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Bien, Yoongi creía entender algo de genética y también sabía la historia de sus madres.

Veamos: Min ChaeRin venía de un linaje alfa, su padre y madre lo eran; por eso también, era una de las familias más respetadas.

Lee Jieun, provenía de una madre omega y un padre alfa.

Yoongi sabía de las posibilidades. Sí, tenía muchas chances de que la balanza se incline en su favor y le diera un segundo genero alfa; pero estaba consciente de las posibilidades y también podría tocarle ser un omega. Mas él estaba convencido de que había nacido para ser un alfa, y así sería.

Pero lo que jamás se imaginó, es que su resultado genético le escupiera en la cara con burla.

— ¿Qué pasa, cariño? — Jieun se acercó a él al verlo impactado, mirando la hoja con horror.

Yoongi rápidamente escondió el papel tras su espalda y la miró asustado.
— Está mal, esto está mal, debo hacerme otro.

— Cariño, no... Estás pruebas se hacen varias veces para despejar cualquier duda. — colocó una mano en su hombro — ¿Dice que eres omega? — preguntó con pena, pues ella sabía de la ilusión de su hijo por ser un alfa. — No es tan malo serlo, te aseguro que-

— No es eso, no soy omega. — interrumpió.

— ¿Entonces alfa? — una sonrisa tiró de ella — ¡Lo sabía, hijo, lo sabía! Déjame ver — trató de quitarle el papel, pero él lo impidió. — Cariño, yo tengo que-

— ¡No soy un alfa! — arrugó el papel y un par de lágrimas cayeron en frustración. Lo arrojó lejos, golpeando la pared y trató de irse, pero su madre lo sujetó.

— ¿De qué hablas? Yoongi, o eres alfa o eres omega. — soltó con una risa sin gracia — ¿qué pasó?

— Jieun... — ambos miraron a la alfa recién llegada, que sostenía el papel desarrugado en sus manos — Nuestro hijo es un beta.




Yoongi creció, sintiéndose inútil. En la vida se hubiera imaginado que algo así le pasaría.
Ser un beta era algo tan inusual, tan inservible para la sociedad, que se sentía devastado.

— Hyung, no te pongas así — Jungkook estaba sentado, observando cómo Yoongi golpeaba su bolsa de boxeo. — Yo también quería ser un alfa, pero ya vez, soy un omega. — revisó su reloj — Es mi turno ya, Hyung.

— ¡Todavía no termino! Maldita sea, estúpido mundo de porquería, ¡¿por qué mierda tenía que resultar en un jodido beta?! —  siguió golpeando con furia.

— No es algo malo, hyung...

— ¿A no? He puesto en vergüenza a toda mi familia. Los accionistas ni siquiera me respetan o me toman en cuenta como a un miembro de la empresa... — bufó. Dejó de golpear, para mirarlo — Y eso también lo explica todo, mírame — se señaló — Es la razón por la cual no obtengo los músculos que deseo, es porque mi cuerpo no puede generarlos.

— Hyung, pero si sí tiene músculos.

— No como deberían de ser con todo el esfuerzo que hago. — se alejó, dando pase libre a Jungkook para golpear la bolsa. — No como los que tu tienes...

— Si los tengo, es porque hago mi mayor esfuerzo —murmuró.

— ¡¿Insinúas que yo no?! — gritó, volteando hacia él.

— No lo insinúo, ¿sabe qué, hyung? Se lo digo — lo enfrentó — Desde que se enteró, no le echa ganas a nada, se queda sentado lamentándose de todo, creyendo que algo va a cambiar porque usted es un beta. ¡Siga viviendo la vida como siempre la vivió!

Bite Me, BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora