CAPÍTULO 14: "Miedo"

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-Neh, neh. ¿Qué es lo que estás pensando? -Unos ojos amarillos similares a los de un gato curiosos se acercan-.


La voz es reconocible, y las facciones de su rostro también. Sus mejillas están marcadas por encima de los pómulos con un rubor.

La sonrisa deja ver unos dientes blancos afilados alineados perfectos. Pero cada vez que se marca su sonrisa, su mirada se siente escalofriante.

Sólo se distingue a la propietaria de ese rostro hablar arrastrando las palabras, con una voz aguda e infantil que la caracteriza.

Una voz le responde. Pero se oye desorbitada, trucada, ininteligible. No se capta siquiera si responde un chico o una chica. Solo se ve a la joven rubia observarle con plena curiosidad infantil.


-Toga, deja de molestarle. -Una voz más suave se deja oír, pero nuevamente no es de alguien conocido. Pero se escucha clara como el agua.- Está pensando qué hacer respecto a ese tipo.

-¡Peroooo...! -La mencionada mueve los brazos como una rabieta infantil, apretando los labios entre sí, con un berrinche.- ¡Es aburrido esperar a que termine de decidirse!

-Igual no es el jefe. ¿Recuerdas? Que confíe en él no significa que vayamos a aceptar todo lo que nos diga. -La persona, que se distingue ser un hombre por su voz masculina, sigue comentando con pesadez, hasta aburrimiento-.


La voz distorsionada responde. Pero nuevamente no se entiende absolutamente nada de lo que dice. La chica parece emocionarse por las palabras, puesto que se dispone a dar saltos en el sitio, cerrando los puños. Dedica una sonrisa emocionada.


-¡Sí, sí! ¡Quiero hacer eso! ¡No podemos dejar que sigan haciendo lo que quieren! Así queee... ¡podré ir a divertirme un poco! ¿Quieres que vaya a por una muestra de alguien?


La chica saca de entre sus ropas un cuchillo. Se distinguen unas piezas de cuero rodeando su cintura. Tiene varios artefactos enfundados y ocultos tras el jersey ancho que tapaba tal arsenal.

Toga sostiene con sus dos manos de delgados dedos uno de sus cuchillos favoritos.


-¿Entonces, puedo ir? -Parece estar preguntando si tiene permiso para salir a jugar-.

-Toga... -La voz masculina de nuevo pide acallarla, pero eso no hará que la euforia de la chica se detenga-.


Unos pasos resuenan, acercándose desde la espalda. Son pasos desganados, incluso tristes. Y no les sigue una voz muy diferente. También masculina. Mas arrastrada y muerta, algo rasposa. Parece más un susurro, pero tiene un deje agudo en su tono de voz.


-No hay prisas... Los idiotas del Ministerio da igual como traten, no van a encontrarnos. Y aun si lo hacen, no ganarán nada. -Sus pasos arrastrados funcionan al mismo ritmo que su voz-.


Un extraño sonido de pasar uñas por carne se distingue, al tiempo que la silueta del sujeto se deja ver.

No es especialmente alto. Y por el ambiente lúgubre del lugar y poca iluminación, no se distingue más que un cabello aparentemente sucio cae cerca de sus hombros.

Camina encorvado, y no parece tener muchos deseos de mostrar su cara.


-¿Kurogiri dijo algo? -La voz del primer chico resuena de nuevo, preguntando al nuevo que acaba de aparecer. No parece preguntar por interés, sino más por obligación-.

Mi Academia Mágica de Héroes: Hogwarts 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora