—Evan Brown llegó hoy a la universidad con una nueva playera—escuchó Roni comentar a una de las chicas de su clase. Prestó atención a lo que comentaban.
—Seguro se veía bien, a él todo le queda bien—suspiró otra. Tenía razón.
—Sí, ¿crees que si lo invito a salir aceptará?
—Posiblemente, tú eres muy bonita. Y será genial para ti, escuché decir que besa bien—respondió la chica—. Aunque nunca lo he visto salir con una chica en plan serio, quizás contigo sea diferente.
Roni frunció el ceño, tenían razón las chicas al decir que Evan no solía salir con chicas de forma seria. Nadie le conocía una novia y los rumores siempre decían que salía sólo en un plan de cinco citas, nada más de ahí. Se dio la vuelta y codeó a su mejor amigo para llamar su atención. Mike quitó la mirada de su libro y la dirigió a ella.
— ¿Qué sucede? —preguntó curioso.
—Evan Brown, tú lo conoces. ¿Qué piensas de él?
—Un patán en la secundaria, una persona nueva en la universidad—respondió—. Evan es agradable, incluso me dio consejos amorosos y piensa que es genial que demuestre mi sexualidad—Roni alzó una ceja—; solía tapar quién era en la secundaria.
— ¿Es verdad lo que dicen de él?
—Pues conócelo tú misma y lo averiguas—ella negó.
—No soy su tipo de chica—Mike rodó los ojos.
—Él me ha preguntado sobre ti, así que puede que sí lo seas—mencionó—. De igual forma, si quieres saber algo sobre él, pregúntale a Gastón; son amigos cercanos.
Roni fijó la mirada el pelinegro que se encontraba a unos puestos alejados de ella; llevaba los audífonos puestos y tenía toda su atención en uno de los tantos comics que solía llevar a clase. Gastón era una opción, pero una opción poco acertada. Posiblemente el chico rodaría los ojos, le daría un comentario sarcástico y luego se alejara sin responderle.
—Paso—respondió—. Ya me conozco la respuesta de Gastón, mejor me quedo admirándolo desde lejos.
—Trabaja en La Clave de Sol, puedes verlo ahí y hablarle como una persona normal le habla a otra. Aunque con ese sombrero dudo que pases como una persona normal—rió.
Roni rodó los ojos y se acomodó su sombrero sintiéndose orgullosa de llevarlo. Pensó que no sería mala idea hacerle caso a Mike por una vez en su vida. Podía hablarle a Evan sólo para matar la curiosidad de saber cómo se sentía.
~•~
—Aquí tienes tu café—dijo Evan entregando la orden al chico que tenía al frente—. Espero que lo disfrutes y que vuelvas pronto—el chico sonrió y tomó el café para alejarse a una mesa del local.
Evan se recostó en la pared, estaba un poco cansado a pesar de que no había hecho mucho en el trabajo. Sus padres siempre lo reprendían por trabajar en una cafetería, ellos consideraban que él tenía el dinero necesario para todo lo que gustase gastar, pero a Evan le agradaba el hecho de conseguir las cosas con sus propios méritos.
—Es un día tranquilo—mencionó Marie llegando a la barra—. Los días así me provocan un poco de sueño—rió.
—Puedes dormir una siesta en el almacén, nadie notará tu ausencia—la molestó, Marie lo empujó por el hombro para luego reír.
La campana que indicada la llegada de un nuevo cliente, se hizo presente en el lugar. Por costumbre, Evan volteó a la puerta pero esta vez se sorprendió a ver a Roni entrando. Pasó su mano por su cabello en un intento de acomodarlo e intentó estar distraído para luego hacerse el sorprendido al tenerla al frente.
—Oh vaya, no te había visto—mintió. Ella se encogió de hombros.
—Sí, causo esa sensación en los chicos de mi edad—respondió, Evan rió ante su naturalidad—. Yo emm, vine porque me dijeron que aquí venden café. ¿Es correcto?
—Bueno, es una cafetería, sería extraño que no lo hiciera—ella sonrió para luego quitar la mirada del chico un poco sonrojada.
—Soy Verónica, pero todos me llaman Roni.
—Lo sé, eres amiga de Mike—respondió—. Te he visto con él varias veces en la universidad. Yo soy Evan.
—Todos te conocen, eres muy nombrado por los pasillos, capitán del equipo—el chico pasó su mano por el cuello.
—Sí, es una de mis pasiones—respondió—. Y dime Roni, ¿qué pedirás hoy?
—Una galleta de chocolate—respondió, Evan asintió y tomó una servilleta para tomar del mostrador la galleta más grande que había.
—Pensé que venías por el café—le dijo entregándole la gallera, Roni se sonrojó al saber que había sido atrapada—. Aunque las galletas son deliciosas. Me gusta tu sombrero—le sonrió.
—Yo...debo irme—dijo para darse media vuelta y salir del lugar, no sin antes chocar con uno de los clientes que estaba entrando.
Gretta, su otra compañera, llegó a su lado y señaló la puerta.
—Que chica más rara—le dijo—. Aunque su sombrero está muy genial.
—Sí, ella es así—sonrió y quitó la mirada de la puerta.
No quería que Gretta sospechara su interés en ella, no quería que nadie lo supiera.
Otro día, otro momento en que debía recordar los códigos que tenía.
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Holaaaa! Muchas gracias por los votos en la historia! Tuvo buen recibimiento de su parte y eso me encanta!
Vi que aceptaron la propuesta del instagram de Roni! Si alguna (o) desea ser la administradora me puede escribir al privado! Estaría agradecida <3
Qué tal el capítulo? Seguro se confundieron con la frase final ¿no? Poco a poco conoceremos más a fondo a Evan!
Pregunta del día!
¿De qué parte del mundo me leen?
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Los códigos de Evan
Short StoryEvan es el perfecto capitán del equipo, tiene a todos encantados con su personalidad y sabe cómo ganarse al mundo; nadie nunca duda de él, de sus acciones ni de su forma de ser, pero tanta perfección deja inquieta a Roni. ¿Cómo podía ser posible qu...