CAPITULO 15

1K 36 8
                                    

A la mañana siguiente, me despierto mucho mas relajada que el día de ayer, quizás sea porque en lugar de hacerlo con gritos de una loca desquiciada me despertaron los cantos de los pajaritos. Abro mis ojos y lo primero que veo prácticamente es un fuerte brazo rodeando mi cintura. No puedo evitar sonreír pero aquello no dura mucho puesto que comienzo a sentirme culpable por la sesión de besos que nos dimos antes de dormir. Os engañaría si os dijera que no me gusto volver a estar tan cerca de el, pero se que estuvo mal.

Hago un esfuerzo enorme intentando levantarme de la cama sin despertar a mi acompañante. Es algo difícil puesto que no solo se encuentra abrazando mi cintura sino que también tiene sus piernas enrolladas con las mías. Quizás estuve como 10 minutos para levantarme sin despertarle. Iba poco a poco y cada vez que se movía o decía algo en sueños me paraba. Por fin lo conseguí, me levanté y me puse mis zapatillas de estar por casa. Caminé hasta llegar a la puerta y justo cuando estaba por salir sin ser vista, me tropecé dándome con la rodilla en uno de los tantos muebles que adornaban aquella enorme habitación. Me maldije para mis adentros en cuanto escuche como Marco se desperezaba.

-Buenos días- ronroneó mientras se estiraba en la cama-.

Me gire mirándole y me morí de ternura. Estaba tan bonito recién despierto con sus ojitos hinchados y su pelo todo alborotado. Me desperté de mi ensoñación de un perfecto mallorquín y libere mi labio inferior de entre mis dientes. Ni siquiera me había dado cuenta que lo estaba mordiendo.

-Buenos días- se podía notar en mi voz el nerviosismo puesto que no sabia muy bien como actuar-.

-¿Como has dormido?- dijo mientras se incorporaba de la cama y me sonreía-.

¡Oh, no Asensio esa sonrisa no!

-Bien, dentro de lo que cabe -el frunce el ceño sin entender muy bien mis palabras y me apresuro a explicarme- Digo, por la tormenta y todo eso... -.

Me maldigo mentalmente al notar que mi voz es nerviosa, dubitativa y me entrecorto en alguna que otra palabra pero la situación no es nada fácil ahora mismo.

-Me alegro de haberte ayudado- y aquí esta esa sonrisa otra vez-.

Se levanta quedando sentado en el borde de la cama y se estira. No se que me pasa pero no puedo apartar los ojos de el. Yo debería haber aprovechado la oportunidad y tendría que haber abandonado la habitación pero aquí estoy, inmóvil. Una vez que se ha desperezado, se pone en pie y se acerca a mi mirándome entre confundido y tierno.

-100€ por tus pensamientos ahora mismo -ese comentario consigue sacar una sonrisa de mi parte. Recuerdos de hace años inundan mi cabeza, todos ellos buenos-. No, enserio. ¿Que esta pasando por esa cabecita tuya? -pasa su mano por mi pelo para después coger entre su dedo pulgar e indice mi barbilla, haciendo que le mire directamente a los ojos-.

Echo un gran suspiro. 

-Marco... lo de ayer, estuvo mal-. muerdo mi labio nerviosa, mirándole apenada-.

-A ver, déjame matizar. Lo de ayer estuvo demasiado bien, quizás no tendría que haber surgido así pero fue lo que ambos necesitábamos y sentíamos. -no me hace sentir para nada mejor sus palabras, muevo mi cabeza hacia la izquierda y agacho la mirada-. Nunca te culpes de lo que sientes-. Sus palabras vuelven a captar mi atención por completo y algo en su mirada ha cambiado con respecto a mi, pero no sabría muy bien que-.

-Marco, no. Eso no estuvo bien. Tu tienes pareja y os queréis. Yo también estoy conociendo a otra persona y...-

-Lo se, ni tu eres mía, ni yo soy tuyo. Y sin embargo, somos-. Deja caer sus manos de mis mejillas y busca las mías para entrelazar nuestros dedos sin perder el contacto de nuestros ojos-.

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora