Capítulo 13

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Roni se bajó del autobús y caminó junto a Mike hasta La Clave de Sol, su amigo la tomó del brazo haciendo que se detuviera y lo mirara con curiosidad.

—Ve tú—le dijo—. No quiero ser la tercera rueda ahí—rió—. Por favor no lo arruines.

— ¿Me crees capaz de arruinarlo? —dijo ella con fingida indignación.

—Sí—respondió—. Yo iré a la casa de Roger, me escribes cuando llegues a tu casa—besó su mejilla—. Cuídate ojos achinados.

Roni rodó los ojos y luego rió, Mike se dio la vuelta y regresó a la parada de autobuses y ella continuó caminando hasta La Clave de Sol. Al llegar pudo observar que Evan no había mentido al decir que a esa hora el lugar se encontraba casi vacío, como mucho había unas cinco personas en el local.

Se acercó a la caja en donde Evan se encontraba con la mirada fija en su celular y le dio dos golpecitos al mostrador llamando su atención. Éste levantó la mirada y sonrió al verla.

—Sí viniste—le dijo.

—Te dije que lo haría—sonrió—. ¿Todo lindo?

—No más que tú—respondió y luego se arrepintió de haberlo hecho, era demostrar más interés de lo que se tenía permitido—. Me gusta cómo estás vestida.

Roni se miró disimuladamente, su ropa solía ser bastante extravagante y colorida, a ella le gustaba así pero casi no conocía a alguien que opinara de la misma forma.

—Gracias—respondió—. Pocos piensan eso. Dicen que eso me hace perder puntos con los chicos.

—No si es el chico correcto—le dijo, ella lo miró fijamente a los ojos y Evan mantuvo la mirada hasta que se sintió expuesto a ella y volteó a otro lado—. ¿Quieres pedir algo? Yo invito.

—No me gustaría que malgastaras tu dinero en mí—respondió ella, Evan negó.

—No estoy malgastándolo—le dijo—. Anda, algo aquí debería gustarte ¿no?

Ella rió si Mike estuviese ahí seguro diría: sí, tú. Pero ella no era atrevida ni desbordaba demasiada confianza como su mejor amigo.

—Me gustan las fresas—dijo, Evan asintió.

— ¿Las quieres en malteada o en pastel?

—Malteada—sonrió, Marie, la compañera de trabajo de Evan, se acercó a ellos un tanto apurada.

—Hey Evan, ¿crees que puedes llevarle una limonada a Dean? Está en la mesa de siempre, yo necesito cambiarme para cantar—explicó, el chico no tuvo ningún problema en ayudarla con eso.

Marie le agradeció con un beso en la mejilla y salió corriendo hasta el baño de empleados. Roni miró la escena un tanto fuera de lugar, conocía a la chica por las veces que había ido a ver a Evan pero desconocía la relación que tenía con el chico; él nunca se la había mencionado.

No estaba celosa, tampoco se sentía insegura con ella, sin embargo le había causado cierta curiosidad la cercanía que tenían. Podía notar que Evan era de poco hablar a pesar de hablar todo el tiempo.

—Déjame llevarle esto a Dean y regreso a preparar tu malteada—ella asintió, Evan tomó el vaso de limonado y caminó hacia la mesa de un chico pelinegro.

Conocía a ese chico, era el hermano mayor de Gastón. Observó como Evan le entregaba el vaso y hablaba con él ambos rieron pero ella no supo de qué.

Regresó a ella y le indicó que prepararía su pedido, lo miró de perfil y detalló un poco su físico. Era demasiado apuesto para ser real. Su rostro se asemejaba a esos chicos que solías ver en las películas románticas de instituto el cual todas amaban y era el capitán de equipo.

Algo que no estaba muy lejos de la realidad.

—Me estás viendo muy fijamente—le dijo él risueño, Roni quitó la mirada y sintió sonrojarse de la vergüenza.

—Quería ver cómo hacías la malteada.

—Veías mi cara—alzó las cejas divertido—. Ten, malteada especial para ti—la colocó frente a ella—. Para que la disfrutes.

Roni tomó una pajilla y la colocó en la malteada para probarla, saboreó el dulce de la fresa y la combinación con el helado.

—Está delicioso—indicó.

—Y eso que no es hecho por Gretta—comentó, la miró tomar su malteada y no supo de qué más podría hablar con ella—. Sé que dijiste que tu forma de vestir quitaba puntos con los chicos, pero realmente pienso que es lo que más resalta de ti. Es tu personalidad expresándose sin miedo y es genial.

—Pues sé que resalta, por eso siempre creen que soy rara—rió, Evan negó.

—Yo no creo que lo seas—le dijo—. Eres lo suficiente genial como para gustarle a alguien, digo, uno te ve y piensa: deblin necesito conocer a esta chica. Eres muy interesante.

— ¿Qué tiene de interesante una chica asiática que se viste como si tuviera una galería de pinturas sobre ella? —se burló de ella misma.

—Todo.

Y ella no se esperó esa respuesta de su parte.

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Holi, estoy un poco libre esta semana y por eso he actualizado más seguido! 

En este capítulo Evan se confiesa poco a poco sin mostrar tanto y es genial, ¿qué piensan ustedes?

Preguntas!!

¿Conocen a un Evan en sus vidas? Ese chico genial, muy cliché, pero que tiene más que mostrar que una cara bonita.

¿Les gustan las fresas?

¿Cuál es su libro favorito de Wattpad? ¿Y de qué trata?

Los códigos de EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora