CAPÍTULO 2:"La carta de Hogwarts"

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En todos los seres humanos, alguna vez en la vida, al menos en una ocasión, sentimos golpearnos de pleno contra una pared.

No tiene por que ser algo literal, que también. Pero yo siempre he sentido que empujo una. Con todas mis fuerzas. Pero no soy capaz de atravesarla. O derrumbarla. Simplemente, el muro sigue igual. Igual de duro. Igual de áspero. Igual de frío.
Ah... ¡No es como que sea alguien al que le guste decir metáforas o algo así! ¡Estoy pensando en algo muy concreto! Aunque, ¿a quién me estoy excusando? Debería dejar de hablar conmigo mismo.


Un joven está escribiendo en un cuaderno de notas a velocidad casi impensable. Al menos para su edad.

Da la sensación de tener la misma urgencia que un universitario en el examen teórico final de su carrera de la que dependen sus estudios.

Los ojos enormes de pupilas verdosas mas pequeñas se pierden fácilmente entre sus propias escrituras. Un registro de los héroes que ha visto a lo largo de su corta vida de 11 años. -Y aun con esas tiene información para dar y tomar. O esa idea da el cuaderno-.

Mientras posa la punta del bolígrafo contra los labios pensativo, indagando cómo funciona el movimiento especial de un héroe, resuena de fondo una voz.


Midoriya Inko: ¡¡Izukuuuuu!! ¿Puedes salir a hacerme un recado? -La voz de la señora de la casa Midoriya se hace sonar, elevando la voz lo justo-.


Es una mujer amable y maternal. No le ve sentido a poner tan siquiera una entonación de aviso o urgencia.


Midoriya Izuku: ¡Ya voy! - Se levanta casi al instante, cerrando el pequeño cuaderno, que decide poner dentro de una mochila amarilla que carga a la espalda-.


Midoriya es un joven de baja estatura aun para su edad. Su cabello de un verde oscuro natural y rostro bastante común con pequeñas pecas en las mejillas le hacían ver como alguien poco destacable.

Pero eso no le hacía perder su sonrisa o entusiasmo. Llega hasta el comedor y mira hacia su madre, expectante.


Midoriya Inko: ¡Aquí está! -La mujer pasa un papel con una pequeña lista anotada a su hijo.- No pesa demasiado. Es solo que me hacen falta. ¿Podrías encargarte mientras adelanto la cena?-.


Inko es una mujer con un tono de cabello similar a su hijo. Lo recoge un poco en un moño, pero mas de la mitad del cabello cae como catarata, liso y hermoso, hasta la mitad de la espalda. Es algo menuda, puesto que está perdiendo altura y ganando un poco de peso. Pero eso nunca cambiará la sonrisa cálida que adquiere solo con ver a su revoltoso hijo.

Izuku, para ella, es quien más ha iluminado su vida.


Midoriya Izuku: ¡Claro! ¡Vendré súper rápido! -Responde con energía-.


Se lleva la nota al bolsillo del pantalón y el monedero con el dinero para el recado en el otro. Se dispone a ir directo a la puerta.

Le gustaba tomarlo como una misión de vital importancia. Cualquier cosa que ayudase a su madre a que el día sea mas llevadero es bien recibida.


Midoriya Inko: Procura evitar peleas, o podrías tener un accidente, ¿bien? -Se apresura en decir antes de que deban despedirse, notando la prisa de su hijo-.
Midoriya Izuku: No te preocupes, ¡mamá! ¡Hasta luego! -Sin más, sale a la calle, avanzando a paso rápido-.
Midoriya Inko: ... Si me preocupo, Izuku... -La mujer se lleva una mano al pecho. Su rostro palidece poco a poco, de manera que parece haber perdido todo rastro de fuerza una vez su pequeño está lejos de ella.- Porque ya es hora de que... ¿uh? -Se gira extrañada-.

Mi Academia Mágica de Héroes: Hogwarts 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora