Capítulo 33

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Benjamín permaneció de pié y miró a Evan, no había una razón es específica por la cuál él no lo soportara, sino era todo él en general. Cuando estaba en la secundaria podía considerarlo un amigo, pero desde iniciaron la universidad y Evan mejoró su comportamiento a uno más tranquilo, más relajado y amable, despertó en él cierta molestia. Todas las chicas que llamaban su atención siempre preferían a Evan porque "él era mucho más amigable y dulce", ¡lo odiaba! ¿Cómo podía una persona cambiar tan drásticamente?

Él simplemente no podía entenderlo.

Pero ahí estaba, en medio de todos los chicos que en algún momento consideró sus amigos, siendo traicionado porque, por cosa nada extraña, todos preferían a Evan. ¿Qué cosa tenía Evan que hacía que todos lo prefirieran?

Gastón hizo un reconteo de votos para decidir el cierre definitivo de los códigos y todos estuvieron a favor. Los aplausos se escucharon por toda la habitación y luego de eso, el pelinegro dio por terminada lo que sería la última junta del código; ya no tenían que obligarse a no sentirse de cierta forma, o a no hacer ciertas actividades, era como una salida hacia la libertad.

Cada chico se dispuso a recoger su silla ara poder acomodar el lugar, mientras que Benjamín se quedó quieto sentado en su silla con la mirada sobre el suelo. Roni se acercó a él y colocó su mano en su hombro captando su atención y dándole una sonrisa amable.

—Déjame, te he tratado mal.

—Sí, la verdad es que me encuentro molesta contigo por eso, actuaste dejando atrás tu razonamiento—le dijo—. Me gusta Evan porque no intenta ser perfecto, intenta sólo mostrarse tal y como es; y eso, aunque no lo sepa, lo hace ser una increíble persona.

—No estoy de ganas de escuchar cómo alagan a Evan, gracias—le dijo de forma cortante.

—No estarás de ganas nunca hasta que aprendas a no tener envidia de alguien que no te ha hecho nada malo—dijo—. Quizás en algún momento lo entenderás, pero ¿sabes por qué las chicas se fijan en él? Porque el interés que muestra en las personas es real, no una farsa para arruinar a alguien más.

—Realmente me agradas Roni, sólo que...

—No, no puedo creer nada de lo que dices—le dijo y se dio media vuelta para marcharse junto a Evan.

Lo vio hablando con Gastón y se acercó a ellos, dándole un abrazo por su espalda, Evan sonrió y tomó sus manos acercándola más a él.

—Que lindos, me dan ganas de vomitar—dijo.

—Pero si tú eres más cursi con Keyla—respondió Evan con una sonrisa divertida.

—No me siento orgulloso de que sepas esa información—le dijo y luego se dio la vuelta para buscar a Adrián.

Evan soltó a Roni y se volteó para verla.

— ¿Todo en orden?

—Mientras estés tú sí—le dijo y besó su mejilla—. Me debo ir en un rato, tengo que ir a la librería para mi turno

— ¿Quieres que te lleve? —preguntó, Roni negó.

—Quédate con tus amigos, deben terminar de hablar de sus cosas—dijo—. Me iré para ir adelantando—besó su mejilla nuevamente y luego se marchó. Evan sonrió al verla y suspiró, realmente le gustaba que Roni fuese de esa forma.

Caminó hacia Gastón quién estaba conversando con Adrián y Dominic, le dio una mirada a Benjamín que seguía sentado en una de las sillas y decidió ignorarlo por ese momento. No necesitaba meterse más en un drama por algo que realmente no valía la pena, quizás en algún momento podrían ser amigos, pero ese no era el tiempo indicado.

—¿Mañana vienen a mi casa y entrenamos? —preguntó Dominic.

—Paso, tengo que cuidar la tienda de mi mamá mañana—respondió Gastón—. Dean tiene una exposición de arte y le dije que yo le cubría para que pudiese ir.

—Oh, a mi mamá le gustan las pinturas de Dean, le diré que hay una exposición mañana para que vaya a verlo—respondió Adrián—. ¿Y tú qué opinas Evan? ¿Irás a la casa de Dominic mañana a entrenar?

—Creo que puedo—respondió el chico—. ¿Estaremos sólo nosotros tres?

—Y Oliver y Fabián si quieren, para darle un fin a los códigos. Cerrar con broche de oro—mencionó Dominic, Adrián asintió estando de acuerdo.

Darle un fin a los códigos.

Evan sintió como un peso se le hubiese arrebatado de la espalda, ya no tenía que seguir los patrones, no tenía por qué prohibirse a sentirse de alguna forma. Se sentía bien no tener los códigos, era lo mejor que podía pasarle ese día.

Fabián se acercó a ellos y Adrián sonrió.

—También hay que tocar el tema de que le gusta la hermana de Kike—mencionó Adrián señalando a Fabián, el chico bajó la mirada sonrojado.

—Oye sí—dijo Dominic—, no puedo creer que te ocultaras eso. ¡Se supone que está en el código! ¿Cómo es que Oliver sabía?

—Porque Oliver es un chismoso—respondió Gastón—. ¿No ven que sube artículos en una revista? Ese muchacho anda en todo.

—Te escuché, Foster—dijo Oliver a unos cuantos metros de ellos, estaba conversando con Kike por teléfono.

—Era para que me escucharas, Neil—respondió Gastón, miró a sus amigos—. ¿Ven? Chismoso.

Ellos rieron.

—Entonces Fabián...—alargó Adrián divertido, Fabián no dijo nada negándose a hablar del tema.

Evan se rió por la situación, estaban en la universidad pero seguían pareciendo un par de adolescentes de secundaria cuando lo querían.

—Me voy, tengo una cita—dijo Gastón, Adrián y Dominic lo molestaron por eso a lo que Gastón respondió mostrándole el dedo medio a ambos.

—Eres un grosero—dijo Dominic.

—Me vale—respondió, guardó su celular en el bolsillo y se acercó a Evan—. Dean tendrá su exposición de arte, y creí que podrías llevar a Roni—le entregó dos entradas—. No me debes nada.

Evan sonrió.

—Gracias, Foster—el chico sólo asintió para luego marcharse.

Guardó las entradas en su billetera y también creyó conveniente marcharse del lugar, ya no tenía nada que hacer ahí. Benjamín llegó a su lado sorprendiéndolo.

—No diré que lo lamento porque realmente no lo hago—dijo—, pero espero que Roni sea feliz contigo, es una buena chica.

—Que no te gusta y quisiste ilusionar.

—Sabía que no pasaría, le gustas desde incluso antes de que hablaran, cuando no te atrevías a hacerlo—le dijo, Evan frunció el ceño—. Estuve observando—confesó, Evan no le dijo nada (más porque no sabía qué decirle) y Benjamín se marchó del lugar.

—Bueno compa, vamos por unas malteadas en el Dush, ¿vienes? —preguntó Adrián, Evan asintió para caminar con ellos.

Tenía todo el día ara poder estar tranquilo, sus planes con Roni iniciarían luego.

 

Los códigos de EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora