—Corazón, pienso que te estás armando tú solito tus propios problemas—mencionó Sierra, la mejor amiga de Evan.
—Lo sé, pero tú me conoces, sabes que no puedo controlar eso—respondió y bebió un poco de su café.
Evan y Sierra habían estudiado juntos desde muy pequeños, siempre habían sido amigos porque se complementaban el uno con el otro. Evan la consideraba su mejor amiga porque le confesaba todo lo que sentía, con ella podía sentir que no sería juzgado, ella entendía lo que él pasaba porque ella pasó por las mismas.
—Es complicado cuando te gusta una chica y no puedes estar con ella porque a tu amigo le gusta también.
— ¿No existe un código que indique que la chica debería escoger a quién desee? Pienso que, si hay dos chicos que gustan de mí, yo debería escoger con quién salir, no que entre ellos se den permiso de hacerlo.
—No nos damos permisos, él ni siquiera sabe que me gusta, es algo que me tengo guardado.
—Pues si es tu amigos así como dices, deberías contarle porque él puede enterarse luego y será peor la situación.
Evan asintió y tomó nuevamente de su café, Miró a Sierra y tomó su mano con una pequeña sonrisa.
—Estás dando buenos consejos, esto es nuevo.
—Que te digo, juntarme con Alan está dando buenos frutos—rió, Evan negó—. No quiero decir que esto es cliché, pero la chica acaba de entrar—miró detrás de el.
Evan volteó y se encontró con Roni parada en la puerta, seguramente se dio cuenta que él no estaba en la barra y por eso había fruncido el ceño. El aprovechó para mirarla un poco y notar que estaba vestida con un suéter rosa que le quedaba muy pero muy bien ante sus ojos.
—Oye, creo que debes limpiar la mesa, la llenaste de baba—mencionó Sierra, Evan volteó a verla y ella rió por eso—. Está en la cola para comprar, invítala a sentarse con nosotros.
—Si voltea a vernos, no quiero que sea tan obvio.
—Qué dices, si lo obvio siempre es mejor—respondió—. Si Alan estuviese aquí, la habría llamado para que se acercara y tú seguramente te hubieses puesto rojo como tomate—rió—. Acaba de voltear y creo que pensó que estamos en una cita, tomaré tu mano para jugar un poco con ella, será divertido.
—Déjala—negó, Sierra echó una carcajada—. Contrólate, estás poniéndome de pelos.
—Entonces voltea y hazle señas para que se acerque, está comprando así que ya tienes poco tiempo.
—Deja de insistirme—le dijo, volteó a ver a Roni nuevamente y la observó pagando para luego esperar a que le sirvieran el café que había pedido.
Ella volteó y Evan la saludó con la mano, Roni sonrió un poco y le devolvió el saludo. Se acomodó un poco en la silla y le hizo señas para que se acercara, se volteó cuando la vió caminar y la saludó apenas llegó.
—Hey—le dijo ella.
—Hey—respondió—. Ella es Sierra, mi mejor amiga—la presentó, Sierra la saludó amablemente y Roni le sonrió—. Ven, siéntate—le dio un toque al asiento para que se sentara a su lado—. Es extraño no verte con Mike.
—Está en una cita—respondió—, pensé que sería una buena idea tomar un poco de café. Tengo muchas cosas por leer hoy.
—Oh sí, Gastón me dijo lo mismo—mintió—. Yo no sé mucho de eso, pero podría ayudarte.
—Sí, sería genial—respondió, miró a Sierra—. ¿Desde cuándo se conocen?
—Desde los tres años—respondió ella—. Fuimos amigos desde siempre, incluso me lo aguanté en su época de niño rico mimado.
—Sí, fue la misma época en donde eras un perra—respondió Evan, Sierra rió.
—No corazón, yo siempre seré una perra—acomodó su cabello, Roni rió—. Ser diva regia se me da de maravilla.
—Me encanta—comentó Roni—; seguro también conoces a Mike y a Gastón, ellos estudian conmigo.
—Sí, Gastón era un malhumorado desde niño y Mike muy fácil de manipular para que hiciera cosas por mí—respondió—, aunque ya no necesito que hagan cosas por mí, las cosas cambiaron un poco.
—Tu eres la que le dio las entradas para Aerosmith—Sierra asintió—. Amé cuando me lo contó, pensé: ésta chica sabe cómo manejar a la gente y me encanta.
Sierra miró a Evan y asintió. Éste supo qué significaba ese gesto, sabía que a Sierra le había agradado la chica.
—Debo irme—le dijo—. Fue un placer conocerte Roni, pero debo ir a buscar a mi hermano al cine, ya sabes, reprobó el examen para la licencia y debo hacer de chofer por un tiempo—mintió—. Te veo luego linda, espero y se diviertan—miró a Evan y le hizo un pequeño guiño, este sonrió disimuladamente.
—Me agrada, se ve toda diva—le dijo Roni.
—Lo es, siempre ha sido así—le dijo—. Aunque le ha bajado un poco lo de maleducada, podía llegar a caer mal cuando hacía eso. Tú también le caíste bien.
— ¿Estás en tu tiempo libre? —cambió el tema y lo miró interesada.
—Terminé mi turno ya.
—Podemos ir y pasear un poco por el parque, ¿qué dices? —Evan la miró y supo que no tenía ninguna excusa preparada para eso.
—Em bueno—miró hacia su teléfono esperando que alguien le hubiese escrito y pudiese aferrarse a eso, pero nada bueno había en ese momento.
—Bueno...—dijo y mantuvo su mirada fija en él.
Él sabía que si se negaba quedaba como un patán frente a ella y no quería eso, pero si aceptaba tampoco era una buena idea. A Benjamín le gustaba Roni y no podía interponerse en ello, era por el bien del equipo.
Pero la mirada de Roni le pedía a gritos que aceptara, ella quería salir con él y no podía tener un no, él no quería darle un no. Así que en ese momento no le importó nadie que no fuese él y aceptó lo que quería desde hace mucho tiempo.
—Sí, me parece increíble—le dijo, ella sonrió y se levantó de la mesa.
—Entonces vamos, es una cita—habló y fue ahí cuando Evan supo, que se metió a la boca del león.
Fragmento del Código de Chicos (2011)
Código 2: respetar este código sobre todas las cosas.
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Hola, les voy a mostrar mi razón por la que posiblemente no actualice (y si lo hago será muy poco) hasta noviembre
¿A que no es hermoso la tesis?
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Los códigos de Evan
Cerita PendekEvan es el perfecto capitán del equipo, tiene a todos encantados con su personalidad y sabe cómo ganarse al mundo; nadie nunca duda de él, de sus acciones ni de su forma de ser, pero tanta perfección deja inquieta a Roni. ¿Cómo podía ser posible qu...