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Esa pregunta era algo que Jimin nunca le contestaba, "¿quién te hizo tanto daño?", algo que no podía dejar pasar de largo, así como el hecho de que, cada vez que él se acercaba a acariciar su cabeza, Jimin se contraída, asustado, indefenso.

Si había una razón por la que Yoongi quería saber quién lo lastimaba, era porque no quería que volviera a pasar. Pero, en ese aspecto, Jimin no se abría ante él.

En otro, pues, estaba por verse.

— Ah~ Yoongi~ — se aferró a sus cabellos oscuros, tirando de ellos a la vez que su cuello era devorado a base de besos y mordiscos.

Tan pronto volvieron a la casa, comenzaron a besarse, tocarse, desnudarse.
Es por eso que Jimin ya se hallaba en la cama, sólo en ropa interior, mientras que Yoongi todavía tenía sus pantalones puestos.

Con sus piernas bien abiertas para él, Min se permitió meterse entre ellas y ahora ambos sentían los miembros crecientes del otro ante el roce y fricción que provocaban sus cuerpos meciendose entre sí.

Sus dedos se deleitaban tocando la suave piel de Jimin, quien suspiraba ante cada toque.
— Quítate ese pantalón, beta, está estorbando... — suspiró el omega.

— Tonto..una vez que lo haga... — se apoyó sobre sus antebrazos para poder mirar a Jimin — Una vez que lo haga, no sé si podré detenerme...

— ¿Y quién quiere detenerse? — lo atrajo de nuevo hacia sus labios, ambos besándose con deseo.

Qué más daba, Jimin estaba consciente esta vez y él no negaría que quería esto desde la primera vez que lo vio sin ropa, restregandose entre sus pertenencias.
Se deshizo de su pantalón y lo arrojó en dónde no le importa, deslizando su mano hacia abajo, tomando el miembro de Jimin, para apretarlo sobre la tela, que ya estaba algo humeda.

Jimin gimió ante esto — Sólo quitalo — siseó — Yoongi, quiero esto, lo quiero...

— ¿Qué quieres? — sonrió ladino.

— Jodeme, beta, jodeme.

—🌐—

Jungkook no recordaba haber comido jamás algo tan delicioso, qué Dios lo perdone, ni siquiera su mamá lo había hecho tan bien.

Taehyung alzó las cejas ante el rostro fresco y gustoso que Jungkook dio, y siguió moviendo sus piernas al aire, mirándolo con su cabeza sobre sus manos, boca abajo en la cama.
— ¿Qué te pareció?

— Esto es delicioso. Mejor dicho, esto es de otro mundo. — el castaño sonrió mostrando sus dientes, encantado con el comentario. — Qué linda sonrisa tienes, alfa. — Tiró de repente, Taehyung avergonzandose al instante, su rostro tornándose rojo. Sí, Jungkook solía ser bastante transparente y directo, muy pocas veces existía algún filtro entre lo que pensaba y decía.

— ¿Y-Y eso por qué fue? — cubrió su rostro, sólo dejando ver sus ojos — Lo dijiste tan repentino que... — Jungkook sonrió un poco mientras lo veía balbucear, aunque no dejó de comer — ahm.. Uh... ¡También eres bonito! — gritó, ahora sí cubriendo por completo su rostro.

Jungkook rió, tirando su cabeza hacia atrás y picoteó otro pedazo de carne, extendiéndoselo a Taehyung — Lindo osito, deberías comer también.

Taehyung destapó su cara, atónito ante el apodo. Cuando salió de su sorpresa, abrió la boca y Jungkook metió la carne ahí por él.
— Gracias... — dijo mientras masticaba de manera algo grotesca e infantil, pero sumamente tierna para Jungkook.

— Gracias a ti.

— Uhm... ¿Así que eres mi omega? ¿Vamos a vivir juntos y eso? ¿Crees que podrías esperar a que me consiga un buen empleo? — preguntó inocentemente.

Bite Me, BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora