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— Siéntate ahí, ahora — ordenó ChaeRin. Jimin tembló, y obedeció, sentándose, bajo la mirada de aquellas mujeres.

— ¿Qué sucede? — Preguntó Jieun todavía confundida.

— Este es el omega aprovechado que estaba con Yoongi esta mañana. — la pelinegra se sorprendió y cubrió su boca.

— ¿Aprovechado? — Jimin se sintió ofendido.

Min soltó una risa seca, llena de sarcasmo — ¿Creíste que te saldrías con la tuya?

— Chae, no entiendo, ¿por qué le hablas así?

— Él también es el hijo de Hyehan y JunMin — le habló a la omega — Justamente los dueños de la empresa que buscó nuestra ayuda.

Lee lo miró — ¿El hijo de Hye? — sonrió algo nerviosa — Es-Estás enorme, Jimin. — miró a la rubia — Pero eso qué tiene que ver.

— ¿No lo ves? — señaló a Jimin — Esta lombriz y el arrastrado de su padre planearon todo esto. — el omega estaba paralizado, quería hablar y defenderse, pero lo único que lograba hacer a penas, era aferrar sus manos al sillón — ¿Cómo crees que alguien que vive en el centro fue a dar con un chico alejado de todo esto? Él lo buscó, llegó hasta Yoongi, logró engatuzarlo... — señaló la marca y Jimin sintió el picor ahí — ¡incluso hizo que lo mordiera! Todo para que Yoongi se haga cargo de él — lo miró — El siguiente paso era casarte, ¿no es así? Así la empresa que mi hijo heredaria también sería tuya legalmente.

Jimin no lo podía creer, ¿qué clase de película estaba armandose en la cabeza?
Pero, tenía lógica.

— Yo, yo ni siquiera sabía que Yoongi tenía una empresa. ¡Ah! — sujetó su marca cuando ésta comenzó a arder.

— Mira, su marca se debe estar perdiendo — se burló la alfa — Bien merecido lo tienes. Eso me alegra, significa que no tienes un vínculo realmente fuerte con mi hijo — se acercó a él — ¿Y sabes por qué? Porque él no está predestinado a nadie, mucho menos a una basura como tú.

— ChaeRin, tú no sabes si-

— ¡Aah! No, no, no... — apretó más su cuello, él no quería que se esfumara. Sí tenía un vínculo con Yoongi, sí lo tenía, sí lo tenía.
Pequeñas lágrimas de dolor comenzaron a surgir. — Yoongi... — lloriqueó. Lo necesitaba.

— Cierra la boca, omega inútil, será mejor que te vayas.

— ChaeRin, deja ya de decir esas cosas, ni siquiera lo has dejado defenderse. Yoongi te va a odiar si tus acusaciones son falsas.

— Todo concuerda, Jieun. Ponte a pensar ¿Son todas casualidades? Por favor. Ya mismo llamaré al perro de Park para cancelar todo, ¿oíste? Tu pobre remedo de compañía se acabó.

— ChaeRin, la familia Park vive de eso.

— Y traté de ayudarlos — se alzó de hombros — sólo logré que se burlaran de mí y metieran a mi hijo en esto.

— Basta, por favor... — pidió Jimin casi inaudible... — esto duele.
Qué le digan esas cosas duele, qué afirmen que no tiene oportunidad junto al beta, le duele. Verse responsable ahora de la destrucción de la empresa de su familia, le duele.
La marca, arde, aprieta, y duele.
—... Yoongi...

ChaeRin lo empujó fuerte, haciéndolo caer recostado en el sillón — ¡Deja de llamar a mi hijo, inútil omega!

La mirada de ambas se posó en el celular que sonaba en el bolsillo trasero de Jimin.

ChaeRin se apresuró a sacárselo y Jimin se abalanzó, con intenciones de recuperarlo.
— ¡Quieto! — le dio una fuerte bofetada, haciéndolo sentar de nuevo.

Bite Me, BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora