Capítulo 3

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— ¿Todo en orden? —preguntó Cory desde el otro lado de la pantalla, Cory asintió.

— ¿Por qué no lo estaría? —respondió.

—Te noto un poco apagado, como si estuvieras distraído—respondió—. ¿Temas del trabajo o hay algo más?

—Hablé con la chica que te dije—mencionó y se acostó en su cama—. Se llama Roni.

—Roni—repitió—. Es un nombre interesante.

—Si la vieras sabrías que su nombre no es lo único interesante—rió, Cory sonrió—. ¿Qué?

—Te gusta mucho, que lindo—Evan frunció el ceño.

—Que hablas, sólo me llama la atención—confesó—. Además, no puedo fijarme en ella.

—Oh ya entiendo, son los códigos—dijo—. ¿Sigues con eso?

—Es la forma más sana de tener una relación—Cory negó y acercó la pantalla más a su cara.

—Mira, los códigos lo inventamos hace mucho, y en ese momento tenía mucho sentido y era lo más práctico pero ya no tenemos trece años—le dijo—. Han pasado años desde ese incidente y a decir verdad, no fue tan grave como lo sentimos en ese momento. Las cosas las resolvemos hablando.

—No en este siglo—respondió—. Te dejaré, debo irme a trabajar.

Se despidió de Cory y colgó la llamada. Se cambió la playera que llevaba y se colocó su uniforme de La Clave de Sol. Le gustaba trabajar, sus padres de quejaron y no estuvieron de acuerdo cuando les dijo que lo haría porque consideraban que no necesitaba el dinero. Y realmente no lo necesitaba, sólo que Evan deseaba tener algo suyo, algo que pudiese identificarlo, que le gustase hacer y pudiese pasar un rato agradable; y cuando conoció a La Clave de Sol y vio la vacante disponible, no lo pensó dos veces y pidió el empleo.

Cuando era más joven, era un chico arrogante y que sólo pensaba en el estatus social pero ahora había dejado esos malos hábitos atrás y deseaba mejorar cada día. Había una vida más allá de la secundaria y lo fue descubriendo poco a poco.

—Llegaste temprano hoy—le dijo Felix, su jefe y el dueño del café—. Apenas está Gretta colocando los servilleteros y las cajitas con azúcar en las mesas, Puedes ir preparando el café.

Evan asintió y saludó a Gretta con la mano para caminar hasta detrás de la barra y buscar el delantal para comenzar a calentar el agua para el café. Jackson, su otro compañero, salió de la cocina con una bandeja de cupcakes recién hechos.

—Te los dejo aquí—los colocó en la barra. Evan asintió y él regresó a la cocina.

~•~

—Ahí viene esa chica nuevamente—mencionó Gretta, Evan volteó a la puerta y notó a Roni entrar por ella.

Llevaba una camisa verde de faralaos blanco tipo colegiala, una falda que era acompañada por unas medias altas y unos zapatos tipo bailarina. Su mirada se enfocó en la boina negra que llevaba puesta y sonrió saludándola con la mano cuando se acercó; no estaba sola, Mike, su mejor amigo se encontraba a su lado.

—Roni, Mike, bienvenidos a La Clave de Sol—les dijo—. ¿Qué desean ordenar hoy?

—Mmm—mencionó Mike—. Gastón me recomendó el pie de limón—dijo—, ¿realmente es muy bueno?

—Uff sí—le dijo Evan—, Jackson es el mejor repostero que tenemos.

—Entonces dame uno y una malteada de vainilla—pidió, Evan anotó su pedido.

—Y tú Roni, ¿qué deseas? —la miró, ella decidió mirarlo y mantuvo su porte para no mostrarse nerviosa.

—Café, emm, café helado—pidió, Evan asintió.

—Serían en total 11 dólares—dijo—. Si lo pagan por separado, serían 4 para Roni y 7 para Mike—anotó en la caja registradora.

Decidieron pagar por separado y Evan les entregó a cada uno la factura de su pedido. Se dio la media vuelta para preparar el café y la malteada.

Mike le echó un vistazo a Evan y luego volteó a ver a Roni, le sonrió para molestarla y ella sólo le dio un leve empujón.

—Invítalo a salir—susurró Mike, Roni lo miró sorprendida y luego negó rápidamente—. ¿Por qué no? Estoy seguro que no te dirá que no.

—Por el bien de mi dignidad no.

—Pensé que era yo el que vivía perdiendo la dignidad.

—Tú ni siquiera la tienes—Mike le sacó la lengua y volvió a ver a Evan quién ya había terminado de preparar el café y se estaba encargando de hacer la malteada.

— ¿Podrías echarle canela? —preguntó, Evan asintió sin voltear—. Evan, Roni piensa que te ves muy lindo hoy—dijo y recibió un golpe de Roni. Evan volteó y miró fijo a Roni.

— ¿En serio? —le sonrió,

—Yo pues, o sea, yo no dije eso, pero no quiere decir que no, o sea, sí lo pienso pero no lo dije—habló rápido, Evan rió por lo tierna que podía verse estando nerviosa.

Pero luego recordó que no podía sentirse de esa manera, no con ella, no en ese momento.

—Oh, genial—dijo y les entregó la malteada y el café. Sacó del mostrador una rebanada de pie de limón y se la colocó en la barra—. Espero que lo disfruten—dijo y se dio media vuelta dejando a Mike y a Roni extrañados con su comportamiento.

Roni tomó su café y ayudó a Mike con el pie de limón, para luego ir hasta una de las mesas. Se sentó y miró a Evan quién tenía la mirada fija en su celular.

— ¿Concordamos que eso fue extraño no? —ella asintió—. Esperaba un: Tú también estás preciosa Roni, estoy enamorado de ti.

Ella rio por la broma que estaba diciendo Mike y tomó un sorbo de su café. Le echó una mirada a Evan quién seguía con la mirada en su celular e hizo una nota mental para hablar con Gastón sobre él. También consideró conveniente contárselo a Naomi, su mejor amiga, ella era buena en esos temas y seguro podía conseguir información de Evan más rápido de lo que ella lo lograría.

—Siempre dicen que Evan es bello y ajá, pero no dicen que cuando le coqueteas no te devuelve el gesto—dijo Mike nuevamente.

—Oh lo hace con las chicas que sí le interesan, no chicas que parecen salir de la convención de frikis—Mike rió por eso y luego negó.

—Sí bueno, no te vistes tan mal—le dijo—. Debe haber otra cosa.

—Y seguro Gastón lo sabe.

—Seamos sinceros, ¿qué no conoce Gastón?

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Buenas buenas, la cuenta de instagram de Roni ya está disponible! Pueden encontrarla como @roni_lcde 

Los códigos de EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora