Otra noche en la que que Peter se encontraba intentando dormir en ese incómodo sofá de hospital y otra noche en la que MJ estaba internada. Llevaba casi una semana durmiendo en ese estúpido sofá y aunque eso no era nada comparado a lo que él estaba dispuesto a hacer por su novia, su espalda y cuello dolían como los mil demonios.
No era un secreto para nadie que Michelle Jones tenía problemas con las drogas desde que tenía 13 años y que ahora a sus 17 no existía droga que ella no hubiera probado, desde medicamentos hasta cocaína y LSD, todo le servía a ella para sentir aquella sensación que le encantaba.
-¡Dios santo! Esto es maravilloso. - dijo después de inhalar un poco de cocaína en su habitación.
- ¡MJ! ¿Estás en casa? - su novio había llegado, ¡Rayos! Olvidó por completo que habían quedado en verse hoy y que además él tenía las llaves de su casa por lo cual podía entrar cuando quisiera. Rápidamente escondió todo lo que tenía que ver con la droga y se acomodó en su cama, cubriéndose por completo con las mantas fingió estar dormida.- oh vamos, Michelle se perfectamente que tú no duermes siestas porque luego no puedes dormir por las noches. - Peter se acercó lentamente a su novia y la sacudió levemente, al ver que ella no tenía intenciones de dejar de fingir acercó suavemente su mano a su cintura y comenzó a hacerle cosquillas.
- ¡No! ¡Peter no por favor! - exclamó la morena riendo fuertemente.
- ¿Ya dejarás de hacerte la dormida? ¿O seguirás fingiendo? - río junto con ella, le encantaba verla feliz. Dejó de hacerle cosquillas y vio como ella se tranquilizaba. - así está mejor - luego de que su respiración se normalizara él notó que Michelle evitaba mirarlo a los ojos, lo cual lo preocupó al instante. - MJ ¿Que estabas haciendo antes de que llegara?
La rizada comenzó a ponerse nerviosa, la habían descubierto - estaba durmiendo, hasta que tú llegaste a interrumpir mi siesta. - trato de sonar calmada. Lo último que quería era comenzar una pelea que sabía perfectamente como terminaría.
-Michelle, no me mientas. Mírame - le ordenó firmemente a la chica.
- ya te dije que estaba durmiendo, no hay necesidad de hacer esto. - su vista no abandonó en ningún momento sus manos que estaban sobre su regazo.
- Michelle Jones, mírame ahora mismo. - notó como su novia se encogía en su sitio, luciendo más vulnerable de lo que en verdad era. -¡Demonios, Michelle! Mírame, por favor. - tomó suavemente su mentón y dirigió su rostro al de él, debido a todas las veces en las que la había visto en ese estado sabía perfectamente que estaba drogada.
- Petey, sé que esto no se ve bien, pero... - no pudo continuar porque su novio la interrumpió.
- ¿Pero que? ¡Dios Michelle! ¡Me lo prometiste! ¿Por qué carajo sigues haciendo esto? - revolvió su pelo frustrado y comenzó a dar vueltas en la habitación. - te he dicho un millón de veces que no quiero que hagas esto ¡No quiero verte morir, maldita sea! - el chico estaba furioso.
No era la primera vez que encontraba a Michelle en ese estado, cuando la conoció ella era una niña de 9 años, amable, tierna y cariñosa.
A los 12 su padre fue diagnosticado con cáncer, y el mundo de MJ se vino abajo volviéndose tosca, agresiva y poco sociable con los demás. A su padre le recetaron un montón de pastillas que tenía que tomar y debido a que la pequeña era quien más tiempo pasaba con el hombre era ella quien se encargaba de su medicamento.A los 13 Michelle agobiada al ver a su progenitor morir día tras día y rodeada de pastillas decidió probar el oxycontin, uno de los analgésicos de su padre y desde ese momento no hubo nadie que la sacara del mundo de las drogas.
- se perfectamente lo que prometí, pero no puedo evitarlo ¡Juro que no puedo! Lo he intentado miles de veces. Por ti, por lo nuestro. - la chica estaba agobiada, detestaba pelear con su novio.
- yo no quiero estar con alguien que tarde o temprano va a morir, MJ. Lo único que estás logrando con drogarte es matarte tú sola lentamente y yo no quiero ver cómo acabas contigo misma. - le destrozaba tener que decirle esto a la chica que más amaba, pero él ya no podía seguir así.
- espera... ¿Estás terminado conmigo? - no podía creerlo, el no podía dejarla. Se supone que la amaba ¿No es así? - después de todo lo que hemos pasado, de todo el tiempo que llevamos de relación ¿Me estás dejando? ¿No se supone que me amabas? - sus ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo.
- por supuesto que te amo, Michelle lo hago más que a nada en el mundo, pero yo no puedo seguir con esto. He intentado ayudarte, he ido a N.A contigo, a terapia ¡He tratado de ayudarte de todas las formas posibles! Pero tú no estás dispuesta a cambiar y ayudarte a ti misma. Lo lamento.
- no puedo creerlo. - la voz de la morena se quebró - ¡Lárgate! ¡Vete en este maldito instante! - tomó a su ex novio del brazo e ignorando las quejas de éste bajo con él las escaleras hacía la puerta - ¡No quiero volver a verte en mi puta vida, Peter Parker! -cerró la puerta en su cara.
Sentía mucha impotencia, subió rápidamente a su cuarto y comenzó a tirar todo, mientras gritaba llena de furia. - ¡Maldito! ¡Estúpido Peter Parker! ¡Te odio! - tomó un pequeño cuadro con la foto de ella y Peter que tenía sobre su pequeño escritorio, lo miro por unos segundos y lo lanzó contra la pared, para posteriormente comenzar a llorar.
Habían pasado dos horas en las que había llorado, gritado y lanzado todo, decidió que lo mejor que podía hacer en ese momento era ir donde Fez, él la escucharía y además le daría la droga necesaria. Tomó su bicicleta y sin importar la lluvia que había y la poca ropa que llevaba (un short y una sudadera dos tallas más grandes color vino, un top morado, y sus amadas converse) se dirigió a la casa de su dealer.
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Nota autora: ¿Alguno de ustedes ha visto Euphoria? Me pareció interesante mezclar estas dos realidades y usar el personaje de MJ y agregarle la personalidad de Rue Bennett. Además que no podía faltar mi querido Fez, el personaje que más me gusta de la serie porque él siempre está para Rue.