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— Muerdeme, beta. — Jimin lo alejó y se colocó de espaldas — Tómame… — lo miró por sobre su hombro.

Yoongi tembló, no mentiría, tenía unas ganas enormes de enterrase en Jimin, de tocar ese cuerpo suave y esbelto, de apretujar esas redondas nalgas, pero debía controlarse. Bien sabía que no era la persona hablando, sino el lobo.
Así que, mejor se dio la vuelta y trató de controlar su acelerada respiración, debía ser un caballero, debía comportarse…

Ay, si su mami omega viera el autocontrol enorme que tenía, estaría orgullosa.

— ¡Yoongi!~ — volvió a lloriquear Jimin, a la vez que se colgaba de sus hombros, tirandolo hacia la cama.
Min cayó sentado sobre el colchón y rápidamente su cuello fue atacado por los dientes del castaño.

— ¡Hey! — se movió, pero los brazos se aferraban fuerte. — ¡¿Estás loco?!

— Justo así, Yoongi, muerdeme así~

— No, muchacho, apártate, no sabes lo que dices. — empujó sus brazos, pero uno de ellos bajó rápidamente y su mano alcanzó el bulto que Yoongi tenía en sus pantalones, apretandolo — ¡Ah!~

— ¡Mío!

— ¡No, no, no, no! — ahora sí lo apartó — ¡Detente, basta, vas a volverme loco! — lo tomó por los hombros, dándolo vuelta y tirandolo boca abajo sobre el colchón — Vas…a… —sus labios se pegaron en la espalda de Jimin y dejó un par de besos sobre ella, mientras que una de sus manos apretujaba una de sus nalgas. — Maldita sea… — susurró en su oído, pegando su bulto al trasero de Jimin, franeleandose en él, disfrutando la sensación. Una sonrisa tiró de los labios de Jimin.

— ¡Ya, beta, tómame, muerdeme, marcame como tuyo!

Yoongi gruñó, mentalmente exhausto. — De acuerdo…

—♥️—

— ¡Estúpido beta, mordiste mi trasero!

— Tu dijiste muerdeme.

— ¡Desaparece, inútil!

Taehyung se sobresaltó cuando vio a Yoongi salir con la respiración agitada, azotando fuertemente la puerta de la habitación.

— ¿Todo bien? — se levantó, viendo que ahora observaba su celular, ésta vez sí lo había tomado.

— Eh, sí, sí.

— ¿Jimin está bien?

— Lo estará… —lo miró — ¿Y tú cuánto tiempo piensas quedarte?

— Tengo que hablar con Jimin antes, cuando su celo pase, tal vez mañana o pasado mañana.

— Espero que no pienses quedarte aquí. — advirtió.

— Es que no tengo dónde más… —olfateó —… Dón…de —se paralizó.

— ¿Qué sucede? — El pelinegro lo miró preocupado.

— N-No sé… — miró sus manos, éstas temblaban. Posó una en su pecho, su corazón latiendo a mil —… Ay, Dios. Creo que está dándome un ataque…

— ¿Qué? — Yoongi se apresuró hacia él, poniendo un par de dedos sobe la vena de su cuello — ¡Mierda! — se alejó — estás muy acelerado, ¿qué te pasa?

— No, no me asustes… —tembló.

— Mejor siéntate. — Taehyung obedeció.

— Ay no, ay no… Es… Ese olor.. ¿No lo siente?

Bite Me, BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora