Máscara del corazón (VKOOK YOONMIN NAMJIN) [Completa]

5.- Añade uno más...

Jungkook

La gente en casi toda la ciudad había enloquecido. La noticia de aquel ''héroe misterioso'' se había esparcido más rápido que el pan caliente por las mañanas y todos ya estaban hablando del tema. Incluyendo, evidentemente, a Yoongi y a Jimin.

Yoongi había sido el ''rescatado'' por aquel héroe y había sido ya entrevistado varias veces para dar detalles de lo ocurrido. Y Jimin se moría de emoción por toda la atención y la supuesta fama que recibía, que Jin Hyung ya estaba harto de recomendarle sin parar que no podía hablar con nadie ni de lo ocurrido ni de sus poderes, o los nuestros.

-Ya se Hyung... Pero y si...

-Jimin... -se frotó la cara con las manos notoriamente nervioso.

¿Y yo?

Yo soltaba risitas desde el sofá admirando la escena con un bol lleno de papitas.

Sip. No me juzguen. Llevaban una hora asi.

¿Qué más podía hacer?

-Mira. Te doy dos opciones -habló Jin ya cansado- Uno. Se lo dices a tus tíos. O dos. Consigues algún buen amigo de tu salón, y pasados un par de días le cuentas...

Esta vez reí a carcajadas. Jin me miró y sonrió de lado, mientras Jimin hizo un puchero.

-Hyung... -Se quejó y suspiró- Esta bien... esperaré...

-¿Seguro?

-Si Hyung. Te lo juro por todos mis libros preferidos...

Jimin le dió una pequeña sonrisa y se fue a su habitación. Jin volteó y vino a sentarse a mi lado. Yo me estiré y bostezé.

-Terminaron justo a tiempo. Ya no me quedaban más papitas... -sonreí inocente mostrando mi plato vacío.

-Pequeño desgraciado... -murmuró Jin y me hizo cosquillas.

Estuvimos así unos minutos hasta que oímos bajar a Jimin. Nos vió divertido y fue a la nevera. Pero al abrirla y echarle un vistazo hizo otro puchero.

-¿No queda jalea? -preguntó y nosotros negamos con la cabeza.

-Mm... pero no es muy tarde aún. Iré a comprar un poco a manera de relajarme... -exclamó Jin poniéndose de pie. Yo lo detuve.

-¡Hyung! ¿Me dejas ir a mi? La señora de la tienda me ama y siempre me regala papitas... -brinqué emocionado tirando levemente de su chaqueta.

Ambos hyungs se rieron de mi y accedieron. Subí a ponerme una chaqueta y luego salí de la casa casi corriendo. Caminé por un par de calles y por el parque hasta llegar a la tienda. Y tal y como lo esperaba, la señora me regaló una bolsa pequeña de papitas. Yo le sonreí agradecido, y sin decirle nada, esta vez pagué también por las papitas.

Caminé de regreso relajadamente. Pasé silvando por el parque y de repente oí cómo en un restaurante ponían una de mis canciones favoritas. Sonreí y  continué mi camino esta vez cantando la canción suavemente. Pero como en el parque no se veía a nadie, acabé entonando una melodía algo más fuerte.

Seguí andando hasta que me pareció sentir que alguien me observaba. Me callé y paseé la vista por los alrededores sin ver nada en realidad. Pero si oí un par de ramas moviéndose en un arbusto.