15장

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Mírame.

Golpeaban fuertemente la puerta principal.

Los gemelos se encontraban ansiosos por visitar a Park Jimin

—No importa lo que se escuche afuera, no salgas.

Jimin había notado como una luz roja parpadeante se asomaba de atrás del gran Monet que colgaba de su pared, habían entrado a su casa y ahora lo estaban vigilando.

Por su codicia y egoísmo, ahora Holly corría peligro.

Salió del baño con la esperanza de que fuera una visita corta y amistosa, deseando que nada le pasara a Holly, sintiéndose culpable por haberla llevado a su casa.

Si era inteligente, Holly se quedaría encerrada en el baño escondiéndose del peligro. Pero ella no era así, y la débil puerta del baño no la detendría de ir a ver quien estaba golpeando la puerta con tanta fuerza.

Con suavidad abrió la puerta y corrió a esconderse bajo el escritorio de Park. Asomó su cabeza desde una orilla viendo que nada pudiera hacerle algo y comenzó a gatear hasta llegar a la puerta de la oficina. Desde ahí había vista directa a la planta principal, escondida tras la pared mirando de entre las ranuras de la escalera y el cristal que la rodeaba.

Jimin ya había abierto la puerta y Katashi y Takeshi estaban inspeccionando el lugar.

—No tengo todo el día.

Habló primero Park quien sujetaba la puerta y la mantenía abierta.

—Tranquilo Park,

—No vinimos a pelear.

—Estamos aquí para mirar,

—Y observar,

—E informar

—Todos los lujos

—Que tienes aquí.

Los gemelos se separaron y comenzaron a inspeccionar el lugar, abriendo cajones, mirando dentro de jarrones, actuando como si verdaderamente buscaran algo cuando en realidad sabían que el gran premio estaba escondido en el segundo piso.

—¿Nos escondes algo?

—¿Algo que debamos decir al jefe?

—Y no intentes mentir

—Recuerda que todo lo sabe

—Y todo lo ve.

Holly miraba escondida desde la oficina y escuchaba atentamente cada una de las palabras que alternaban los gemelos.

La buscaban a ella.

—Pelinegra de tez blanca y un poco baja para mi gusto. Karla, está escondida en mi oficina.

Mentira.

Park Jimin ahora era un mentiroso con una credibilidad increíble y no había razón para dudar. Él es la mano derecha del jefe, ¿por qué mentiría?

—Wow, Jimin, la última vez que trajiste a una mujer aquí

—No tenías ni la menor idea de quien era.

Hurts So Good ~ Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora