CAPITULO 13

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Esa misma noche, cogí una maleta y metí varias prendas de ropa para varios días. Si bien había aceptado, no tenia pensado quedarme allí mucho tiempo, quizás hasta que encontraran a los ladrones, pero no quería abusar de la hospitalidad de Marco. Nos subimos al coche y rápidamente condujo hacia su casa. Durante el trayecto le envíe un mensaje a las chicas diciendo que iba a pasar unos días en casa de Marco y como era de esperar, los mensajes fuera de tono no tardaron en llegar. También hable con mis padres, quienes se encontraban fuera del país y les hice saber que estaba bien. Al parecer, Agatha les había llamado para contarles lo ocurrido y los intento calmar, pero como buenos padres que son, hasta que no hablaron conmigo no lograron tranquilizarse. 

No tardamos en llegar a su casa y no se porque pero estaba realmente nerviosa. Bajamos del coche y Marco se empecinó en ayudarme con la maleta, que aunque no pesaba lo mas mínimo, estaba dispuesto a cargar con ella. Me negué rotundamente, el todavía no estaba bien del todo de la rodilla, pero como siempre, no me hizo ni caso y termino cargando con ella. Caminamos hasta el porche, deja la maleta a un lado y saca las llaves para abrir. Lo primero que nos encontramos al entrar, como siempre, es la bienvenida del pequeño Rome, que cada día esta mas grande. Salta sobre la pierna de Marco y este sigue su camino hasta detenerse justo delante de las escaleras. Rome se acerca corriendo a mi y comienza a saltar por todos lados, esta realmente contento. Es imposible negarme a ponerme de cuclillas y juguetear con el dándole caricias.

-Le gustas- comenta Marco quien no ha despegado la vista de nosotros con una sonrisa en su boca-

-El a mi también- sobrio abrazando a su pequeña mascota-.

-Bueno si queréis os dejo solos- dice señalando su espalda, dando a entender que se marcharía de la habitación-.

-Anda no seas tonto-. me río volviendo a dejar a Rome en el suelo-.

Marco sube las escaleras, cargando de nuevo mi maleta y yo le sigo los pasos unos metros mas atrás. Al terminar las escaleras, salimos al pasillo y casi al final de este, es cuando se para y abre la puerta de la que supongo que sera la habitación de los invitados.

-Esta será tu habitación-. deja la maleta a un lado de la cama matrimonial que hay-.

La habitación es muy espaciosa, pintada de color blanco, jugando con los muebles de color negro y algún que otro detalle en rojo. Esta equipada con una cama matrimonial, un gran armario, televisión, un sillón y un escritorio. Mas de lo que necesitare en mi corta estancia aquí.

-Genial. Es preciosa- sonrío en su dirección-.

-Te dejo, para que te pongas cómoda. Ya sabes que mi habitación es la de al lado por si necesitas cualquier cosa-. me devuelve la sonrisa y se encamina a dejar la habitación-.

-Marco, espera.- le detuve enseguida- muchas gracias por hacer esto por mi. No hubiese sido capaz de pasar una noche sola devuelta en casa.

-No tienes nada que agradecer. Tu has hecho un millón de cosas por mi- me sonríe tiernamente, sonrisa que rapidamente me contagia-.

-Pero da igual, no quiero ser una molestia para ti y prometo no quedarme mucho tiempo aquí-.

-No digas tonterías. No molestas y si lo dices por mi padre o mi hermano... sabes que esta siempre ha sido tu casa y que por eso no te tienes que preocupar-.

-Lo se, pero tampoco quiero entrometerme en tu relación con Sandra. A ella le puede parecer mal que tu ex este viviendo unos días contigo-.

-Bueno, ella no sabe que eres mi ex. Y no me importa si le molesta o no, eres mi amiga y siempre me tendrás ahí para ti. No importa que pase, siempre estaré ahí, tal y como te prometí en su día-

El pasado siempre vuelve |Marco Asensio|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora