Unidos.... ¿por accidente?(Aome x Sesshomaru) (Terminada)

La máscara

-¡Aome!, ¿Cómo te fue en los exámenes?- Preguntó Eri acercándose ansiosa.

-¡Ah!... bueno...espero que bien... la verdad es que estuve un poco distraída- Dije sonriendo.

-¿Pasa algo?- Se acercó Yuka preocupada.

-¡No,no!, tranquila, sólo que me vino algo a la mente... no es muy importante...-

-¡OOh!, ¡¿Un chicooo?!- Gritó Eri con una sonrisa picarona.

-¡Chicas!, ¿Qué tal les fue en el examen?- Ayumi llegó rápidamente.

-A mi bien, pero parece que alguien mantuvo su cerebro demasiado ocupado en otras cosas- Rió Eri mirándome.

-Eri... cálmate...- La miré y luego suspiré.

Todas reímos.

El tiempo pasó volando en la escuela, estaba finalmente en mi último año y en época de exámenes, pronto sería mi graduación y estaba muy enfocada... no... algo estaba fuera de lugar... desde hace un tiempo me había sentido así, como si hubiese algo en algún lugar que estaba pasando por alto... ¿pero qué?...

-¡Aome!- Hōjō se acercó corriendo- ¿Puedo acompañarte a casa?

-¡Ah!, hola jaja, por supuesto- Sonreí.

Charlamos y reímos por mucho rato. Siempre me la había pasado muy bien con él. Al cabo de un rato llegamos a la entrada del santuario donde estaba mi casa.

-Entonces... ¡nos vemos mañana!- Dije dándome la vuelta.

-¡Espera!, Aome... tengo algo que decirte...- Dijo bajando la cabeza

- Dime, ¿Todo bien?-

-¡Si!, eh... bueno... yo, agh., este...- El muchacho comenzó a jugar con un mechón de su cabello y a patear las hojas regadas en el suelo mientras sus mejillas se coloreaban de un rojo intenso. Estaba nervioso- La verdad es que... agh, ¡Tú me gustas mucho!, tu sonrisa, tus ojos, tu cabello, eres bellísima y encantadora, me agrada mucho pasar tiempo contigo... me gustas, y... si hubiese tan sólo una posibilidad de que tu sientas lo mismo... ¿Serías mi novia?- El muchacho intentó con todo su esfuerzo mantener contacto visual. Sin embargo, de inmediato supe mi respuesta:

-Yo... em... lo siento Hōjō... la verdad es que yo no...

-Está bien- me interrumpió- Entiendo, no tienes que disculparte- Bajó tristemente la mirada- ... sólo... sólo quisiera saber una cosa...- El muchacho se detuvo y me miró a los ojos- ¿Es porque ya hay alguien más en tu corazón?.

-Hōjō... yo...- De repente un rostro vino a mi mente, un hombre de cabellos blancos, espera, ¿Un hombre?, ¿qué era?, ¿Quién era?, en su frente había una luna creciente, sus ojos dorados brillaban más que el oro. Su apariencia era tan hermosa que era difícil creer que pertenecía a este mundo. Mi corazón latió rápidamente, comenzó a faltarme la respiración, ¿por qué?.

Me quedé sola en la entrada de mi casa sin haberle respondido nada. Sentía un pesar gigante en mi corazón. Por alguna razón parecía haber olvidado algo. Corrí por el patio hacia el templo donde se encontraba el antiguo pozo cubierto de pergaminos mágicos. No tenía idea de porqué. Era un lugar escalofriante, sin embargo, me sentía cómoda, como si fuera un lugar en dónde había estado muchas veces en el pasado.

-Sessh... Sesshōmaru...-Este nombre salió de mi boca mientras miraba el pozo estupefacta.

Repentinamente todo se volvió oscuro. Mis memorias perdidas regresaron de golpe- ¡Sesshomaru!- Grité. Pero nadie respondió. Corrí por un espacio de oscuridad que parecía infinito. Estaba asustada. ¿Qué había pasado?