13장

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El servidor y la sirvienta.
(Parte 2)

—¿Bruta?

—Sí, bruta —repitió Jimin.

—Yo no soy bruta.

—No era una pregunta, Holly.

—Vete a la mierda, Jimin.

Ambos se quedaron en silencio. Ella aún llorando, él aún cansado.

Ambos enojados.

Jimin tenía en su mano derecha una pluma con la que había estado rayando y escribiendo cosas en una pequeña libreta marrón.

Con suaves movimientos comenzó a golpear la mesa con la esquina del lápiz, sin quitarle la mirada de encima.

—Te lo advertí —susurró Jimin dejando la pluma a un lado—. Y no quisiste creerme.

Movió la silla hacia atrás y se puso de pie, quedando frente a la gran mesa que los separaba. Afirmó una de sus manos y con la otra peinó sus cabellos hacia atrás, soltando un sonoro suspiro.

Luego de pensar un poco, metió ambas manos a los bolsillos de su pantalón y caminó hasta quedar frente a la chica quien ahora lo miraba con recelo.

Intentó actuar como Él servidor, posando su mano en la cabeza de Holly y acariciando su cabello, tratándola como su mascota.

Pero no pudo.

Sus ojos se aguaron y con fuerza se limpió las lágrimas que caían por sus mejillas.

¿Qué le estaba haciendo?

¿En que clase de monstruo se había convertido?

—Desde ahora tu y yo no nos vamos a dirigir la palabra —dijo Jimin—. Y tampoco le dirigirás la palabra a ningún trabajador de la agencia. Solo hablarás cuando sea estrictamente necesario.

—Necesito ir al baño —lo interrumpió Holly

La miró desesperado, tomó su celular en sus manos y escribió algo en el y con un dedo en su boca indicándole que se quedara en silencio, se lo entregó.

"Nos están escuchando, por favor, déjame terminar"

Holly cubrió su boca tratando de silenciar sus sollozos. Sintió miedo, mucho miedo porque no importaba que Jimin fuera un servidor, él seguía trabajando para Hitman Bang.

Recuperando un poco la respiración le devolvió el celular.

Ella ya no lo podía mirar.

—Llegarás a mi oficina a las 7 de la mañana y te retirarás cuando yo me vaya. Ni antes, ni después, siempre estaré...

Se quedó en silencio unos segundos pensando, antes de poder hablar. Tragándose sus ganas de ser bueno y amable como alguna vez fue.

—Siempre estarás a mi lado a no ser que se te ordene lo contrario. Tu único deber es el de obedecerme.

El hombre miró hacia la puerta y se encaminó a ella y con el leve movimiento de su mentón le indicó a su sirvienta que abriera la puerta para él. Holly se quedó en su lugar sin moverse, aún sentada en el suelo, tratando de organizar sus pensamientos.

Solo tenía que hacer todo lo que él le pidiera, no era tan difícil.

Holly, solo sigue las reglas del juego.

Hurts So Good ~ Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora