— ¿Qué? — dijo sorprendida
— lo que escuchaste, MJ ¿No me recuerdas? — se puso de pie y le tendió su mano a la chica para que se levantara — yo soy spidey, soy el niño al que siempre tenías que defender y el que siempre te animaba cuando no podías hacer un pas de chat y también soy el niño que te dio tu primer beso — dijo tímidamente, tomando las manos de la morena.
Michelle lo miró aún más sorprendida de lo que ya estaba, ella nunca le había contado eso a nadie y no había forma de que alguien más lo supiera. Él era spidey, el primer niño por el que sintió algo.
— no puedo creerlo — dijo con la mirada perdida en el suelo — eres… ¡Eres él!
Debido a la emoción de el reencuentro MJ salto emocionada a los brazos de Peter, quien la recibió gustoso. Él nunca pudo olvidar a la pequeña rizada que lo acompañaba todas las tardes en el almuerzo y le daba la mitad de su sandwich, debido a que una de sus compañeras de baile siempre le quitaba la comida porque, según ella, no merecía comer por estar muy gordo.
— no puedo creer que hayas sacado a luz lo del beso. — MJ se soltó agarre de Peter y se tapó su sonrojo con su pelo — y tampoco puedo creer que hayas sido mayor que yo todo el tiempo, eras tan bajito.
— sé que prometimos no volver a decirlo, pero tenía que decir algo para que supieras que era verdad — rascó su nuca nervioso — en mi infancia siempre fui más bajito de lo normal, por suerte la pubertad me ayudó con eso.
— teníamos muchos más recuerdos para nombrar, no solo ese — le dio un pequeño empujón en forma de broma.
— no recuerdo ninguno, aparte de nuestro beso — dijo moviendo las cejas de forma coqueta — ¿Y tú?
— ¡Claro que sí! — dijo riendo — ¿Qué hay de el baile del cascanueces que siempre bailabamos ¿Recuerdas los pasos?
— ¡Por supuesto! Era tu baile favorito cuando eras pequeña y puedo asegurar que aún lo sigue siendo.
De pronto Peter se acercó a Michelle y la tomó de las manos, la rizada al entender el propósito del castaño le siguió el juego, corrió a la esquina del salón y se sacó los tacones. De a poco fueron recreando el baile y reían cuando Peter se equivocaba de paso, bailaron sin parar hasta el final e incluso el baile termino igual que cuando ambos eran pequeños: con un beso.
Peter tomó la cintura de Michelle atrayéndola más hacia él y Michelle enredó sus manos en su cabello, a diferencia del beso que se dieron hace años este era apasionado y sin prisa alguna. Ambos habían olvidado todo a su alrededor, ya no existía nada más que ellos.
Hasta que Michelle la recordó, Elizabeth Jones, su hermana y novia de Peter.
— ¿Qué sucede? — preguntó cuando Michelle termino con el beso y se alejó bruscamente de él — ¿Estás bien?
— quiero ir a casa — dijo con la voz entrecortada — ahora.
— ¿Qué? ¿Por qué?
— ¡Dije que quiero irme a mi casa! — gritó asustando a Peter — olvídalo me iré yo sola — buscó sus zapatos y se los puso, para luego salir de la academia.
Peter, luego de ponerle llave a la puerta y activar la alarma, corrió detrás de ella. La tomó de la mano para evitar que siguiera avanzando.
— ¡Déjame! No me toques — trató de sacar su mano del agarre del castaño.
— ¿Qué te sucede? ¿Por qué actúas así? — dijo tomando su otra mano — ¿Que hice mal? Dime y prometo que no volverá a suceder, por favor no te enojes.