunar algo cuando escuche el claxon de un coche, miré por la ventana y como suponía se trataba del coche de Lía. Cogí lo primero que encontré en la cocina y salí prácticamente corriendo hacia el coche de mi amiga. Me subí a este por la puerta del copiloto y una vez allí tras haberle dado dos besos en modo saludo, sentí unos gritos provenientes de la parte trasera que casi consiguieron que me diera un paro cardíaco.

-¿Pero estáis locas? Casi me muero del susto- me gire y empecé a darles pequeños pellizcos en las piernas mientras ellas no paraban de reír-.

-Tendrías que haber visto tu cara-. Prácticamente balbuceo Ruby debido a que no dejaba de reírse mientras me señalaba-.

Ruedo los ojos.

Lía le da vida al coche y comienza a conducir de camino a Valencia. Nos queda un largo trecho hasta allí. Gracias a que mi amiga Agatha ha hecho un disco con todas las canciones que nos gustan, el camino se hace mas ameno y se lo agradezco mucho porque hace un calor ahora mismo de locos.

-Amber, ¿no te dijo Marco quienes íbamos a ir?- dijo Agatha desde el asiento trasero rompiendo el silencio-.

No pude evitar echar un suspiro en cuanto su nombre salió de su boca.

-Pues... ¿Igor?- ahora soy yo la que se burla de ella mientras la miro de reojo-.

-¿En serio? ¡Pensaba que Igor no iría a su propio cumpleaños!- rodó los ojos-.

-No, ahora en serio, no tengo ni idea-Me encogí de hombros-.

-Ojala vengan tíos que nos alegren la vista-. En su boca apareció una sonrisa socarrona-.

-Como sabes amiga- Le apoyo Lía-.

Si es que las dos eran tal para cual.

-Seguramente vengan Berto, Angel y demás... Sus amigos de toda la vida-.

-Uff, Berto esta como quiere-.

-Tía, no digas eso -me tapé los oídos-. Berto es como si fuera mi hermano y da cosa verte decir eso-.

-Bueno, tu hermano tampoco esta nada mal-. dijo Agatha arrancando la risa de mis otras amigas-.

Se que lo ha dicho en broma, pero tampoco me importaría que llegado el caso alguna de mis amigas tuviera algo con el. No es que ande emparejando a mi hermano ni mucho menos, sino que todas ellas son unas grandes personas y estoy segura que le harían mucho bien.

-Claro, ella como ya tiene a su Marquito, no nos deja disfrutar a las demás-. 

Me sorprendió realmente que ese comentario saliera de la boca de Ruby. Generalmente ella en estos temas suele ser mas pasota.

-No, no. Yo no estoy con nadie-. Eche mi pelo hacia un lado-.

Vi como Lía me miraba mal, pero lo deje pasar.

-¿Problemas en el paraíso?- Volvió a cuestionar Ruby, cogiéndose de apoya-cabezas de mi asiento y asomando su cabeza por el hueco entre el asiento de Lía y el mio-.

-Paso palabra-.

Con aquello deje en claro que no quería hablar del tema y gracias a Dios llegamos minutos después al puerto de Valencia. Aparcamos el coche lo mas cerca que pudimos y nos dirigimos hacia la puerta que separaba el puerto de la playa. Allí nos encontramos con Igor y como había sospechado también se encontraban ahí Berto y Angel. Me acerque a ellos y los salude empezando por el cumpleañero, para después seguir con los demás. Berto me recibió con un gran abrazo. Amaba a este chico. Entramos en el puerto donde se encontraban todos los yates, barcos y lanchas y nos paramos en frente de un gran yate blanco precioso. Lo miré realmente impresionada. Nos subimos y comenzamos a explorarlo todo. Como todos los yates, tenían la parte de adelante totalmente libre y adornada con algunos cojines para poder tomar el sol allí. En la parte trasera había alguna que otra mesa y sillones para comer y pasarse la tarde hablando. Si bajábamos las escaleras que nos llevaban al interior de este, encontrábamos una pequeña cocina, dos baños y después ya se encontraban las habitaciones que según hemos estado viendo eran de dos. Todo estaba super bien acondicionado y quede enamorada del sitio al momento. Como Igor nos había dicho, dejamos las maletas en la que seria nuestra habitación. Yo la compartía con Lía y Agatha con Ruby. Una vez hecho esto, subimos las escaleras volviendo a aparecer en la parte trasera.

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora